Descripción del proyecto por USM
Una obra arquitectónica pionera
La Buchli, con vistas al terreno de la empresa USM, fue el primer proyecto residencial basado en componentes prefabricados. Diseñada por el famoso arquitecto suizo Fritz Haller para la familia Schärer en 1969, se realizó con el sistema constructivo de acero USM Haller MINI, que serviría de prototipo para futuras aplicaciones de diseño. Diseño inteligente evoca lo que significa vivir en una estructura de acero y vidrio sin separación clara entre zona de estar y de dormir, con estancias sin puertas o ventanas que no se abren. La casa Buchli refleja los cambios profundos en los ideales arquitectónicos del periodo de posguerra.
Los sistemas de construcción modular Mini, Midi, Maxi, así como el sistema de muebles USM Haller derivado de ellos, se han labrado un hueco en la historia de la arquitectura y el diseño suizos. Fritz Haller y Paul Schärer jun. confiaban en el pensamiento sistemático, y lo mismo sucede con Alexander, hijo y sucesor de Paul Schärer. En los últimos 20 años como CEO de la empresa, Alexander ha ampliado el negocio y mantenido su éxito con una combinación saludable de innovación y optimización de productos con calidad acreditada.
El éxito de USM tiene sus raíces en el concepto arquitectónico visionario de una vivienda, la Buchli, que en 2019 fue minuciosamente remodelada para conmemorar su 50 aniversario, preservando los mismos principios constructivos y normas para conservación de monumentos de la original.
La "Buchli": una vivienda con visión de futuro Rehabilitación integral de la residencia Schärer y su transformación en casa de invitados
Situada en lo alto de una pendiente sobre las instalaciones de la empresa USM, con vistas a la llanura junto al río Aare y los Alpes, se erige desde 1969 una residencia única con una enorme relevancia arquitectónica e histórica. La familia Schärer, fundadora de USM decidió recientemente acometer una remodelación completa de la que fuera su residencia privada, manteniendo los principios constructivos así como la estética originales, y cumpliendo en todo momento las rigurosas condiciones de protección del patrimonio. Las obras acaban de finalizar para convertir la que fuera residencia de los Schärer en casa de invitados de la empresa USM.
La casa, que pronto recibió el apelativo de "Buchli" por el terreno donde se asienta, fue construida en 1968 por encargo del joven director de USM, Paul Schärer. La construcción es obra de Fritz Haller (1924–2012), pionero del sistema de construcción modular y uno de los arquitectos suizos más influyentes del periodo de posguerra.
El encuentro entre el ingeniero Schärer y el arquitecto e investigador Haller, en la década de los sesenta del siglo pasado, supuso un nuevo capítulo en la historia de la arquitectura y el diseño suizos. Fruto de esta alianza surgieron tres sistemas constructivos de acero para crear edificios industriales y comerciales muy flexibles, de acuerdo con las exigencias de la época y basados en la creencia en el progreso y la tecnología, que caracterizó la segunda mitad del siglo XX. En esa época nació también el sistema modular USM Haller, famoso en todo el mundo, que se convertiría en todo un clásico del diseño.
Como prototipo de una nueva forma de "Vivir con sistema", la casa Schärer fue la primera en incorporar el sistema constructivo de acero Haller MINI. La novedad consistía en una estructura metálica de componentes modulares rellenos de vidrio, sin las divisiones convencionales en zonas de estar y de dormir, sin habitaciones con puertas y sin ventanas que se pudieran abrir. Una distribución que se podía modificar en cualquier momento mediante el estricto sistema de cuadrícula con paredes desplazables. Aunque hoy en día esto no parezca demasiado rompedor, dada la amplia variedad actual de configuraciones de estancias y estilos de vida, a principios de la década de 1970 fue un verdadero salto hacia lo desconocido.
La casa Schärer ilustra la transformación radical de los ideales sociales y arquitectónicos en el periodo de posguerra. La vida familiar representada sobre una plataforma elevada de 12 x 14,4 m con dos terrazas frontales, habitáculos mínimos para dormir y dos baños pequeños. El espacio apenas ofrecía privacidad, porque era totalmente abierto y transparente hacia el interior y el exterior.
Tras una meticulosa rehabilitación integral en la que se han tenido en cuenta todos los requisitos de protección del patrimonio, esta antigua residencia desempeñará a partir de ahora la función de casa de invitados; un alojamiento temporal para los huéspedes de empresa USM y un complemento a su concepto de hospitalidad.
En 2016 Atelier Oï transformó el taller mecánico utilizado por la primera generación del negocio familiar USM en el "Kochwerkstatt" (taller de cocina). En él, Urs Hauri y Christian Thierstein deleitan a los invitados, profesionales y particulares, con unos platos exquisitos elaborados principalmente con ingredientes regionales y de temporada, y se ofrecen cursos de cocina. En el taller se prepararán también refrigerios para los huéspedes que se alojen en la Buchli.
La Buchli: clave del éxito de USM
La Buchli, residencia privada de la familia Schärer, asienta en la cima de una pequeña colina que domina el emplazamiento de la empresa en Münsingen, y ofrece unas vistas panorámicas fastuosas. Bautizada con el diminutivo Buchli por el terreno donde se asienta, en 2019 se acometió una remodelación integral para conmemorar su 50 aniversario. Fue diseñada y construida por Fritz Haller, uno de los arquitectos suizos más influyentes del siglo XX. Este pionero de la construcción modular desarrolló los tres sistemas de estructuras e instalación MINI, MIDI, MAXI, basados en el principio básico de una construcción de acero. Haller y Paul Schärer jun. aplicaron este enfoque sistemático también al diseño de mobiliario, que dio origen al sistema de muebles modulares USM Haller conocido en todo el mundo.
