La muestra analiza el concepto del paisaje desde la perspectiva del arte contemporáneo, con una atención especial a los nuevos lenguajes: tecnologías digitales que permiten crear imágenes ficticias, cámaras y procedimientos de grabación autónomos. Junto a ellos, la reflexión de la pintura y del arte conceptual, que desde los años ochenta han centrado la atención en la representación y en la autonomía del arte. La fotografía tiene un papel muy importante como forma de fijar y de recrear, modificándola, la realidad.
«Horizonte y límite Visiones del paisaje» ha sido comisariada por Nimfa Bisbe y Arola Valls, y ha contado con la colaboración de numerosos artistas que, junto con instituciones y coleccionistas, han cedido sus obras para facilitar este diálogo.
Andrea Galvani, The End (Action #5), 2015. Colección de Arte Contemporáneo Fundación «la Caixa». Fotografía por Andrea Galvani Studio.
Cuatro grandes apartados
«Horizonte y límite. Visiones del paisaje» se articula en cuatro apartados que indagan en «la ficción del paisaje», «la vivencia del paisaje», «la naturaleza enmarcada» y «el impacto humano en la naturaleza».
Desde el romanticismo experimentamos el deseo de fundirnos con la naturaleza, sentir su energía, respirar a su ritmo. En la actualidad, este deseo de fusión con lo natural se presenta bajo nuevos aspectos.
El paisaje se ha ampliado hacia nuevos horizontes con exploraciones del subsuelo o viajes al pasado, a la historia, e incluso sugerencias de futuro que incorporan la movilidad del tiempo. En este proceso, la pintura y la fotografía ―junto con la poesía― han sido pioneras en la representación del paisaje.
Rémy Zaugg, Proyección (mañana/tarde), 1990-2019. Colección de Arte Contemporáneo Fundación «la Caixa». Fotografía por Association of the Friends of Rémy Zaugg y Kunstmuseum Thun. Cortesía Mai 36 Galerie Zúrich.
El recorrido comienza con tres obras que nos acercan a los conceptos de horizonte y límite, en torno a los cuales se construye el discurso de la exposición.
En «Els quatre horitzons» [Los cuatro horizontes], de 1991, Perejaume (Sant Pol de Mar, 1957), las molduras no delimitan el espacio de la representación, sino que evocan distintos horizontes pictóricos.
En la obra de 2023 «Cloud IV» [Nube IV], de Anne Imhof (Giessen, Alemania, 1978), contemplamos la imagen enigmática de una nube pintada con una paleta de rojos y turquesas.
En «Goldener Horizont» [Horizonte de oro], de Anna Talens (Carcaixent, 1978), se evoca el paisaje tumultuoso del romanticismo. Creación, angustia y esperanza: tres temas relevantes que sobrevuelan el inicio de la exposición.
Cristina Lucas. The People That Is Missing (El pueblo que falta), 2019 . Colección de Arte Contemporáneo Fundación «la Caixa».
1. La ficción del paisaje
Los artistas de nuestro tiempo tienen a su disposición una cantidad casi infinita de imágenes e ideas sobre el paisaje que les sirven para crear sus obras. A menudo combinan la visión romántica con imágenes científicas o recreaciones digitales.
Fernweh es una palabra alemana que describe el deseo de viajar, de escapar y desaparecer del lugar en el que se está. Tacita Dean (Canterbury, Gran Bretaña, 1965) pone de manifiesto la complejidad de la relación que establecemos con el entorno natural, que combina representación y fantasía, realidad y ficción.
Julius von Bismarck (Breisach, Alemania, 1983) juega con los límites entre el grabado y la fotografía para generar un engaño visual. En «Landscape painting» (Quarry Day) [Paisajismo (cantera de día)], de 2021.
En 2009, Michael Najjar (Landau in der Pfalz, Alemania, 1966) escaló la cumbre del Aconcagua, en los Andes argentinos. En el transcurso del viaje tomó fotografías que manipuló digitalmente.
La última obra de esta sección, «El problema de los tres cuerpos» (2022), de Dionís Escorsa (Tortosa, 1970) y Albert Merino (Barcelona, 1979), reinterpreta el paisaje romántico La esfinge de Roscoff.
Perejaume. Collado de Pal – Cima de Costabona, 1990. Colección de Arte Contemporáneo Fundación «la Caixa». Fotografía por Perejaume, VEGAP, Barcelona, 2023.
2. La vivencia del paisaje
¿Quién no ha deseado alguna vez detener el tiempo? En The End (Action #5) [Fin (Acción 5)], de 2015, Andrea Galvani (Verona, Italia, 1973) intentó eternizar una puesta de sol. Filmó el sol suspendido sobre el mar con una cámara fijada a un avión supersónico que viajaba a 1.700 km/h en sentido opuesto a la rotación de la Tierra.
