Descripción del proyecto por Claudio Gil y Anabela Silva Braga
«La necesidad de un espacio polivalente de apoyo al componente docente determinó la ocupación de la esquina definida por la calle Dr. Manuel Lopes y Dr. Leonardo Coimbra»
Una simple “caja” de forma rectangular remata el final de ambas calles. Con frontón ciego, se inclina, terminando a veces en altura, a veces desde el extenso plano vertical que presenta el principal alzado de la escuela hacia el sureste. Al final de la calle Dr. Manuel Lopes, al suroeste, la elevación de la casa “Santos” diseñada por “Àlvaro Siza” determina la opción por la cubierta inclinada, haciendo 90º con el plano adyacente. El acabado formal de los frontones / cubiertas permite reforzar la importancia del plano empotrado de la Biblioteca Municipal que se nos aparece en medio de la calle.
El volumen proyectado difiere del volumen de la “escuela”; reforzando el carácter de acabado que se pretende apoyándose solo por una cubierta hacia el Noreste. El volumen de diseño simple mantiene su versatilidad en el interior; se puede subdividir en 2 mediante un porche con contraventanas retráctiles suspendidas del techo. Una métrica de constelación ayuda a definir el lugar de iluminación en el techo. En un extremo, un vestíbulo de luz cenital y en el otro, un balcón con guarda tubular de hierro y red de acero cumplen con los requisitos legales para el uso del espacio, así como el piso de vinilo. Muro con marcador para exponer "obras de arte" de los principitos (as) por un lado y armarios lacados en blanco por el otro.
Desde el exterior, una escalera muy sencilla, realizada en planchas de granito con cuchilla rellena de gránulos de “ecodrain”, intenta “hornear” la confusión de los accesos existentes y gana el cupo hasta el patio, redondeando el volumen. Las dimensiones de los niveles permiten que los niños los utilicen de forma sencilla, pudiendo jugar, estar y disfrutar de una parte limitada del recinto escolar de forma amena.
«(…) Rapa, Tira, Deixa, Põe,… el ser, el juego, el sonido de los niños,… esperando que ellos hagan suyo este espacio y envejezcan con los recuerdos necesarios para tener los anhelos que echarán raíces,(…) Llamarlo escuela u otro nombre “queso”; ¡y el salón de usos múltiples también se convierte en la “Sala Nova”!»
Claudio Gil, arquitecto