Un encuentro de arquitectos con Somni organizado por Alumilux & Metall-lux

Descripción del proyecto por Jaime Prous Architects

Una lluvia de cables de acero dispone 890 perfiles de aluminio suspendidos a 2,4 metros del suelo. Esta alfombra de aluminio crea un nuevo espacio dentro de la nave donde diariamente se sueldan, cortan, y montan los proyectos de otros profesionales.

La intervención es efímera pero mutante. Al principio del acto, la claridad del dia revela el carácter escultórico de la escenografía. Durante la conferencia y el catering, la luz artificial embellece y exalta el aluminio. Finalmente, al caer la noche, unos LEDs en el interior de cada perfil iluminan el coctel y crean un catálogo a escala 1:1 para los 200 invitados.

"Somni d’una nit de primavera"

Alumilux celebra un encuentro entre arquitectos destacados de Catalunya como RCR. Por ello, y por primera vez, abre las puertas de sus instalaciones al público en Banyoles. Con la ayuda del equipo de Jaime Prous Architects, deciden invocar a Somni para que les acompañe en toda la velada.
 
Son las cinco de una tarde de primavera. Los equipos de trabajo están invocando a Somni: Álex, Nara, Eli, Pere, Oriol, Xevi…. Todos ellos lo llaman. Finalmente, en el interior de una fría nave industrial, aparece una intensa lluvia de acero. De repente, todo está calmado, la lluvia ha cesado y ha dado paso a una nube de aluminio. Ahora sí, Somni está aquí.
 
Son las siete de una tarde de primavera. Ha llegado el momento, tenemos que presentar a Somni a su público. Durante estas primeras horas, Somni es tímido y discreto; no sabe como expresarse. Se refugia en esa imagen fría y dura que el aluminio y el acero transmiten. Sin embargo su belleza no tiene parangón, la luz, proyecta en él un divertido juego de reflejos y sombras. El leve suspiro del viento genera un tintineo que llama aun más nuestra atención. Ahora sí, Somni está despertando.
 
Son las nueve de una noche de primavera. Está atardeciendo, la intensidad de la luz natural va descendiendo y deja paso a un rojo intenso, el cual manifiesta los últimos suspiros del sol antes de desaparecer y permitir que la noche llegue. Somni, por el contrario va despertando y perdiendo esa timidez que caracterizaba sus primeros momentos. El aluminio, opaco, frio e impenetrable va mostrando su vulnerabilidad con un leve destello luminoso que nace de su interior. Esa escultura silenciosa que jugaba con los reflejos y las sombras ha quedado atrás. En este momento, es su propia intensidad, su propia alma va apareciendo desde su interior.
 
Son las doce de una noche de primavera. Somni  ha despertado, ha perdido todo rasgo de timidez que tuviera. Ya no queda nada de esa imagen estática inicial. Somni ahora es pura luz, una luz fuerte e intensa que se mezcla con los espectadores, que baila y se divierte con ellos. Somni no podría estar más vivo, los gélidos reflejos en una nave industrial han sido sustituidos por una luz mágica que inunda y envuelve el espacio como si el propio aire tuviera densidad.
A pesar de esto, y del mismo modo que sucede con los últimos rayos de sol,  Somni también se despide: ha nacido y ha vivido. Llega el momento de desaparecer hasta otro año, como el Cometa que periódicamente se deja ver sobre nuestro firmamento. Pero una cosa es evidente, Somni nos ha llenado de su luz interior.