Oficinas tras de la celosía. Corporativo Dunza por Morari Arquitectura + JAA

Descripción del proyecto por Morari Arquitectura + JAA

Este proyecto de oficinas se caracteriza por el uso de recursos mínimos para producir resultados máximos. Es un edificio con una materialidad honesta que, al tener un presupuesto limitado, se vale de prefabricados de concreto para moldear con ellos el elemento más preciado que tenemos: la luz.

Se emplaza de norte a sur en la parte más alta del terreno, aprovechando las mejores vistas y el mejor manejo del paso del sol. El edificio se apoya ligeramente en el sitio mediante una estructura metálica que mantiene al mínimo los movimientos de tierras, reduciendo los costos y sobre todo respetando su entorno inmediato.

El programa se aloja en una retícula que divide al proyecto en tres bloques longitudinales que contienen y ordenan los distintos usos: la primera se compone de los servicios y espacios auxiliares, la segunda corresponde al área de trabajo y la tercera alberga un área recreativa que toma la forma de una gran terraza.

Este espacio de convivencia es envuelto por una celosía de concreto en su fachada sur-oriente, que filtra la luz matinal, iluminando en tonos ámbar la terraza y el vestíbulo que antecede la recepción; donde un front desk de mármol da la bienvenida al visitante. Al pasar la recepción, se descubre el vasto espacio central de trabajo, donde la planta libre y los escritorios son bañados por una benévola luz cenital. Al fondo, se emplaza el área de dirección, donde la orientación norte nos permite grandes aperturas que generan interesantes vistas panorámicas.

La eficiencia constructiva que rige al proyecto se refleja también en su manejo energético. Los medios pasivos de climatización mantienen el uso de aire acondicionado al mínimo, al tiempo que la cubierta en dientes de sierra incorpora un sistema fotovoltaico que genera la energía eléctrica que consume el edificio, haciéndolo prácticamente autónomo.

El Corporativo Dunza se define como una sobria caja de luz, que surge de la necesidad de una alta eficiencia y que, a la vez busca crear una atmósfera que permita al usuario concentrarse en sus labores sin aislarse de los fenómenos que enriquecen nuestra experiencia en el mundo, como el paso del sol o el viento de la tarde. Este proyecto sostiene que la eficiencia y la experiencia lejos de ser incompatibles son complementarias; que es posible crear espacios de trabajo complejos, máquinas de habitar y sentir que dignifiquen y enaltezcan la rutina diaria del usuario.