El edificio original -conocido localmente como el Comedor de Oficiales- es un punto de referencia en la zona y foco de actividad urbana. El principal desafío para el estudio belga de arquitectura Matador fue planificar la extensión sin comprometer la arquitectura existente, dado que el edificio histórico está catalogado con una fachada decorativa. El edificio de nueva planta emplea el uso de metal y policarbonato para crear fachadas transpirables que, a través de dos líneas, reconfiguren la articulación entre los espacios culturales del barrio.
Descripción del proyecto por Matador
Se presenta como una bisagra entre partes de barrios, espacios públicos y grandes edificios. Se define por dos líneas.
La primera explícitamente vincula el «Croix place» con la calle Trouille. Esta línea presenta el "rue du design" y llama a la zona de «carre des arts». En cuanto a su relación opuesta: estos lotes ya no están espalda con espalda, ahora dialogan a través de la calle interior. Ellos juegan con el efecto dinámico de profundidad para atraer el «Croix place» hacia la calle Trouille y luego a «abattoirs».
La segunda, más implícita, mira hacia el «carré des arts» e indica la triple bahía de ventanas que instituye la puerta propuesta por Matador para enlazar este edificio al lote de proyectos.
La restauración de la sección más antigua no permite ninguna intervención contemporánea de la fachada o tejados clasificados como históricos en vista de sus cualidades intrínsecas. Los volúmenes interiores fueron, sin embargo, completamente modificados con el fin de ofrecer una mayor fluidez, luz y nuevas funciones, así como una expresión contemporánea. El patio del edificio, en forma de «U», juega un importante rol en las decisiones tomadas.
La ampliación propone un edificio que se extiende sobre toda la profundidad del sitio. Una generosa galería une dos volúmenes distintos separados por un patio. Esto permite la distribución de los locales y asegura la unidad formal de los diferentes elementos.
La galería esta revestida en una piel metálica de chapa perforada y doblada, algunas son fijas y otras móviles. La «piel» es una vibración poética que se abre y cierra para satisfacer las necesidades y estado de ánimo de los ocupantes. El policarbonato que cubre los suelos y las placas metálicas perforadas filtran la luz y definen un ambiente sensible y voluptuoso.