La casa cuenta con una estructura de hormigón armado que se desnuda y deja visto, dando a entender la pertenencia al edificio de la vivienda. Con la reforma se recupera la terraza y la fachada, que gracias al uso de elementos de los años 50, recuperan también el aspecto original, ejemplo de ello es la barandilla de acero lacado, o el aplacado cerámico.
Loft I por Coll-Barreu Arquitectos. Fotografía por Coll-Barreu Arquitectos.
Descripción del proyecto por Coll-Barreu Arquitectos
Situado en un edificio de estructura de hormigón construido en 1955, uno de los primeros que flanquearon el tramo del Paseo de la Castellana de Madrid trazado al norte de los Nuevos Ministerios, Loft I es la renovación de una vivienda totalmente desfigurada tras décadas de derribos interiores y uso como oficina.
La casa desdibuja los límites entre vivienda y ciudad, de la misma forma en que en la actualidad se entremezclan las actividades urbanas y domésticas, los géneros y las generaciones. Los materiales utilizados evitan la vieja separación entre dentro y fuera, público y privado, como a su vez hace la organización de la vivienda. Es un espacio continuo, que no deja nada oculto, adecuado a las inercias y conexiones del usuario contemporáneo, para quien la producción, el descanso, la reunión, el aire y la vegetación de la ciudad, el arte y el cuerpo no residen en habitaciones separadas.
El proyecto entrelaza la continuidad espacial presente en el origen de la modernidad, la domesticidad amable transatlántica que habitó el edificio por primera vez, y el mundo de las transiciones, como la muda de lo comercial a lo doméstico que originó los lofts, o la transformación de la nostalgia por las fronteras en apertura y en una convivencia de identidades, materiales y texturas.
Loft I por Coll-Barreu Arquitectos. Fotografía por Coll-Barreu Arquitectos.
Las épocas de la construcción también se superponen. La estructura de hormigón armado se ha limpiado y explica la pertenencia del apartamento a un entramado colectivo, a la vez que el reverso de los encofrados atestigua con precisión cada instante del trabajo manual que lo hizo posible. La antigua terraza y la fachada inicial habían desaparecido por completo; la reforma las recuperó y llevó a cabo minuciosas restauraciones de elementos de los años 50, como la singular barandilla de acero lacado y aplacados cerámicos de diferentes cualidades y brillos que han visto recuperados su aspecto y posición originales.