
Vaillo + Irigaray Architects e Interplay Architects transformaron el reto que suponía cumplir con el pliego de condiciones en una serie de oportunidades. El entendimiento de la tecnología médica como una actividad colectiva da lugar a una organización coherente del interior del volumen, gracias a un esquema flexible y jerarquizado que optimiza espacios y circulaciones, fomentando la interacción entre los usuarios.
El planteamiento estructural, basado en una celosía reticulada de pilares, pantallas de hormigón y vigas en los bordes, trabajando junto a forjados resueltos mediante losas macizas de hormigón de 40 cm, se establece desde la flexibilidad y con un enfoque en las posibles transformaciones futuras. La trama regular facilita la colocación de elementos en diversos puntos, capaces de ofrecer nuevas distribuciones.
La fachada ofrece una imagen definida por una trama regular de pantallas, sin apoyos intermedios y con diferentes profundidades según la orientación solar, generando pórticos profundos en las zonas más soleadas con el doble propósito de proporcionar una mayor protección.

HTSH por Vaillo + Irigaray Architects + Interplay Architects. Visualización por BAIrender, Vaillo + Irigaray Architects y Interplay Architects.
Descripción del proyecto por Vaillo + Irigaray Architects + Interplay Architects
Se propone un nuevo edificio que extienda la actividad universitaria existente y tenga un carácter emblemático, potenciando la imagen del HTSH como centro de apoyo a la investigación médica en la vanguardia de los mejores campus universitarios, mediante una nueva imagen icónica y singular, inmediatamente reconocible.
El proyecto propone una arquitectura a la altura de la Politechnika Wroclawska. Racional en su implantación urbana y lógica estructural. Elegante por su expresión sobria y proporcionada, capaz de representar con dignidad la identidad institucional. Ambiciosa en su voluntad de convertirse en un nodo activo del campus: un espacio donde converjan saberes, personas y posibilidades.
La última de coronación del campus
El carácter esencial del edificio es de la articulación del conjunto de piezas de alrededor, sin perder el carácter propio, proponiendo una organización de todos los espacios exteriores a la vez que ofrece un entorno acogedor. El edificio no solo completa la manzana, sino que la corona, marcando el punto de encuentro entre los dos frentes urbanos de las calles Smoluchowskiego y Wybrzeże Stanisława Wyspiańskiego con un gesto de apertura. La fachada, aunque rigurosa, se pliega con sutileza para acentuar la esquina, generando una silueta icónica, proporcionada y expresiva.
El programa propuesto en las bases del concurso supone una volumetría importante en el conjunto. La lógica organizativa y las exigencias funcionales también determinan una geometría rotunda. Sin embargo, el edificio tiene la clara intención de acercarse a la escala de los edificios existentes. Para ello, la propuesta establece una estrategia capaz de distorsionar la escala de la actuación con el fin de conseguir una adecuada integración. Este carácter «urbanizador» y topográfico del edificio, permite entender el conjunto desde una nueva lógica organizativa y funcional, dando unidad y nueva imagen al todo el conjunto.

El atrio: corazón de la colaboración
El atrio, núcleo vital del edificio, se erige como un espacio luminoso y cálido, bañado por luz cenital. Su diseño, con un lenguaje rotundo y sencillo, conecta visualmente los diferentes niveles del edificio, creando una circulación fluida y natural. La calidez del espacio se potencia con una paleta cromática inspirada en el paisaje arquitectónico de ladrillo de Wrocław, que establece un diálogo armonioso con el entorno. Este espacio se convierte así en un lugar de encuentro, favoreciendo la interacción y reflejando el espíritu dinámico y abierto del proyecto.
Entendiendo la tecnología médica como actividad colectiva y dado que el HTSH promueve el encuentro y la interacción constante entre científicos/as como un medio esencial para el intercambio de ideas y el avance en el conocimiento, el nuevo edificio del HTSH potencia el carácter colectivo e internacional de la actividad del centro. Para ello propone diversas estrategias: Ordenar el conjunto en torno a espacios interiores y exteriores de gran calidad
Programa como reto y oportunidad
El cumplimiento estricto del pliego no solo se ve como una obligación, sino como una oportunidad para organizar el programa de manera lógica, clara y coherente con el volumen arquitectónico. La complejidad funcional se resuelve a través de un esquema flexible y jerarquizado, que no solo optimiza los espacios y las circulaciones, sino que fomenta la interacción y colaboración entre los usuarios.
Lugar de encuentro entre disintos departamentos. El edificio ha sido diseñado para albergar un programa multidisciplinar, donde la interacción entre los distintos departamentos y los estudiantes es una prioridad. Cada espacio ha sido pensado para fomentar la colaboración, ofreciendo múltiples oportunidades de encuentro y creando un entorno donde las personas puedan conectarse y compartir ideas. Con una dis- posición que favorece la apertura y la visibilidad, el diseño promueve una atmósfera dinámica, donde cada rincón invita al intercambio constante, alimentando un flujo continuo de cooperación y creatividad.

