La mirada a Nueva York, muy acentuada en el segundo tramo de la Gran Vía, se traslada también a este edificio definiendo su composición formal, un conjutno de viviendas y oficinas que en planta baja facilitan el acceso a la sala de espectáculos. Su planta, forzada por la singularidad del solar, es un ejercicio de habilidad compositiva.
La participación de los arquitectos fue integral y se aprecia en detalles decorativos próximos al art decó y en la integración de elementos de vanguardia como los muebles de acero tubular.
La exposición propone un primer espacio dedicado a contextualizar los antecedentes del edificio: el trazado del último tramo de la Gran Vía, la realidad teatral madrileña en las primeras décadas del siglo XX, y el bagaje estético y profesional de Fernández-Shaw y Muguruza.
El segundo espacio ahonda en la construcción y sus particularidades, en coincidencia con acontecimientos que alteraron su desarrollo: de forma concreta, las huelgas durante la República y el estallido de la Guerra Civil, de nefastas consecuencias para el Colisevm.
Finalmente, un tercer espacio ahonda en el mundo del espectáculo: con una primera y pujante etapa durante los años treinta; convirtiéndose casi en exclusividad en sala de cine tras la posguerra, lo que hizo del Colisevm un escenario de referencia, y, finalmente, integrándolo en el apogeo del musical que contemporáneamente se ha consolidado como elemento de definición de la Gran Vía.
La participación de los arquitectos fue integral y se aprecia en detalles decorativos próximos al art decó y en la integración de elementos de vanguardia como los muebles de acero tubular.
La exposición propone un primer espacio dedicado a contextualizar los antecedentes del edificio: el trazado del último tramo de la Gran Vía, la realidad teatral madrileña en las primeras décadas del siglo XX, y el bagaje estético y profesional de Fernández-Shaw y Muguruza.
El segundo espacio ahonda en la construcción y sus particularidades, en coincidencia con acontecimientos que alteraron su desarrollo: de forma concreta, las huelgas durante la República y el estallido de la Guerra Civil, de nefastas consecuencias para el Colisevm.
Finalmente, un tercer espacio ahonda en el mundo del espectáculo: con una primera y pujante etapa durante los años treinta; convirtiéndose casi en exclusividad en sala de cine tras la posguerra, lo que hizo del Colisevm un escenario de referencia, y, finalmente, integrándolo en el apogeo del musical que contemporáneamente se ha consolidado como elemento de definición de la Gran Vía.