The Salk Institute for Biological Studies, una de las obras maestras de la modernidad de la arquitectura americana diseñado por Louis Kahn, está hoy más cerca de alcanzar el brillo que tenía el edificio cuando fue construido. Su ubicación adyacente al océano causó un rápido deterioro del instituto, dificultando su conservación. El Getty Conservation Institute (GCI) y el Salk Institute for Biological Studies han anunciado la finalización de una importante renovación del Instituto Salk de Louis Kahn en La Jolla.
La restauración realizada por el Getty Conservation Institute se ha centrado principalmente en la restauración de las paredes de teca de las ventanas del edificio que aunque prefabricadas, tienen una "calidad artesanal" debido a los detalles. Estas paredes, situadas dentro de las paredes de hormigón de las oficinas y de las torres de estudio, se estaban deteriorando y habían resistido de una manera no uniforme. Este deterioro se debió a la erosión en la superficie y a la acumulación de películas fúngicas.
"La asociación del GCI con el Instituto Salk es un excelente ejemplo de lo que se puede lograr cuando se les da a los arquitectos, científicos y conservadores, los recursos y el tiempo necesario para desarrollar soluciones prácticas, demostrando cómo las metodologías de conservación pueden aplicarse a futuros proyectos en el Salk y en otros trabajos de la arquitectura moderna", dice Tim Whalen, director del Getty Conservation Institute.
El edificio encargado a Kahn por Jonas Salk, el desarrollador de la vacuna contra la polio, tuvo que albergar un campus para el nuevo instituto de investigación científica Salk en la costa de San Diego, en La Jolla. Kahn y Salk trabajaron mano a mano en el diseño del edificio que alberga oficinas, laboratorios y otras instalaciones de investigación.
El Instituto Salk fue diseñado para iluminar los laboratorios subterráneos, con una serie de patios que permiten la luz y con un plano abierto que permite la circulación. Todos estos elementos del proyecto han influenciado a los investigadores de la ciencia, teniendo durante estos años grandes avances en la neurobiología, el mapeo del genoma y la investigación con células madre a pesar de que, a mediados de siglo, la falta de dinero durante la construcción y la ansiedad de los científicos para entrar en sus laboratorios, causó que el edificio tuviera una serie de fugas y daños por agua.
Durante las últimas décadas, la restauración del proyecto se ha centrado en la sustitución de los sistemas eléctricos, la actualización de las redes de datos y la modernización de la canalización. En 2013, el Getty Conservation Institute se asoció con el Instituto Salk para abordar el envejecimiento y el cuidado a largo plazo de uno de los principales elementos arquitectónicos del proyecto, la fachada, que tenía una problemática cutánea que resolver. Este problema había ocurrido en las 203 persianas de teca, que se habían manchado y decolorado. Después de 50 años, debido a la exposición del edificio a un entorno marino y dependiendo de la ubicación de cada ventana, la fachada tenía un daño no uniforme, con áreas donde las persianas se habían decolorado casi completamente, creando variaciones extremas en los tono de la fachada.
Las 203 paredes de teca de las ventanas son un elemento significativo del proyecto ya que expresan un elemento humano y una escala dentro de una estructura monumental. Cada ventana es prefabricada y con una calidad hecha a mano debido a el detalle de la madera, permitiendo que se adapten a distintas aberturas. Esto concede diferentes combinaciones de ventanas corredizas, listones y póstigos, que permiten al personal, controlar su espacio de trabajo permitiendo más luz o aire.
La restauración, llevó a los investigadores a descubrir que las paredes de las ventanas habían sufrido erosión superficial, y los biofilms de hongos habían crecido, dando a la madera un aspecto negro que varíaba por la exposición. También encontraron que los cambios en el color de la teca se debía a selladores y acabados aplicados previamente y que la infestación de insectos y la infiltración de humedad eran debidas a la omisión de los solapamientos yal desgaste durante la construcción del proyecto y al fallo de los selladores.
El proyecto de restauración resultante se dividió en dos fases; una primera fase que consistió en la indagación y la investigación, y una segunda fase consistente en simulacros de prueba. En la primera fase, el CGI y sus consultores se comprometieron con la investigación histórica, exploraron el daño de las paredes de las ventanas y realizaron análisis físicos y de laboratorio para encontrar las razones del daño. También investigaron los distintos tratamientos para la madera y las opciones de reemplazo que tenían, diseñando modificaciones que mejorarían el rendimiento general de las uniones. La segunda fase consistió en una serie de simulaciones de ensayos en el sitio que ayudarían a evaluar los diferentes enfoques y tratamientos para que identificaran la forma adecuada de continuar.
De todos estos resultados y ensayos, WJE desarrolló varios documentos de construcción para implementar la reparación y conservación de las paredes de las ventanas, con intervenciones que varían desde mínimas, (como limpieza y reparación) moderadas (limpieza, reparación y reemplazo de materiales) a mayores (llegando a extraer las uniones de las paredes deterioradas y reemplazarlas por materiales similares. WJE, con los consultores Peter Inskip + Peter Jenkins Arquitectos (I + J), recientemente completó un plan de gestión de conservación para el cuidado a largo plazo de los edificios del instituto y el sitio, financiado por una subvención de la Fundación Getty Keeping It Modern initiative.