El espacio principal desarrollado por Worc, se ordena en torno a la cocina dividido en dos ambientes diferentes. El restaurante cuenta con un espacio interior donde se encuentran los principales servicios del local, y un espacio exterior al aire libre con el resguardo y protección de un espacio interior. Los materiales mediante la reflexión de la luz, texturas y colores, son los encargados de distinguir los diferentes espacios del restaurante.
En el espacio interior encontramos un ambiente más íntimo, separado del espacio exterior mediante divisiones traslúcidas que buscan generar una sensación de amplitud y continuidad del interior en el espacio espacio exterior. La presencia de la madera en todo el local se combina con los tonos neutros del hormigón y el acero inoxidable de la cocina.
Chingu por Worc. Fotografía por Zaickz Moz.
Descripción del proyecto por Worc
Se trata de un restaurante que abre sus puertas en la colonia Condesa, cuyo concepto surge de recrear los auténticos sabores de la comida callejera de Seúl en la Ciudad de México. Se trata de un espacio que sirve como escenario para compartir entre amigos, sumergiendo a los visitantes en la cultura coreana a través del diseño y la gastronomía.
Al ingresar, un letrero de neón rojo da la bienvenida a los comensales con la inscripción «KDMX AUTHENTIC STREET FOOD», invitándolos a experimentar un espacio donde se ubica un pequeño lobby, mesas largas, una isla de cocina y baños para el restaurante.
El principal reto de este proyecto fue combinar el contexto mexicano con la estética contemporánea de Seúl. La elección de los materiales jugó un papel crucial para que esto fuera posible; los tonos utilizados tienden hacia la neutralidad del espacio pero ofrecen colores y texturas vibrantes.
Al ser un restaurante, el espacio más importante es la cocina, y aquí todo el mobiliario es de acero inoxidable, un material conocido por su practicidad y durabilidad. Sin embargo, la estética propuesta en este lugar extiende este material al mobiliario de los comensales, donde se combina con acentos de madera de pino para brindar sillas, bancas, barras y mesas. Se utilizó hormigón pulido para el suelo, así como baldosas blancas para la barra, creando superficies ligeramente reflectantes para rebotar la luz y crear un ambiente más íntimo. Los principales cerramientos verticales consisten en barandales, puertas de vidrio y divisiones traslúcidas que buscan crear amplitud y continuidad en el espacio.
En cuanto a la terraza, se buscó crear un ambiente con la apertura suficiente para ser un espacio al aire libre pero con el resguardo y protección de un espacio interior. Aquí, se ubican jardineras y maceteros colgantes que se deslizan a lo largo de un gran muro de hormigón con cimbra a la vista. Además, para la cubierta, se implementó un recurso que le da un giro a la tradicional pérgola de madera al incluir elementos de acero de los que cuelgan delgadas lámparas del mismo material, que emiten la misma luz roja que los letreros neón que decoran el lugar.