La puesta de sol es una de las imágenes más populares y que más se han enviado y compartido a través de la postal, un género de representación que Oriol Vilanova (Manresa, 1980) ha convertido en el centro de una reflexión sobre imágenes y valores. En su instalación Sunsets from... [Atardeceres desde...], de 2012, reúne casi mil vistas del sol tiñendo de rojo paisajes idílicos.
Como en el caso de Perejaume, las caminatas forman parte de la práctica artística de Hamish Fulton (Londres, Reino Unido, 1946). Para esta exposición se ha seleccionado una serie de piezas que materializan distintas excursiones por los Picos de Europa, los Pirineos y el Mulhacén entre 1984 y 2016.
En «Mount & Landslide» [Monte y desprendimiento de tierra], del 2020, Patricia Dauder (Barcelona, 1973) toma como punto de partida los efectos de la erupción volcánica submarina de 1957 en el paisaje y en la vida de los habitantes de una isla de las Azores.
Junto a las imágenes de la naturaleza, el arte contemporáneo incorpora también el sonido. En su obra, Marcus Maeder (Zúrich, Suiza, 1971) otorga un lugar primordial a la representación acústica de la naturaleza.
Este apartado se cierra con L’Écho (2003). Su-Mei Tse (Luxemburgo, 1973) toca el violoncelo frente a un cañón montañoso. Hace sonar el instrumento, se detiene a la espera del eco que la naturaleza le devuelve y responde con otra frase musical.
Shezad Dawood, Gwynt y Môr, 2018. Pintura acrílica sobre tela y textil vintage. Cortesía del artista y de The Ryder Projects, Madrid. Fotografía por Shezad Dawood, VEGAP, Barcelona, 2023.
3. La naturaleza enmarcada
Miquel Barceló (Felanitx, 1957) atravesó el árido paisaje del desierto del Sahara, cuando viajó a Mali por primera vez en 1988. Se sintió inspirado por una iconográfica y matérica radical en las que predominan las tonalidades monocromáticas, convirtiendo la desolación de este paisaje sin horizonte en un espacio de materialidad para la pintura.
Lejos de la noción romántica del paisaje, Joan Hernández Pijuan (Barcelona, 1931-2005) pinta en «Solcs amb llum d’argent» [Surcos con luz de plata]una abstracción del paisaje acentuada por la monocromía.
En «Atando el cielo», de Victoria Civera (Port de Sagunt, 1955) de 1997, el círculo delimita un cielo, mientras que una línea blanca que actúa como horizonte lo separa de lo que podría ser la tierra.
«Spiral Forest and Gimbal» es una película de 16 mm realizada por Daniel Steegmann Mangrané (Barcelona, 1977) la filmación se programó para que la cámara rodara en un lugar de la selva tropical de la Mata Atlántica de Brasil mientras giraba continuamente, al igual que nuestro planeta.
La obra de Carlos Irijalba (Pamplona, 1979) Pannotia (Ribera), de 2021, hace referencia a un supercontinente que existió hasta hace 540 millones de años.
Marcus Maeder, Perimeter Pfynwald, 2018-2023. Fotografia por Marcus Maeder, VEGAP, Barcelona, 2023.
4. El impacto humano en la naturaleza
La huella económica y social sobre el paisaje se presenta con, «Desert Trails» [Senderos del desierto] (2012), de Xavier Ribas (Barcelona, 1960), es una composición de 33 fotografías del desierto de Atacama, en Chile, un entorno en el que se superponen diferentes tiempos históricos. Ribas completa el conjunto con una fotografía aislada de la antigua sede de la Unión de Trabajadores Ferroviarios Consejo de Santiago, que añade una referencia a los conflictos del colonialismo extractivista.
El acercamiento a los paisajes de guerra, queda reflejado con Bleda & Rosa (Castellón, 1968 / Albacete, 1970) o las dos piezas de Sophie Ristelhueber (París, Francia, 1949) que pertenecen a la serie «Fait», formada por 71 fotografías tomadas en Kuwait tras el final de la guerra del Golfo.
Andreas Gursky y Shezad Dawood muestran la otra cara de las energías renovables, retratando las verdes lomas de un paisaje cubiertas por innumerables filas de paneles solares.
La exposición termina con una serie de obras que especulan sobre el futuro. «Nursery» (Vivero), de 2020, muestra un laboratorio con un cultivo hidropónico. Thomas Demand (Múnich, Alemania, 1974) ha creado esta imagen siguiendo un método habitual en su obra: construye maquetas de papel basadas en escenas reales y, posteriormente, las fotografía. «The People That Is Missing» (El pueblo que falta) (2019), de Cristina Lucas es un vídeo en el archipiélago Svalbard, en el círculo polar ártico, un lugar en el que el cambio climático resulta muy evidente.
