Demolida la Casa Guzmán de Alejandro de la Sota
13/01/2017.
[Algete, Madrid] España
metalocus, CLAUDIA CENDOYA
metalocus, CLAUDIA CENDOYA
Memoria del proyecto por Alejandro de la Sota
Se piensa que el reposo va unido al encerramiento, a la ocultación en el terreno y a la vida activa, por el contrario, a su dominio.
Se proyecta la vivienda diferenciando claramente las dos zonas semienterrada la parte de los dormitorios, a la que e añade, por comodidad de uso, la correspondiente al servicio con su unión al comedor y protección el juego de niños. Se evita el semienterrado en estas partes de viviendas de vida de altura - juego de niños y comedor - servicios - con aberturas a su nivel, patios, que neutralizan y las vivifican.
Solamente la gran estancia es dominante sobre el terreno y es también acristalada para aumentar esta sensación de actividad y comunicación con su entorno - parcela -. Otras zonas de garaje, instalaciones y almacenes todavía más abajo.
Una piscina unida con cierta entraña, forma conjunto íntimo con la casa.
El vivir esta casa es consecuencia de sí misma. Se vive en la parte integrada a la parcela, con dominio y paz del campo -entorno y vacíos o patios, piscina y cubiertas de la vivienda igualmente incorporados -, cesa toda "acaracolada" que se abre y se cierra sobre sí misma.
El ajardinar la cubierta forma parte del deseo de que el campo debe ser muy respetado. Con su capacidad, con su buen vivir, esta casa tiene poca presencia y esto gusta como fórmula de vida. Estar plenamente - hoy se dice realizarse o poder realizarse - y no molestar, no siendo nadie, como tanto pasa.
También se incorpora el dentro de la piscina, sus profundidaes, al dentro de la casa y su uso es igualmente interno-externo. Dándole vueltas al uso general de la vivienda y su entorno, saldrán, tal vez más posibilidades todavía.
Se construye lo enterrado todo de hormigón, con sus aislamientos; hormigón ligeramente armado en muros y placas de hormigón pretensado en forjados.
La estancia, con ligera estructura metálica y forjado de "Acieroid" de chapa plegada.
Han de cuidarse los aislamientos acústicos y de una manera importante la absorción de los ruidos producidos con el interior: elección de materiales idóneos.
El forrado exterior es de plaqueta cerámica vidriada; la parte vista construida de hormigón.
La estancia se cierra con la luna "Thermopane" Parsol, doble con aire desecado en la cámara. Se suprime la carpintería en la unión de lunas, que se sueldan con masillas plásticas, después de sujetarlas en las partes superior e inferior. La carpintería de esta zona estancial se reduce a las puertas de giro y correderas.
En la zona semienterrada la carpintería exterior ha de hacerse de seguridad, con persianas en dormitorios y rejas en entradas desde los patios. También las claraboyas se reforzarán con mallazos de seguridad.
Se piensa en la posibilidad de una vivienda adosada.
La explicación sobre la justeza de los materiales a emplear, se remite a la medición-presupuesto. Aquí en la Memoria solamente quería expresarse el contenido y la posibilidad de vida en la nueva casa.
Madrid, Abril de 1971
Alejandro de la Sota (Pontevedra, 1913; Madrid, 1996) es uno de los maestros de la arquitectura española del siglo xx. Profesor en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM), su estela ha servido de referencia a varias generaciones de arquitectos españoles. En la década de 1930 se trasladó desde su Pontevedra natal a Madrid para comenzar sus estudios en la Facultad de Matemáticas, condición necesaria para ingresar en la Escuela de Arquitectura.
Tras obtener el título de arquitecto en 1941, dedicó los primeros años de su vida profesional a trabajar para del Instituto Nacional de Colonización, una etapa que culminó con la construcción del pueblo de Esquivel (Sevilla, 1952-1963) y la casa Arvesú (Madrid, 1953-1955, demolida). A partir de entonces participó en una serie de concursos que marcaron la línea que precede al Gobierno Civil de Tarragona (1957-1964), considerada por muchos su primera obra maestra. En esa época prolífica realiza varios proyectos de arquitectura moderna industrial, como la central lechera Clesa (Madrid, 1958-1961) y las naves del CENIM en la Ciudad Universitaria (Madrid, 1963-1965) y construye su obra más reconocida y admirada unánimemente, el gimnasio del colegio Maravillas (Madrid, 1960-1962), que el crítico británico William Curtis considera la obra más significativa de la arquitectura española contemporánea.
En 1960 obtiene una plaza de funcionario en la Dirección General de Correos, y a lo largo de esa década explora las posibilidades que ofrecen los nuevos materiales y desarrolla una serie de proyectos con un planteamiento constructivo basado en la utilización de paneles prefabricados de hormigón para muros y forjados, que lleva a cabo en la casa Varela en Villalba (Madrid, 1964-1968).
En 1971 abandona la enseñanza y en 1972 regresa a su puesto de funcionario de la Dirección General de Correos. Durante estos años construye el Colegio Mayor César Carlos en la Ciudad Universitaria (Madrid, 1968-1971), el edificio para aulas y seminarios de la Universidad de Sevilla (1972-1973) y la casa Guzmán en la urbanización Santo Domingo (Madrid, 1972-1974), donde ensayaría cuestiones que abordará más tarde en la casa Domínguez en A Caeira (Pontevedra, 1973-1978). A la etapa como funcionario de Correos pertenecen el Centro de Cálculo para la Caja Postal en La Vaguada (Madrid, 1972-1977) y, años más tarde, el edificio de Correos y Telecomunicaciones en León (1981-1984), una etapa en la que estaba completamente inmerso en las técnicas de prefabricación ligera.