Historia y presente a través de una relación tecnopoética. «on/» por Judith Fegerl

Con su obra, Judith Fegerl escenifica la dramatica relación entre el espacio y el tiempo. Tiempos nuevos, fuentes de energia nuevas que si desaparecen todo se desmorona. Lo mismo que sucede con los componenetes individuales de la obra de Judith Fegerl, que simplemente se caerían si no hay suministro de energía (la instalación cuenta con unos cables de seguridad). La inestabilidad de la construcción es dramatizada por la inclinación de los tubos de acero macizo generando una tensión perceptible, que delata el estado de tensión de dependencia y de necesidad de energía.

Elementos como el inversor, el almacenamiento de la batería y la caja de distribución están montados de manera inestable, escenificando las líneas eléctricas. La obra se completa con cinco tubos, utilizados a modo de estelas de acero, ligeramente inclinadas con un diámetro de unos 30 centímetros y una altura de tres metros. Cada «estela» está dividida en dos secciones desiguales que están conectadas por un elemento de color cobre. La posición y la orientación de las estelas se basan en las cinco grúas giratorias históricas, a las que las estelas estaban conectadas por un cable de acero.

En el interior del espacio expositivo, Judith Fegerl, deja una puerta abierta que permite ver la parte posterior de la instalación solar.


«on/» por Judith Fegerl. Fotografía por Günter Richard Wett.

Judith Fegerl combina elementos de una de sus exposiciones pasadas bautizada con el nombre de «momento», consiguiendo cerrar su círculo artístico, al demostrar la dependencia existencial del trabajo y la energía. Se trata la conexión temporal de los elementos de acero y el contraste con la materialidad masiva de elementos frágiles. Se aborda el concepto integral de contemporaneidad, y cómo esto conecta los procesos inherentes del sistema del arte y los desafíos que se le plantean con la realidad social.

«on/» por Judith Fegerl. Fotografía por Günter Richard Wett.

Su trabajo artístico nace de la fascinación de la artista austriaca por los procesos transformadores de fuerzas y materiales basados en el tiempo que abre un espacio experimental. La vinculación de una estética de lo funcional con la autonomía del arte hace un aporte a los debates actuales sobre las prácticas expositivas y sus responsabilidades y posibilidades, pero también es un comentario sobre una actitud social general en nuestro presente cada vez más complejo.