La flexibilidad como motor de la arquitectura
Dado que el programa, en este caso, puede ser un factor cambiante, se propone un esquema que permita la máxima flexibilidad posible, capaz de adaptarse a distintos usos y configuraciones organizativas. Este esquema permite organizar desde grandes espacios de trabajo abiertos, laboratorios, aulas, hasta una configuración lotizada en despachos o espacios más pequeños. Esto es posible debido a que las circulaciones se organizan en el eje y la comunicación vertical principal en el centro del edificio, optimizando los espacios de trabajo.
El planteamiento estructural y de fachada tiene como objetivo brindar la máxima flexibilidad a lo largo de la vida del proyecto. Sin apoyos intermedios y con una trama regular de fachada, facilita la colocación de particiones en diversos puntos, adaptándose fácilmente a nuevas necesidades de distribución. Se plantea un edificio modulado basado en múltiplos y submúltiplos de la unidad básica. Esta modulación permite organizaciones flexibles e intercambiables.
Arquitectura longeva y frugal
El proyecto apuesta por una arquitectura longeva, basada en materiales duraderos y de fácil mantenimiento. La frugalidad bioclimática es clave: el diseño minimiza las necesidades energéticas desde la propia forma y orientación del edificio, con una fachada que adapta su profundidad según la orientación. De esta manera, se evita la dependencia exclusiva de la tecnología, priorizando soluciones pasivas para garantizar la eficiencia energética.
El proyecto se plantea desde una lógica de FLEXIBILIDAD, organizando una estructura tridimensional capaz de permitir la máxima versatilidad posible.
La estrategia para conseguirlo se basa en dos principios estructurales: estructura en perímetro y fachada en celosía estructural. Estas dos premisas permiten compartimentar internamente el edificio con total libertad, dado que no hay soportes estructurales en el interior. Por otro lado, la rigidez estructural de la fachada se consigue mediante una retícula modular de pilares pantalla, vigas de borde y vuelos.

Lógica estructural y maxima flexibilidad
La estructura busca la máxima flexibilidad en la distribución de las plantas a base de un sistema de celosía reticulada de pilares/pantalla de hormigón y vigas en bordes, y forjados resueltos mediante losas macizas de hormigón de 40 cm. de canto. Este sistema permite resolver la totalidad de la luz de la crujía mediante apoyos en fachada y por tanto sin pilares intermedios. Este aspecto esencial en la propuesta, permite distribuir los espacios con total libertad: aulas de diversa tipología y tamaño.
La resolución de los forjados mediante losas macizas se basa también en una lógica de máxima flexibilidad. En primer lugar, permite optimizar el canto útil estructural; en segundo lugar, permite abrir huecos, patinillos para instalaciones, conductos, etc. en cualquier punto y, de cualquier forma. Una vez estudiado profundamente el programa y la «superposición de usos» en las diferentes plantas, permite ubicar programas diversos en plantas distintas, tabiquería en cualquier punto, circulaciones y pasillos de conexión en cualquier posición. Desaparece por tanto la «lógica vertical», posibilitando otra lógica basada en la variedad y la superposición de diferentes órdenes.
Estructura e imagen
El edificio plantea sistemas constructivos básicos, derivados de la propia funcionalidad, pero con un enfoque tecnológico innegable, buscando una imagen derivada del uso de materiales sin mantenimiento. Exteriormente el edificio ofrece una imagen conformada por pantallas pautadas estructurales de diferentes profundidades según la orientación solar, generando pórticos profundos en las zonas más soleadas con el doble propósito de conseguir una mayor protección. La imagen interna también supone una derivación de la lógica constructiva y estructural, apareciendo una correlación entre pórticos exteriores. Este sistema se interpreta interior y exteriormente desde una óptica de honestidad constructiva.