El puente alcanzó un hito importante con el tramo del puente impreso en 3D robóticamente (la impresión comenzo en marzo de 2017 y se realizó durante 6 meses) y fue presentado al público en 2018. Está formado por cinco piezas, el tramo principal y 4 esquinas soldadas manualmente, y tendrá una doble función, por un lado siendo una infraestructura necesaria, y siendo también un trabajo artístico que muestra el potencial de la tecnología de impresión 3D.
El puente también se convertirá en un "laboratorio viviente", equipado con decenas de sensores. Durante los próximos cuatro años, los investigadores del Imperial College de Londres estudiarán los datos generados por el puente, que utilizarán para monitorear y medir el desempeño del puente en el mundo real.
Se necesitaron cuatro robots, casi 4.500 kilogramos de acero inoxidable, cerca de 1.100 kilómetros de cable y seis meses de impresión para construir la estructura sinuosa y ondulada, con una superficie rugosa, que parece sacada directamente de una película de ciencia ficción.
Los datos recopilados del puente permitirán a los investigadores monitorear el rendimiento en tiempo real, analizar cómo cambia su rendimiento a lo largo de su vida útil y comprender cómo interactúa el público con la infraestructura impresa en 3D. Los datos se introducirán en un "gemelo digital" del puente físico para imitar su rendimiento y comportamiento, lo que ayudará a informar los futuros proyectos de construcción novedosos que involucren la fabricación 3D.
«En ausencia de nnormativa de diseño estructural para el acero impreso en 3D, las pruebas físicas son una parte importante para garantizar la seguridad de la estructura. Las pruebas recientes confirmaron no solo que el puente podría resistir la carga aplicada, sino también que la simulación numérica del puente desarrollado por el Steel Structures Research Group proporcionó una representación precisa del comportamiento observado en la práctica.»
Leroy Gardner profesor del Imperial College de Londres