Proyectado por MVRDV para la promotora LSI, el edificio de 47.000 metros cuadrados se perfila como el edificio de oficinas privado de nueva construcción más grande de los Países Bajos. La propuesta contempla una amplia variedad de usos comerciales, incluyendo un restaurante y un espacio para eventos.
En una estrecha franja de terreno junto a la vía férrea, el volumen de casi 150 metros de longitud y 61 metros de altura se presenta como un barrio de oficinas en altura que, mediante el uso de colores vibrantes, distingue los diferentes bloques que componen el proyecto. La materialidad y la paleta cromática empleada fueron cuidadosamente estudiadas para reflejar el espíritu representativo de Róterdam.
Inspirándose en la colorida serie de muebles de Donald Clarence Judd, artista estadounidense asociado al movimiento minimalista, cada bloque combina un patrón y un color vinculados a algunos de los edificios emblemáticos de la ciudad: un bloque incorpora ventanales salientes inspirados en el edificio Citrusveiling, diseñado por Huig Maaskant en el oeste de Róterdam, combinados con el amarillo brillante del vecino puente Luchtsingel (ahora parcialmente demolido).

Schieblocks por MVRDV. Visualización por CUUB. Imagen cortesía de MVRDV.
Compositivamente, la propuesta evoca los bloques de reconstrucción del entorno, pero apilados verticalmente, abogando por una «segunda reconstrucción». El edificio se divide horizontalmente en cuatro secciones, cada una con un zócalo claramente definido y uno o dos bloques por encima. Con un total de 11 nuevos «Schieblocks», la propuesta impulsa una nueva fase de densificación en Róterdam.
Alejada de procesos de densificación desmedida, la intervención mantiene la calidad de vida urbana evitando que se proyecten sombras sobre las viviendas ubicadas al otro lado de las vías del tren, gracias a una serie de retranqueos en los niveles superiores del edificio.
De los 11 bloques, dos están construidos con ladrillos fabricados con material reciclado, lo que reduce significativamente el carbono embebido en la construcción. Aprovechando la amplia fachada orientada al sur, se incorporan paneles fotovoltaicos que generan electricidad y disminuyen las emisiones de carbono operativas.

Schieblocks por MVRDV. Visualización por CUUB. Imagen cortesía de MVRDV.
El zócalo del edificio se concibe como un espacio transparente que integra servicios públicos destinados a enriquecer la vida urbana del barrio, como una tienda conceptual, una panadería y un café para ciclistas. En su extremo oeste, una rampa de aparcamiento perteneciente al edificio histórico Central Post —que no puede retirarse— se reviste de vidrio y se convierte en el elemento central del Wokkelbar, un bar singular que aspira a convertirse en un nuevo atractivo de la vida nocturna del Schiekadeblok.
«Acomodar un edificio en este estrecho espacio junto a la vía férrea fue un gran reto, por no mencionar la complejidad de construir alrededor de un Monumento Nacional con el Wokkelbar».
Winy Maas, socio fundador de MVRDV.
En las plantas superiores, un restaurante y un espacio de dos niveles para eventos sociales y culturales se organizan en torno a una tribuna con vistas sobre la ciudad. La cubierta, concebida como una expansión verde accesible, permite un recorrido continuo gracias a escaleras de caracol que conectan sus diferentes alturas. Sobre este jardín elevado, una pérgola con paneles solares aportará una importante producción de energía.

Historia paso 6 - Color de la fachada. Schieblocks por MVRDV. Imagen cortesía de MVRDV.
Como parte de una segunda reconstrucción sostenible y atenta a la memoria de Róterdam, los Schieblocks añadirán un toque de color a la ciudad, dando lugar a una imagen diversa y vibrante que recibirá a los futuros visitantes al llegar en tren.