El programa de usos se reparte en 3 plantas, en una superficie total de 5.339 metros cuadrados. El edificio, conocido como el edificio del Reloj, fue proyectado en su día por Luis Astiazaran. Su rehabilitación potencia su singularidad como referente urbano, sobre el ría Deva. Se ha optimizado su eficiencia energética y la cubierta está dotada con placas fotovoltaicas, dos máquinas de aerotermia, y todo el sistema de iluminación es led.

Restauración del edificio Kulturola por Jovino Martínez Sierra. Fotografía por Marcos Morilla.
Descripción del proyecto por Jovino Martínez Sierra
El conjunto industrial edificado sobre el cauce del río Deba en 1939 fue proyectado por el arquitecto Luis Astiazarán para las instalaciones de Unión Cerrajera. También conocido como edificio del reloj, el edificio Kulturola representa uno de los elementos más significativos de la memoria industrial de Arrasate, ahora recuperado para usos culturales.
Se trata de uno de los ejemplos más identificativos de la arquitectura industrial del Movimiento Moderno en el País Vasco, catalogado en el Inventario General de Patrimonio Cultural Vasco como Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento.
El pasadizo que atraviesa el edificio en planta baja, antiguo acceso al conjunto industrial, se incorpora al espacio urbano y a la vez configura un gran umbral de entrada al edificio, convirtiéndose también en un lugar de actividades a cubierto.
La restauración del edificio Kulturola recupera y potencia los valores de la arquitectura industrial del Movimiento Moderno, tales como la singularidad, el valor de conjunto, la vinculación edificio-paisaje-río, la representatividad tipológica y la singularidad constructiva, mediante una actuación contemporánea.
Se devuelve a las fachadas la composición original de los huecos, utilizando unas carpinterías de acero de mínima sección con los antiguos despieces. En la cubierta se restituyen los lucernarios originales (destruidos y tapados), recuperando la espacialidad e iluminación cenital de las plantas superiores.
Se conserva la antigua escalera histórica y se proyecta un nuevo núcleo vertical que se tiñe de rojo en recuerdo del hierro fundido que dio origen a la actividad inicial del edificio, utilizando el mismo color corporativo de la Unión Cerrajera.
Se pone en valor la estructura de hormigón con vigas de gran canto en los techos, dejando las instalaciones vistas para mantener la atmósfera industrial del edificio, cuidando la disposición de la compartimentación interior para conseguir la neutralidad espacial que tenía el edificio original.
La industrialización como proceso histórico, ha influido en la identidad colectiva y en la imagen y contribución a la modernidad de la arquitectura como reflejo de un tiempo y de unas determinadas condiciones de vida. La restauración del edificio Kulturola supone la puesta en valor de una huella en el territorio y el paisaje de la historia, la industria y la sociedad de Arrasate y del País Vasco.