Los tres edificios de cuatro plantas proyectados por FGA Arquitectes, Jaime Prous Architects y Pineda Monedero presentan una huella irregular de cinco lados, cuya geometría contrasta con los vacíos por los que se cuela el paisaje mediterráneo. Los volúmenes tienen una forma compacta que recuerda a las formaciones rocosas cercanas que los separan del mar, con una disposición que facilita que todos dispongan de vistas al mar y no queden ocultos ni sin el soleamiento adecuado. El programa de cada una de las viviendas dispone las habitaciones en el perímetro, generando interiores fluidos que conectan con la parte más pública de la vivienda.
El conjunto se ha construido con hormigón armado con diferentes acabados —entablillado, abujardado o liso— para que su meteorización facilite, con el tiempo, su integración en el paisaje. Además, se ha utilizado una estructura de muros portantes y forjados postensados que permiten luces de 13 metros y grandes espacios diáfanos.

«SA Caleta» por FGA Arquitectes, Jaime Prous Architects y Pineda Monedero. Fotografía por Adrià Goula.
Descripción del proyecto por FGA Arquitectes, Jaime Prous Architects y Pineda Monedero
Apartamentos platja de Sant Pol
La parcela se sitúa en la playa de San Pol, una zona de veraneo en la Costa Brava desarrollada intensivamente desde 1916. Se trata de una de las últimas parcelas a desarrollar, con numerosos pinos delante de Sa Caleta, una cala entre formaciones rocosas talladas por la tramontana.
La normativa actual busca enmendar el desarrollo salvaje de los 60 frenando y controlando las nuevas edificaciones. Permite un máximo de 12 pisos y evita generar edificios masivos limitando el largo de la fachada y la separación entre construcciones.
Desde este punto de partida se decide dividir la edificabilidad en 3 volúmenes de 4 plantas con un piso por planta. Se proyecta el vacío entre estos edificios de manera a permitir las vistas y el asoleo.
Se comienza proyectando este vacío generando 3 franjas sin construir que separan los edificios. Las franjas se colocan a 120º entre ellas de manera a cruzarse en un triángulo equilátero.
La huella de los edificios forma 3 polígonos irregulares de 5 lados que contrasta con la precisión geométrica del espacio vacío. Estos volúmenes son compactos recordando formaciones rocosas erosionadas por el mar.
El hormigón bruto en diferentes acabados -entablillado, abujardado o liso- es el material principal de la obra buscando que con el tiempo desaparezca con el terreno. La estructura de muros portantes y forjados postesados permite luces de 13 metros y abrir grandes aberturas.
Los huecos y ventanas continúan la metáfora de rocas excavadas. En el vértice de cada monolito, un hueco genera un espacio exterior formando un porche-terraza a la vez que da direccionalidad.
En el interior, las habitaciones de proporciones regulares se colocan en el perímetro generando un espacio intersticial fluido que corresponde a la parte más pública de la casa. Esta distribución orgánica refuerza la sensación de estar en una cueva, una tipología informal que encaja con un programa pensado para conectar con la naturaleza, como una Capadocia moderna.
El paisajismo evidente y continuista con la vegetación vernácula es una excepción en un territorio profundamente alterado. Se recupera la vegetación de maquis y garriga con pinos (pinus pinea) y encinas (Quercus ilex). La comunicación interna se resuelve con rampas y escaleras minimizando la creación de muros de contención y modelando el paisaje de manera a salvar los desniveles. El hormigón bruto en diferentes acabados -entablillado, abujardado o liso– es el único material buscando que con el paso del tiempo se funda con el terreno.