Tremend, dirigido por Magdalena Federowicz-Boule, proyectó la adaptación de las instalaciones de Dom Turka para un museo, respetando plenamente su valor histórico. El objetivo principal fue crear un espacio de conmemoración que contara las historias de las víctimas de la Redada de Augustow. El concepto de diseño se inspiró en la linde del bosque, lugar de ejecución y refugio a la vez. Mediante soluciones innovadoras, el nuevo museo ofrece una comprensión más profunda del contexto histórico.
Los interiores se han adaptado cuidadosamente para albergar exposiciones modernas, conservando elementos auténticos, como vestigios de antiguas celdas y detalles arquitectónicos. Estos elementos fueron objeto de un minucioso trabajo arqueológico y de investigación durante la ejecución del proyecto.
Una parte integral de la Casa de la Memoria de la Redada de Augustow es el Muro Conmemorativo de las Víctimas de la Redada de Augustow. Esta instalación, inscrita con los nombres de casi 600 personas asesinadas en 1945, sirve como un homenaje simbólico a las víctimas. Los autores dedicaron una cantidad importante de espacio a la vegetación, que debe crecer entre árboles de acero esculturales.

Casa del Recuerdo de la redada de Augustow por Tremend Studio. Fotografía por Bartosz Makowski.
Descripción del proyecto por Tremend
Testigo de una historia trágica
El histórico edificio Dom Turka, ubicado en la ciudad de Augustow, al este de Polonia, data de 1900 y posee una rica y trágica historia, símbolo durante décadas del sufrimiento y la represión. Su función durante los oscuros años de la posguerra como sede local de la NKVD soviética y, posteriormente, como oficina de la policía secreta de la era comunista, lo ha convertido en un elemento permanente de la memoria colectiva de la región. El suceso más trágico de este período fue la masacre de Augustow de 1945, en la que cientos de combatientes anticomunistas polacos fueron asesinados por el Ejército Rojo soviético y la policía secreta de la NKVD. Esta masacre se considera el peor crimen contra la nación polaca después de la Segunda Guerra Mundial.
Hoy, gracias a un nuevo concepto de reurbanización, este lugar histórico cobra nueva relevancia como Casa del Recuerdo de la Redada de Augustow, una institución cultural dedicada a conmemorar uno de los capítulos más dolorosos de la historia de Polonia.
La adaptación de las instalaciones de Dom Turka para fines museísticos se ha llevado a cabo respetando plenamente su valor histórico. El objetivo principal del diseño fue crear un espacio de conmemoración que narrara las historias de las víctimas de la Redada de Augustow de forma atractiva y estimulante. Mediante soluciones innovadoras, el museo ofrece una comprensión más profunda del contexto histórico.
El proyecto de remodelación preserva la estructura histórica original del edificio, incorporando sutiles modificaciones para mejorar su funcionalidad museística. Los interiores se han adaptado cuidadosamente para albergar exposiciones modernas, conservando elementos auténticos, como restos de antiguas celdas y detalles arquitectónicos. Estos elementos fueron objeto de un minucioso trabajo arqueológico y de investigación durante la ejecución del proyecto.
El concepto de diseño del sitio conmemorativo para las víctimas de la Redada de Augustow se inspiró en la linde del bosque, lugar de ejecución y refugio a la vez. Simbólicamente, refleja la dualidad de ocultar y revelar la verdad. Una parte integral de la Casa del Recuerdo de la Redada de Augustow es el Muro Conmemorativo de las Víctimas de la Redada de Augustow. Esta instalación, inscrita con los nombres de casi 600 personas asesinadas en 1945, sirve como homenaje simbólico a las víctimas. Para los autores del diseño, era importante conectar el proyecto con su ubicación específica, por lo que dedicaron un espacio considerable a la vegetación, que se supone crece entre árboles de acero escultóricos. Este espacio está abierto a homenajes individuales a las víctimas, lo que permite, por ejemplo, incluir una flor o un lazo junto al nombre de un ser querido.
El museo ha sido diseñado con la accesibilidad y la inclusión en mente, garantizando que todos los visitantes, independientemente de su edad, capacidad o necesidades individuales, puedan disfrutar plenamente de él. Soluciones arquitectónicas modernas, como rampas, ascensores y señalización adecuada, facilitan el desplazamiento de las personas con discapacidad. Además, las exposiciones interactivas y multimedia estarán adaptadas para visitantes con discapacidad visual. Como parte de sus esfuerzos de inclusión, el museo ofrecerá apoyo en lengua de señas y materiales especialmente diseñados para personas con autismo, lo que permitirá una experiencia de visita cómoda a un ritmo y un entorno adaptados. Estas características convierten al Museo de la Redada de Augustow en un espacio verdaderamente abierto, que permite a todos conectar con la historia y comprenderla.
La inauguración del museo en el modernizado y ampliado Dom Turka marca un paso hacia la restauración de la memoria de las víctimas de la Redada de Augustow y su merecido homenaje. La remodelación de este edificio histórico no es solo un acto de conservación, sino, sobre todo, un testimonio del compromiso con la verdad histórica y la identidad nacional. Como resultado, Dom Turka deja de ser un simple símbolo de sufrimiento para convertirse en un lugar donde se narra la historia pensando en las generaciones futuras. Esta transformación se alinea con esfuerzos más amplios para preservar el patrimonio nacional y construir una sociedad informada que se nutra del pasado para forjar un futuro mejor.