Los arquitectos plantearon un espacio que dialoga, que le permite satisfacer las necesidades tanto de los estudiantes como de los docentes. La permeabilidad como la materialidad fueron otro aspecto fundamental en el desarrollo del proyecto.
La verticalidad de las lamas del revestimiento entran en un fuerte contraste con la horizontalidad de los diferentes volúmenes prismáticos mostrando una importante riqueza visual en el lenguaje arquitectónico.
Descripción del proyecto por Rojo/Fernández-Shaw Arquitectos
El Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid ha otorgado el Primer Premio COAM y Premio Luís M. Mansilla 2019 a los arquitectos Luis Rojo de Castro y Begoña Fernández-Shaw Zulueta, por la rehabilitación del AULARIO B FOUNDER’S HALL en el RUNNYMEDE COLLEGE CAMPUS ubicado en la localidad madrileña de La Moraleja, Alcobendas (Madrid).
“El Founder’s Hall/Aulario B, construido en tres plantas a partir de una estructura existente y que acoge las Aulas, Laboratorios y salas de Estudio, toma como punto de partida, por razones de sostenibilidad, la conservación y reutilización de una estructura que se amplía por medio de un sistema de cerchas ligeras de acero que permite dilatar las dimensiones, abrir el espacio e introducir la luz natural en el interior”.
“Dependiendo del punto de vista, la orientación o la hora del día, de la luz y las condiciones climáticas, el volumen se solidifica en sus aristas o se disuelve. Abierto y cerrado, sólido y ligero, opaco y transparente”.
Rojo/Fernández-Shaw Architectos
MOLDE, MÓDULO, SERIE Y SISTEMA
LA CERÁMICA, UN PROCESO DE TRABAJO
UN CAMPUS gira entorno al espacio exterior colectivo, central pero sin forma, abierto y continúo. Y, en torno al mismo, la arquitectura se dispersa y disuelve en un conjunto de pabellones y espacios verdes. Un entorno abierto, ajeno al orden rígido de la geometría o las alineaciones, para construir el ambiente de un Campus de conocimiento, de un espacio académico en el que conviven el orden y la libertad.
En el Proyecto conviven pabellones nuevos con rehabilitaciones que aprovechan estructuras existentes, unos construidos de nueva planta y otros como ampliaciones y modificaciones de edificios en uso. Por ello, la paleta de materiales utilizados en el conjunto es intencionadamente reducida y estratégica para aportar un orden y unidad.
Cada material caracteriza un ambiente particular. En el interior, la madera, la resina y el vidrio en sus diferentes estados de transparencia dotan de calidez y color al espacio; en el exterior la cerámica vidriada y la chapa galvanizada ondulada y perforada introducen la coherencia material, de textura y color que vinculan las piezas y pabellones.
En la búsqueda de un material con capacidad de adaptación y adecuación modular, formal y en su acabado, hemos encontrado en la cerámica vitrificada un recurso arquitectónico extraordinario. Por su flexibilidad de configuración formal, por su calidad material y por sus múltiples cualidades superficiales, la cerámica es el elemento que acompaña y unifica cada necesidad en el Campus, y su presencia dota de identidad y carácter al conjunto.
Bajo el concepto de MOLDE/MÓDULO/SERIE/SISTEMA, hemos desarrollado una serie de piezas cerámicas a partir de un primer MOLDE, un tubo circular hueco de 7 cm. de diámetro. Concebido inicialmente como elemento exento, capaz de formar diversas superficies de celosía con múltiples variaciones de densidad y modulación posibles, este elemento se ve transformado en un MÓDULO a partir del cual se configuran otras piezas formando una SERIE o SISTEMA, fruto de un estudio de variaciones dimensionales y 2/2 para dar una respuesta coherente e integrada a cada necesidad del proyecto y que tienen por origen la geometría y la modulación del círculo del MOLDE inicial.
El tubo de 7 cm. de diámetro por 70 cm. de altura fabricado a medida en cerámica vidriada sirve como base para establecer una modulación común a todo el campus y para diseñar un sistema de trabajo en el que la misma pieza inspira a la vez un paramento opaco y una celosía.
En el Edificio 1, estos tubos se cuelgan a modo de fachada gracias a una camisa interior metálica, estableciendo un ritmo que se adapta a las necesidades de privacidad o transparencia. Cada tubo adquiere la altura total del edificio (3,50 m) situándose 12 cm. por delante de una fachada de vidrio, a la cual protege y cualifica.
En el Edificio B, el mismo cilindro adquiere la configuración de una superficie, formando piezas de 6 módulos u ondas que revisten las fachadas. Estableciendo una armonía geométrica y una continuidad modular y dimensional con la chapa ondulada galvanizada de fachada, con la que comparte la dimensión de la onda. El brillo de la cerámica y el de la chapa galvanizada se funden en una unidad dimensional y geométrica, la cual responde a la búsqueda de unidad y coherencia descrita.
Y en los interiores, la superficie cerámica aplana su onda sin modificar la modulación para crear paramentos de gran calidad material y superficial, adecuados para su uso en espacios públicos y colectivos, como son los comedores, las salas polivalentes y los vestíbulos.