La edificación no pasa desapercibida debido a la elección de los materiales que realiza la constructora tini, que opta por materiales llamativos como el acero corten y la madera termotratada en las fachadas. Además, el edificio busca reducir el consumo tanto energético como económico mediante el uso de paneles solares en su cubierta, así como con un suelo radiante y un acabado cerámico para el suelo.
Tini Montseny. Fotografía por Paco Marín
Descripción del proyecto por Tini
Esta sencilla casa de 128m2, distribuida en dos niveles, ha sido diseñada para maximizar el espacio interior y potencia el entorno y su textura.
En la planta baja, estar, comedor, cocina, estudio, dos dormitorios y un baño se entrelazan de manera fluida con el exterior a través de un porche que se despliega sobre una extensa tarima de terraza. Esta fusión entre el espacio interior y el entorno natural crea un ambiente armónico que fomenta la conexión con el jardín.
La planta superior alberga el dormitorio principal, un enclave independiente que brinda privacidad y se despliega hacia una amplia terraza, volcada hacia la vista de la montaña.
Tini Montseny. Fotografía por Paco Marín
La elección de materiales es contundente y a la vez natural, donde la fusión del acero corten y la madera termotratada en fachadas y celosías crea una expresión muy potente y marcada. Estos elementos se integran armónicamente con la paleta terrosa del entorno, estableciendo un contraste con la ligereza de los olivos que rodean la propiedad.
En una época en la que se han normalizado los materiales de imitación, en tini defendemos el uso de materiales naturales, que expresen su caracter natural y que denoten el paso del tiempo.
La vivienda, compuesta por cuatro módulos ensamblados en un breve período de diez días, subraya la eficacia del proceso constructivo.
Se busca así mismo la manera más eficiente de climatizarla, a través de suelo radiante/refrescante y aerotermia, alimentado de manera sostenible por paneles solares situados en la cubierta. Por este mismo motivo se escoge para el suelo un acabado cerámico que potencia la inercia térmica y por tanto minimiza el consumo.
Tini Montseny. Fotografía por Paco Marín
Esta solución no solo consigue un consumo casi nulo, sino que también refleja un compromiso evidente con la sostenibilidad y la preservación del entorno natural.
El resultado arquitectónico se traduce en una volumetría contundente y expresiva en el exterior, mientras que en el interior se establece un espacio sencillo y apacible, un espacio muy abierto pero protegido donde disfrutar del paso de las estaciones.
