Los arquitectos del estudio Ignacio Prego Architectures cuentan con una serie de herramientas para adaptar el edificio, entre ellas, proponen viviendas con doble o triple orientación para favorecer la ventilación cruzada en un edificio vertical compacto, con el fin de integrar grandes masas de vegetación en patios y terrazas no transitables, para mantenerlas cuidadas, generando islas verdes que permiten la conservación de las especies y la biodiversidad.
Las fachadas se plantean con contraventanas móviles y celosías en los balcones, para adecuar la exposición al sol y permitir la ventilación incluso cerradas. Las numerosas ventanas se plantean con un amplio marco y con revestimientos ligeros para enfriar el edificio a la vez que se ilumina. Además, el revestimiento exterior es de ladrillo y junto al suelo, captan el aire fresco por la noche para disiparlo durante el día.
FULTON por Ignacio Prego Architectures. Fotografía por Clémence Varacca.
Descripción del proyecto por Ignacio Prego Architectures
Hoy, el mundo se está dando cuenta de los cambios inevitables a los que se enfrenta. A pesar de los esfuerzos generalizados por reducir las emisiones de carbono, los gases de efecto invernadero resultantes de la quema de combustibles fósiles se están liberando a la atmósfera, provocando un calentamiento global significativo y lamentablemente duradero. Actualmente no está claro si todos los seres humanos podrán dejar de utilizar combustibles fósiles; e incluso si todos estuvieran dispuestos a hacerlo, las emisiones siguen aumentando a nivel mundial.
Si bien el cambio climático está lejos de alcanzar su punto máximo en París, las temperaturas ya han aumentado considerablemente. La temperatura promedio en París en 2022 (14,3°C) superó la temperatura promedio de Roma para el período 1951-1980 (14,0°C), con una distribución notablemente similar de las temperaturas de verano.
En este sentido, además del reto de reducir las emisiones de carbono de los métodos de construcción, la adaptación de los edificios nuevos y existentes a los efectos del cambio climático es otra cuestión fundamental.
FULTON por Ignacio Prego Architectures. Fotografía por Luc Boegly.
Los proyectos arquitectónicos estándar inspirados en este profundo cambio de paradigma se encuentran en el sur de Europa, confiando en principios de construcción relacionados con la masa, el espesor y la distribución de las aberturas.
Por eso necesitamos proyectar una arquitectura que sea capaz de hacer frente a las temperaturas extremas que se están generalizando.
Nuestra propuesta para la parcela FULTON desarrolla un conjunto de sistemas arquitectónicos que, en colaboración, pueden limitar considerablemente el impacto térmico de los periodos de altas temperaturas en el interior de las viviendas, y los efectos de las islas de calor urbanas:
Edificios verticales compactos, que liberan espacio para plantar más zonas verdes y limitan los efectos del calentamiento urbano provocado por el desarrollo del suelo, centrándose en una densidad aceptable.
Una vegetación densa y generosa en los patios y terrazas, que reduce significativamente la temperatura del aire y proporciona sombra y confort visual, creando una verdadera «isla fresca». Se han colocado árboles y cajas nido para ayudar a proteger las especies de aves locales y crear un refugio de biodiversidad.
FULTON por Ignacio Prego Architectures. Fotografía por Clémence Varacca.
Fachadas activas, gracias al uso de contraventanas móviles en todas las ventanas y celosías estilo mashrabiya en balcones. Este gran parasol cubre el 50% de la superficie lineal de la fachada, permitiendo al residente ajustar la exposición solar a sus necesidades. Estas contraventanas perforadas también ofrecen una ventilación natural continua, incluso cuando están cerradas, formando un verdadero pleno ventilado.
La cuidadosa distribución del número y tamaño de las ventanas con marcos más grandes (60 cm), así como el uso de revestimientos ligeros en las fachadas, ayudan a enfriar pasivamente los edificios, limitando el calor excesivo en verano y fomentando al mismo tiempo una luminosidad constante en invierno gracias a la luz potencial de reflexión.
El aislamiento exterior, la inercia térmica de las paredes de ladrillo y el suelo ofrecen la oportunidad de capturar aire fresco durante la noche y liberarlo durante el día. Además, la vivienda con doble o incluso triple orientación crea las condiciones ideales para una ventilación natural durante la noche.
Todos estos sistemas pasivos crean una verdadera isla fresca y durante la última ola de calor en julio de 2022 (41 °C medidos) registramos una diferencia interior/exterior de -10 a -12,5 °C, es decir, un efecto similar al del aire acondicionado.
El cambio rápido y radical de temperaturas, que antes se consideraba suave, requiere respuestas arquitectónicas personalizadas para lograr un equilibrio crucial entre la arquitectura y el entorno.