El espacio interior de la vivienda, que se desarrolla en su mayoría en planta baja principal, contando además con un sótano, una planta superior y una bajo cubierta, se vacía y se libera conduciendo todos los elementos estructurales a la fachada, lo que implica trabajar con luces de gran tamaño que se resuelven mediante un forjado mixto de vigas de madera y una capa de compresión de hormigón.
Descripción del proyecto por SAU Taller d'Arquitectura
Situada en Bellver de Cerdanya, en una parcela muy próxima al centro de la villa pero que limita con el suelo no urbano, la casa disfruta, sin embargo, de las comodidades propias de su ubicación: tiendas, restaurantes o equipamientos, y de unas vistas privilegiadas: en el oeste hacia el Cadí y al este la Tossa.
Se trata de una parcela de 470 m² con una ocupación del 30%. Se busca agotar este parámetro para que el máximo posible de vivienda esté situado en planta baja. Aprovechando el desnivel de la parcela en planta sótano, y casi sin rampa de acceso, encontramos el aparcamiento y un pequeño espacio de spa. El grueso del proyecto se resuelve en plata baja. La cocina y el comedor orientadas al sudeste, con vistas y soleamiento todo el día. También el cuarto de estar aprovechando el sol de tarde y con vistas al Cadí y una suite completa. En la planta primera, y bajo cubierta, un estudio a norte, dos baños y dos habitaciones.
El proyecto se ha planteado como un volumen muy compacto que remite a la casa arquetípica de montaña por su geometría y materialidad. Así pues, se plantea una cubierta inclinada de pizarra a dos aguas, todas las aperturas buscan la verticalidad y se trabaja con piedra de Llívia y madera de abeto laminada.
Casa familiar Bellver mas Mateu por SAU Taller d´Arquitectura. Fotografía por Andres Flajszer.
El volumen se vacía por la esquina sudeste y, de este modo, se garantiza sol y ventilación natural a todas las estancias. Este espacio exterior resultado del vaciado del volumen se transforma en un espacio a caballo entre el interior y el exterior, donde disfrutar del jardín con cierta privacidad.
La estrategia principal para garantizar la compacidad formal del volumen y la máxima relación visual con el exterior pasa por los montantes verticales que, además de actuar como elementos estructurales y de dar verticalidad al conjunto, esconden las aperturas siempre que no se mire la casa en perpendicular.
Para conseguir liberar el espacio interior de la casa, todos los elementos estructurales pasan a formar parte de las fachadas. Esta decisión implica trabajar con luces estructurales de 6,3 m. Un tamaño considerable si pensamos en un forjado de vigas de madera. Para resolverlo, sin utilizar perfiles excesivos por una casa unifamiliar, se plantea un forjado mixto de vigas de madera y una capa de compresión de hormigón con conectores. De este modo subimos la fibra neutra, las vigas de 280x100 mm trabajan esencialmente en tracción y el hormigón a compresión. Estas vigas de sección relativamente pequeña coinciden con los montantes verticales de fachada marcando un orden a todo el conjunto.
Como contrapunto a la compacidad que encontramos en el espacio exterior, la casa se esponja por el interior y busca relacionarse con el exterior a través de espacios de doble altura, diferentes visuales que creen estancias en diagonal y pequeños cambios de nivel que hacen que se adapte a la topografía irregular de la parcela.