La inauguración del
"nuevo museo de la colección Pinault" proyectado por Tadao Ando, viene acompañada por una gran y larga expectativa, ya que desde el año 2001
Pinault quiso crear un espacio en París que acogiese su interesante colección, (más de 10.000 obras valoradas en unos 1.500 millones de euros, con una política de préstamos generosa) que ya dispone de otros dos espacios en Venecia, inaugurados en 2006 y 2009, además de otros espacios satélites.
A esto se une, su consideración de "guru" fundamental en el mundo del arte, porque además de ser el propietario de de Christie’s, su fortuna personal (estimada en cercana a los 32.000 millones de euros), le permite una confortable posición para seguir e incidir en las oscilaciones económicas de este microcosmos e influyente mercado económico (Según algunas estimaciones oficiosas desde el año 2000 habría comprado 9.571 obras y vendido, con sus respectivas plusvalías, 192).
En todo este proceso, otro de los agentes importantes que es protagonista en la inauguración es el ayuntamiento parisino (que en 2015 le facilitó este singular emplazamiento), que se verá beneficiado doblemente por, los 15 millones de euros anuales los dos primeros años (y posteriormente con un alto porcentaje), y la incorporación al patrimonio de la ciudad de un nuevo atractivo turístico.
Y por último, el factor sin el que no tendría sentido nada de lo anterior y que no hay que olvidar, son los futuros visitantes, el público. Las entradas para este próximo fin de semana inaugural con acceso gratuito, se agotaron en poco más de 30 minutos.

Croquis por Tadao Ando.
El espacio y la colección
El cilindro perfecto introducido por
Tadao Ando en el cilindro de la
Bolsa de Comercio deslumbra al visitante, a la vez que plantea acuerdos y desacuerdos por la radicalidad de la intervención.
El espacio central impresiona por su cúpula, cuyos frisos y murales han sido restaurados. La intervención del japonés ha creado un pasaje que rodea interiormente la rotonda y facilita un acercamiento visual a la estructura del siglo XIX (cuya fachada, mosaicos, carpintería, también han sido restaurados). Se han conservado 24 vitrinas, como recuerdo de la Exposición Universal de 1889, que están ocupadas por el artista Bertrand Lavier. El coleccionista explica cómo escoge sus obras.
Las obras que podrá ver el visitante a partir del próximo sábado, tienen como comisario al propio Pinault que ha centrado las temáticas, en temás actualmente relevantes como: la diversidad, las cuestiones de genero, las cuestiones de raza, en la Galería 2, donde destaca la obra de David Hammons, artista poco conocido en exposiciones y que presenta 30 obras, la mitad de ellas jamás mostradas, ni siquiera en en Estados Unidos, por lo que la exposición es un acontecimiento en si. La fotografía encuentra su espacio en la Galerie 3, donde se reúnen trabajos de las vanguardias de 1970, con obras de Martha Wilson, Cindy Shermann, Sherrie Levine.
Rudolf Stingel, coleccionado por Pinault desde hace más de veinte años, ocupa La Galerie 4. En las Galeries 5, 6 y 7 cuyos espacios juegan con la arquitectura y su exterior (en una ventana se recorta el vecino Centro Pompidou) se presenta la pintura figurativa: con ejemplos de Marlene Dumas, Thomas Schütte, Miriam Cahn, Florian Krewer, Xinji Chen, el brasileño Antonio Oba o el treintañero Ser Serpas. El Foyer del Auditórium acoge todo lo relacionado con el sonido. En este caso las esculturas musicales en cerámica de Tarek Atoui y una instalación inédita de Pierre Huyghe.
Un conjunto de gala para su inauguración que en el futuro irá mutando, para mantener el interés y la posibilidad de visibilizar la ingente
colección de Pinault.