Mini, Midi, Maxi
En la década de 1960, Fritz Haller bautizó sus sistemas de construcción modular con los nombres de MINI, MIDI y MAXI: "mini" para residencias privadas y oficinas, "midi" para construcciones verticales, tales como centros escolares, y "maxi" para complejos industriales. Paul Schärer jun., padre del actual CEO Alexander Schärer, se entusiasmó con la idea de Haller de una arquitectura modular. Le siguieron proyectos para una nave de fabricación nueva, un edificio administrativo y la residencia privada de la familia. La Buchli se construyó en 1969 aplicando el principio Mini, destinado a edificaciones de una y dos plantas. Consta de varios grupos de elementos: estructura de soporte, pavimento, tejado y pared exterior. Los cimientos, el sótano y el equipamiento interior se realizan a medida. La estructura portante de pilares y vigas se puede ampliar horizontalmente en todas direcciones. Los elementos de la envolvente son desmontables y se pueden intercambiar dentro de la disposición modular. Entre las ventajas indiscutibles de este sistema destacan los plazos de construcción cortos y las opciones de conversión y ampliación sencillas.
La residencia privada
La casa Schärer fue el primer proyecto residencial de Fritz Haller basado en componentes prefabricados. Se asienta en una ladera con vistas a los locales de la empresa. Desde las habitaciones del piso superior se disfruta de una impresionante vista panorámica de la cuenca del río Aare. Se accede al nivel superior de la vivienda desde la carretera, y de ahí al aparcamiento cubierto situado en la planta baja. La Buchli se erige sobre una estructura cuyos puntos de apoyo siguen el ritmo 2:5:2:5:2. El vestíbulo, situado en el eje central de la planta baja, termina en una escalera de caracol metálica que conecta con la planta superior, elevada sobre pilares. El sótano alberga una oficina y una habitación de invitados. En la planta superior, la instalación central y la zona de circulación limitan con la cocina y tres dormitorios orientados al noreste con baños en suite. El amplio salón comedor de planta abierta con balcón se extiende hacia el suroeste por todo el ancho del edificio. El eje exterior también forma un balcón en la parte trasera. Los armarios empotrados y el cuerpo central de la cocina fueron diseñados por Haller. La chimenea independiente también encaja en la cuadrícula, al igual que el resto del mobiliario interior, para el cual se recurrió al sistema modular USM Haller. Los altos ventanales rectangulares de 1,20 metros de anchura ponen el broche de oro a esta magnífica composición. En 2019 se inició el costoso proceso de remodelación integral, manteniendo los principios constructivos así como la estética originales, y cumpliendo en todo momento las rigurosas condiciones de conservación de monumentos. La residencia Buchli se utiliza actualmente como casa invitados de la empresa USM. El CEO Alexander Schärer, perteneciente a la cuarta generación de gerentes de la empresa familiar, creció en esta casa y tiene numerosos recuerdos infantiles asociados a ella.
USM Haller
Paul Schärer jun., padre de Alexander, y Fritz Haller confiaban en el pensamiento sistemático. Una vez ejecutados con éxito los proyectos de construcción, solo faltaba encontrar los muebles adecuados para la oficina abierta en un único nivel. "Después de que ambos probaran diversas posibilidades sin éxito, desarrollaron su propio sistema de mobiliario modular: una solución universal", explica Alexander Schärer. Estos muebles, como el edificio, no se basaban en piezas individuales, sino en un sistema de módulos de acero adaptables que pudieran reorganizarse. De este modo, el sistema podría adaptarse a las diversas necesidades de las instalaciones de producción y los edificios administrativos de la empresa. Había nacido el sistema de muebles modulares USM Haller. Su combinación de diseño exclusivo, versatilidad y durabilidad no tardó en captar la atención pública. USM Haller adquirió renombre internacional gracias a un gran encargo, y el sistema de muebles modulares, destinado originalmente para uso personal, comenzó a producirse en serie. Hoy en día, más de 50 años después, la demanda de este producto versátil sigue siendo alta. Sus muebles se utilizan en todo el mundo: a menudo en oficinas, aunque cada vez más en residencias privadas. En la era de las oficinas domésticas, el mobiliario de buen gusto y funcional es cada vez más importante. "El diseño intemporal y la adaptabilidad del sistema han asegurado a USM Haller una posición destacada en el mercado de muebles, y esperamos que la tendencia continúe en los próximos 50 años", declara Alexander Schärer mirando hacia el futuro. A decir verdad, USM Haller es uno de los pocos diseños de mobiliario de la década de 1960 que permanece en la actualidad sin cambios. La fusión de funcionalidad y precisión, sobriedad y elegancia discreta, ha sobrevivido a todas las modas pasajeras. El sistema de muebles modulares se ha convertido en un icono. Es sencillo, robusto, flexible y de apariencia sutil. Su inclusión en la colección permanente del Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York catapultó a USM Haller al olimpo del diseño. La durabilidad ha sido un pilar básico de la empresa USM desde sus inicios. Cuanto más tiempo se pueda utilizar un producto, menor será su impacto ambiental. La utilización de materiales duraderos y de alta calidad, fabricados con métodos respetuosos con el medio ambiente, garantiza un largo ciclo de vida. "Nuestros productos duran décadas y son muchos más ecológicos que los productos elaborados con materiales naturales como la madera, que consumen mucha energía durante su fabricación y tienen una vida media más corta", añade Alexander Schärer. Este aspecto adquiere una relevancia cada vez mayor en los debates ecológicos.