El libro «Miradas convergentes en torno a la arquitectura nórdica» comienza con el prólogo escrito por Jonathan Foote y la introducción por Nacho Ruiz Allén, en el que adelanta que las conversaciones se produjeron en 2021 en tres encuentros distintos, consiguiendo reunir a un grupo de arquitectos españoles de distintas generaciones y territorios. El libro se compone de tres capítulos y cada uno dividido en tres apartados; dos de los apartados recogen la reflexión acerca de un tema de dos o tres arquitectos y el último apartado una conversación entre ellos.
Páginas interiores. Miradas convergentes en torno a la arquitectura nórdica.
En el primer capítulo, Ángela García de Paredes e Ignacio García Pedrosa comentan «Viaje al norte», relatando que su primer viaje comenzó viendo fotografías y estudiando los planos de obras nórdicas pero, con su viaje físico consiguieron adentrarse en la arquitectura y aprender ciertos principios. En el apartado de «El fuego de Muuratsalo» Xavier Ros Majó reconoce que nunca ha visitado la casa de Alvar y Elissa Aalto aunque comenta lo que más le llamó la atención de la vivienda, el patio. La conversación final, «Profundidad esencial» entre los arquitectos mencionados, comentan cómo fue su acercamiento a la arquitectura nórdica, cómo los viajes permiten conocer y reconocer y cómo los arquitectos nórdicos se han adentrado en la cultura mediterránea para realizar proyectos en la zona. Además del uso de la tradición y lo artesanal como elemento principal para proyectar y el aprovechamiento del proceso de construcción como herramienta expresiva.
Páginas interiores. Miradas convergentes en torno a la arquitectura nórdica.
El segundo capítulo comienza con «Elogio al norte» por parte de José Ignacio Linazasoro, donde comenta algunos de sus descubrimientos viajando y que asocia cada uno de sus viajes a una partitura musical. Irene Pérez Piferrer y Jaume Mayol Amengual tratan el apartado «Descubrir la evidencia» donde identifican todo como desconocido y marcan las pautas para enfrentarse a él. La conversación «Materia fragmentada» entre estos arquitectos comienza con una comparación entre el estudio de John Utzon y una vivienda de Le Corbusier, cómo los materiales tradicionales de Can Lis generan una relación entre totalidad y fragmentación y proporcionan una relación con el contexto a través de la construcción mediante procesos tradicionales y con el uso de los materiales del lugar. Además, destacan la sensibilidad de los arquitectos nórdicos en el cuidado de los detalles con perspectiva desde el interior y el exterior de la vivienda y presentan la arquitectura como una liturgia adaptada al uso del edificio, incluso en una vivienda.
Páginas interiores. Miradas convergentes en torno a la arquitectura nórdica.
El tercer y último capítulo narra la reflexión de Luis Martínez Santa-María sobre «Viaje a Muuratsalo en siete notas seguidas de un epílogo». Una reflexión sobre cómo la casa experimental que proyectaron Alvar Aalto y Elissa Aalto se adapta al bosque cambiando su escala y pasando de una altura casi de los árboles, a una altura humana. Francisco Cifuentes Utrero, en «Casas y capillas», comenta cómo Jørn Utzon definía la casa Can Lis como una habitación con un sofa curvo que abrazaba a la familia, como si la sala de estar fuera el núcleo principal y esencial de la vivienda. Finalmente, en «Ritmos vitales», Luis Martínez Santa-María y Francisco Cifuentes Utrero conversan sobre cómo se despertó su interés en la arquitectura nórdica debido a sus profesores en la universidad y cómo luego, al viajar a esos países, se sorprendieron de la relación que los arquitectos nórdicos establecían entre su arquitectura y la naturaleza, siempre de respeto y admiración hacia ella, sin perder de vista a las personas que son las que van a habitar dicha arquitectura.
Páginas interiores. Miradas convergentes en torno a la arquitectura nórdica.
En el primer capítulo, Ángela García de Paredes e Ignacio García Pedrosa comentan «Viaje al norte», relatando que su primer viaje comenzó viendo fotografías y estudiando los planos de obras nórdicas pero, con su viaje físico consiguieron adentrarse en la arquitectura y aprender ciertos principios. En el apartado de «El fuego de Muuratsalo» Xavier Ros Majó reconoce que nunca ha visitado la casa de Alvar y Elissa Aalto aunque comenta lo que más le llamó la atención de la vivienda, el patio. La conversación final, «Profundidad esencial» entre los arquitectos mencionados, comentan cómo fue su acercamiento a la arquitectura nórdica, cómo los viajes permiten conocer y reconocer y cómo los arquitectos nórdicos se han adentrado en la cultura mediterránea para realizar proyectos en la zona. Además del uso de la tradición y lo artesanal como elemento principal para proyectar y el aprovechamiento del proceso de construcción como herramienta expresiva.
Páginas interiores. Miradas convergentes en torno a la arquitectura nórdica.
El segundo capítulo comienza con «Elogio al norte» por parte de José Ignacio Linazasoro, donde comenta algunos de sus descubrimientos viajando y que asocia cada uno de sus viajes a una partitura musical. Irene Pérez Piferrer y Jaume Mayol Amengual tratan el apartado «Descubrir la evidencia» donde identifican todo como desconocido y marcan las pautas para enfrentarse a él. La conversación «Materia fragmentada» entre estos arquitectos comienza con una comparación entre el estudio de John Utzon y una vivienda de Le Corbusier, cómo los materiales tradicionales de Can Lis generan una relación entre totalidad y fragmentación y proporcionan una relación con el contexto a través de la construcción mediante procesos tradicionales y con el uso de los materiales del lugar. Además, destacan la sensibilidad de los arquitectos nórdicos en el cuidado de los detalles con perspectiva desde el interior y el exterior de la vivienda y presentan la arquitectura como una liturgia adaptada al uso del edificio, incluso en una vivienda.
Páginas interiores. Miradas convergentes en torno a la arquitectura nórdica.
El tercer y último capítulo narra la reflexión de Luis Martínez Santa-María sobre «Viaje a Muuratsalo en siete notas seguidas de un epílogo». Una reflexión sobre cómo la casa experimental que proyectaron Alvar Aalto y Elissa Aalto se adapta al bosque cambiando su escala y pasando de una altura casi de los árboles, a una altura humana. Francisco Cifuentes Utrero, en «Casas y capillas», comenta cómo Jørn Utzon definía la casa Can Lis como una habitación con un sofa curvo que abrazaba a la familia, como si la sala de estar fuera el núcleo principal y esencial de la vivienda. Finalmente, en «Ritmos vitales», Luis Martínez Santa-María y Francisco Cifuentes Utrero conversan sobre cómo se despertó su interés en la arquitectura nórdica debido a sus profesores en la universidad y cómo luego, al viajar a esos países, se sorprendieron de la relación que los arquitectos nórdicos establecían entre su arquitectura y la naturaleza, siempre de respeto y admiración hacia ella, sin perder de vista a las personas que son las que van a habitar dicha arquitectura.