Estos días parece estar de moda coartar la libertad de expresión (en realidad siempre). En lo que a España le toca, Marruecos censura, veta e impide la entrada de periodistas en el Aaiún, con un “desparpajo” ante la Comunidad Europea que permanece impasible y muda, que no por ser la enésima vez que lo hace deja de sorprender.
Cuando se propuso un acto de protesta por el derribo, para el día 7 de noviembre, Ai Weiwei recibió una orden de arresto domiciliario. El acto consistía en una “cangrejada”, se tenía previsto servir cangrejos en un número de 10.000, número que es muy utilizado en los eslóganes maoístas y, la palabra china para cangrejo de río se parece a "armonía", uno de los conceptos clave de la propaganda del Partido Comunista Chino.
Las autoridades chinas ordenaron la demolición del estudio de Ai Weiwei , en Shanghái, aduciendo que el proyecto era ilegal. El artista, que asegura que fue invitado por el Gobierno local a realizar la construcción, cree que la verdadera razón de la orden es su apoyo a los disidentes y sus críticas a la política de Pekín.
Es fácil hablar de los gobiernos, sobre todo con actitudes tan torpes como las comentadas, pero sorprende más la impasibilidad de la mayoría, que ante la cotidianeidad no protestan por los actos de censura encubierta.
Las pipas de la TATE Modern son un ejemplo de diversidad como protesta frente a quienes estimulan la sordera del contrario y la uniformidad.
"Sunflower Seeds" Modern TATE. 12 Octubre 2010 – 2 Mayo 2011. Juliet Bingham, Comisaria, Tate Modern. Londres.