Este nuevo equipamiento se desarrolla principalmente en la planta baja, y en las plantas superiores y cubierta se ubican pequeños cuartos de instalaciones y almacén que configuran una torre que remata el conjunto como elemento icónico e integrador de la antena de comunicaciones.
Descripción del proyecto por IDOM
El Parque de Bomberos nº4, situado en la Avenida de Zaragoza del Barrio de Casetas, se ubica en una parcela de titularidad pública junto a las piscinas municipales de Casetas, en una zona bien comunicada que permite rapidez en las salidas de emergencia que se tengan que efectuar.
El solar en el que se encuentra ubicado el edificio proyectado es de geometría rectangular, de 70 metros de ancho por una media de 115 metros longitudinales. Su superficie total es de 8.000 m².
En él se ha construido un edificio en forma de L con una superficie total de 1.245 metros cuadrados, de los que 523 corresponden a la nave de vehículos y 722 metros cuadrados se dedican a dependencias administrativas y de estancia.
La parcela se sitúa en el extremo oeste del barrio urbano de Casetas, en Zaragoza, y presenta una depresión de aproximadamente 1 metro bajo la rasante del vial principal de acceso. Ocupa una posición no dominante en una zona deprimida destinada a equipamientos del barrio. El edificio responde a esta circunstancia con un volumen en altura en formación de Torre. La Torre corona con una antena de telecomunicaciones que garantiza la eficiencia e independencia del servicio de emergencia.
Este equipamiento atenderá durante las 24 horas del día las situaciones de emergencia que se puedan producir en el área 4, que comprende los barrios de Casetas, Garrapinillos, Monzalbarba y Alfocea, así como los municipios del entorno, Utebo, Torres de Berrellén o Sobradiel, entre otros.
El programa de necesidades exigía espacios de servicio, dormitorios, aseos y vestuarios, que se relacionaban con los espacios principales destinados a la gestión administrativa del parque, al almacenamiento de material y al depósito y estacionamiento de los vehículos de emergencia. Se complementaba dicho programa con un gimnasio y un comedor que debían de estar situados en planta baja, así como un espacio exterior de aparcamiento y circulación de vehículos pesados, que permitiese el correcto acceso y salida de los vehículos de emergencia. Una antena de telecomunicaciones en altura y grupos electrógenos de emergencia junto con las instalaciones especiales del parque completaba el programa de necesidades.
El edificio está formado por tres volúmenes de diferente altura, que permiten usos diferentes en función de su tipología. Cada uno de ellos tiene accesos diferenciados para peatones o para vehículos y están relacionados entre sí a través del patio y de la escalera de la torre.
Volumétricamente, el edificio puede explicarse como un zócalo, que recoge todas las circulaciones y servicios, sobre el que se apoyan dos volúmenes: el volumen de la torre y el volumen de la nave, que gestiona los vehículos de emergencia.
La mayor parte del edificio se desarrolla en planta baja, en la que se disponen los distintos espacios integrados en un conjunto de lectura unitaria. Los materiales de fachada armonizan el conjunto creando un juego volumétrico en el que los distintos usos se van maclando.
La distribución de espacios y dimensionado de usos responde a criterios y condiciones funcionales en los que la operativa de los Bomberos y los requerimientos del Servicio Contra Incendios de Salvamento y Protección Civil dibujan una planta ordenada entorno a un espacio central que aporta luz natural y ventilación al conjunto. Esta zona central está compuesta por un patio y un gimnasio que se materializan en un espacio continuo que actúa como auténtico pulmón del edificio.
Este nuevo equipamiento se desarrolla principalmente en la planta baja, albergando las distintas salas de estancia, vestuarios, centro de comunicaciones, dormitorios, gimnasio, etc. En las plantas superiores y cubierta se ubican pequeños cuartos de instalaciones y almacén que configuran una torre que remata el conjunto como elemento icónico integrador de la antena de comunicaciones.
La torre alberga todas las infraestructuras e instalaciones del centro, de modo que el resto de cubiertas del edificio se liberan de cualquier tipo de instalación siendo concebidas como la quinta fachada del proyecto.
La nave, como contenedor de vehículos, se une a los espacios de servicio y otros usos a través de un patio que articula y ordena el edificio. Se abre hacia el patio de maniobras, en conexión con la rotonda de la Avenida de Zaragoza, desde la que se dispone de una rápida accesibilidad al barrio de Casetas y a las zonas industriales colindantes.
El patio se sitúa en una posición central, en planta baja, y actúa como pieza articuladora del espacio que permite entender el funcionamiento del edificio en su conjunto. Los espacios de circulación se desarrollan entorno al patio provocando constantemente la relación entre los espacios de infraestructura, los espacios de servicio y los espacios de estacionamiento de vehículos, apareciendo los vehículos de emergencia como telón de fondo de las actividades del gimnasio y de las salas administrativas y de control.