IRIS, una dinamo conceptual marina sobre la costa de Beirut por Najjar Najjar

Descripción del proyecto por los arquitectos

Iris estructura cinemática en Beirut por Najjar Najjar

No hace mucho tiempo, el mar Mediterráneo no sólo era un pintoresco telón de fondo para los hogares de los pescadores, jardines y plantaciones, sino que también sirvió como fuente generosa y natural de alimentos y medios de subsistencia.

Durante siglos, la población local de Ain Mreisseh y Manara vivía en armonía con su medio ambiente costero, pero en la última década, la costa se ha convertido en un patio de recreo para los desarrollos residenciales de gama alta que tienen como objetivo obtener un beneficio máximo con la venta de vistas sin obstáculos al mar. La mayoría de las casas nuevas son volúmenes altos y masivos que ignoran por completo su entorno dándole la espalda a la ciudad y a las casas de antiguas de la población local.

El objetivo principal de Iris es recuperar la accesibilidad al mar. Las instalaciones espaciales se llevan al límite de la costa y se colocan en el borde entre un terreno sólido, físico y una realidad emotiva fluida. Ellos actúan como ventanas sustitutas de las antiguas casas que se han quedado desplazadas. Las ventanas creadas por Iris son refugios accesibles cívicos donde el habitante puede experimentar el lugar, el paso del tiempo y sus fuerzas naturales.

El espacio está enmarcado por una estructura de metal y unos párpados de madera conectados, a través de una antena extendida, a una boya que flota en el océano. Las fuerzas de la naturaleza actuan en secuencias de comandos por medio de alteraciones espaciales: los párpados se abren y se pliegan con el movimiento cíclico de las olas que arrastran la boya de arriba abajo causando el parpadeo de Iris con el ritmo del mar.

Iris también se utiliza para obtener energía. La estructura cinemática impulsa un generador eléctrico que transmite, a través de una red de cables, la energía oceánica acumulada a los hogares desposeídos, volviendo a ellos lo que era suyo, y que ilumine una vez más las esquinas y callejones que ahora están en sombra permanente por las nuevas estructuras de gran altura.

En multitud, Iris poblaría la cornisa e generaría un impulso muy necesario de la naturaleza en el medio urbano, así como ofrecer espacios de intersección y conciliación: refugios de un pasado perdido y un futuro incierto de la ciudad, asi como ventanas hacia el mar abierto y el horizonte contemplativo.