Reimaginando un conocimiento milenario en el contexto de La Biennale, el equipo formado por Estudio Ignacio Urquiza y Ana Paula de Alba, Estudio María Marín de Buen, ILWT, Locus, Lucio Usobiaga Hegewisch & Nathalia Muguet y Pedro&Juana, parte del sistema agrícola de las chinampas. De origen mesoamericano, y aún vigente en el ecosistema lacustre de Xochimilco, al sur de la Ciudad de México, las chinampas entrelazan paisaje, infraestructura y técnica en el entorno vivo de una ciudad emblemática como Venecia.
El histórico Xochimilco, al igual que en Venecia, ambas declaradas Patrimonio de la Humanidad en 1987, han sido testigos de la alarmante velocidad con la que el desarrollo urbano puede consumir ecosistemas prósperos.

Gran Tenochtitlan en 1519, Luis Covarrubias, Óleo sobre tela, 1964, Museo Nacional de Antropología y Vista aérea de la laguna de Venecia, imagen digital, 365_visuals/Shutterstock.com. Chinampa Veneta.
Con más de cuatro mil años de historia, las chinampas son un sistema agrícola ancestral que se sitúan en lagos de poca profundidad y se construyen en forma de bloques rectangulares con capas de sedimentos, lodo y vegetación. Sobre ellas, se cultivan flores, hortalizas y otros alimentos. Su particular disposición geométrica resulta en la formación de canales. Multiplicadas en las riberas del lago, las chinampas crean nichos ecológicos de alimentación, reproducción y refugio, que posibilitan una explosión de biodiversidad.
Frente a la situación crítica ecológica actual, las chinampas ilustran un posible camino hacia el futuro. Cada elemento que integra el sistema es igualmente importante, estableciendo una relación simbiótica que promueven la vida, capturan carbono, purifican el agua y producen alimento y oxígeno. El origen de las chinampas responde a una cosmovisión ancestral que considera a los humanos como parte de los ciclos naturales de la vida, a diferencia del desesperado control que se intenta ejercer sobre ellos actualmente.

Collage de la Chinampa Veneta, 2025, Collage sobre una imagen del Teatro del Mondo de Aldo Rossi. Chinampa Veneta.
La exposición se compone por varios episodios. Dentro del Arsenale, un sistema de chinampas representa cada momento en su proceso de crecimiento. En el ingreso, un pequeño cubo de lodo rico en nutrientes que resguarda una semilla en su interior denominado «chapín», ilustra la regeneración de una chinampa. El espacio central lo domina una chinampa viva, distinta a sus antecesoras en México, sembrada con un sistema agroforestal practicado en la región del Véneto: «la vite maritata», en la que la vid crece entrelazada con los árboles, en convivencia con la milpa, un sistema tradicional de policultivo mesoamericano.
Como una analogía al Teatro del Mondo de Aldo Rossi, otra puesta en escena flota simbólicamente en la Laguna de Venecia. El teatro, considerado por Rossi como una bisagra entre la arquitectura y lo imaginario, se transforma para la Bienal en la Chinampa del Mondo. De manera ancestral, natural y orgánica, la propuesta se presenta frente al entorno construido de la ciudad de Venecia, estableciendo un vínculo entre dos ciudades lacustres cuyas historias hídricas reflejan una lucha política por el agua potable y el territorio.