«Horizonte y límite Visiones del paisaje» ha sido comisariada por Nimfa Bisbe y Arola Valls, y ha contado con la colaboración de numerosos artistas que, junto con instituciones y coleccionistas, han cedido sus obras para facilitar este diálogo.
Andrea Galvani, The End (Action #5), 2015. Colección de Arte Contemporáneo Fundación «la Caixa». Fotografía por Andrea Galvani Studio.
Cuatro grandes apartados
«Horizonte y límite. Visiones del paisaje» se articula en cuatro apartados que indagan en «la ficción del paisaje», «la vivencia del paisaje», «la naturaleza enmarcada» y «el impacto humano en la naturaleza».
Desde el romanticismo experimentamos el deseo de fundirnos con la naturaleza, sentir su energía, respirar a su ritmo. En la actualidad, este deseo de fusión con lo natural se presenta bajo nuevos aspectos.
El paisaje se ha ampliado hacia nuevos horizontes con exploraciones del subsuelo o viajes al pasado, a la historia, e incluso sugerencias de futuro que incorporan la movilidad del tiempo. En este proceso, la pintura y la fotografía ―junto con la poesía― han sido pioneras en la representación del paisaje.
Rémy Zaugg, Proyección (mañana/tarde), 1990-2019. Colección de Arte Contemporáneo Fundación «la Caixa». Fotografía por Association of the Friends of Rémy Zaugg y Kunstmuseum Thun. Cortesía Mai 36 Galerie Zúrich.
El recorrido comienza con tres obras que nos acercan a los conceptos de horizonte y límite, en torno a los cuales se construye el discurso de la exposición.
En «Els quatre horitzons» [Los cuatro horizontes], de 1991, Perejaume (Sant Pol de Mar, 1957), las molduras no delimitan el espacio de la representación, sino que evocan distintos horizontes pictóricos.
En la obra de 2023 «Cloud IV» [Nube IV], de Anne Imhof (Giessen, Alemania, 1978), contemplamos la imagen enigmática de una nube pintada con una paleta de rojos y turquesas.
En «Goldener Horizont» [Horizonte de oro], de Anna Talens (Carcaixent, 1978), se evoca el paisaje tumultuoso del romanticismo. Creación, angustia y esperanza: tres temas relevantes que sobrevuelan el inicio de la exposición.
Cristina Lucas. The People That Is Missing (El pueblo que falta), 2019 . Colección de Arte Contemporáneo Fundación «la Caixa».
1. La ficción del paisaje
Los artistas de nuestro tiempo tienen a su disposición una cantidad casi infinita de imágenes e ideas sobre el paisaje que les sirven para crear sus obras. A menudo combinan la visión romántica con imágenes científicas o recreaciones digitales.
Fernweh es una palabra alemana que describe el deseo de viajar, de escapar y desaparecer del lugar en el que se está. Tacita Dean (Canterbury, Gran Bretaña, 1965) pone de manifiesto la complejidad de la relación que establecemos con el entorno natural, que combina representación y fantasía, realidad y ficción.
Julius von Bismarck (Breisach, Alemania, 1983) juega con los límites entre el grabado y la fotografía para generar un engaño visual. En «Landscape painting» (Quarry Day) [Paisajismo (cantera de día)], de 2021.
En 2009, Michael Najjar (Landau in der Pfalz, Alemania, 1966) escaló la cumbre del Aconcagua, en los Andes argentinos. En el transcurso del viaje tomó fotografías que manipuló digitalmente.
La última obra de esta sección, «El problema de los tres cuerpos» (2022), de Dionís Escorsa (Tortosa, 1970) y Albert Merino (Barcelona, 1979), reinterpreta el paisaje romántico La esfinge de Roscoff.
Perejaume. Collado de Pal – Cima de Costabona, 1990. Colección de Arte Contemporáneo Fundación «la Caixa». Fotografía por Perejaume, VEGAP, Barcelona, 2023.
2. La vivencia del paisaje
¿Quién no ha deseado alguna vez detener el tiempo? En The End (Action #5) [Fin (Acción 5)], de 2015, Andrea Galvani (Verona, Italia, 1973) intentó eternizar una puesta de sol. Filmó el sol suspendido sobre el mar con una cámara fijada a un avión supersónico que viajaba a 1.700 km/h en sentido opuesto a la rotación de la Tierra.
La puesta de sol es una de las imágenes más populares y que más se han enviado y compartido a través de la postal, un género de representación que Oriol Vilanova (Manresa, 1980) ha convertido en el centro de una reflexión sobre imágenes y valores. En su instalación Sunsets from... [Atardeceres desde...], de 2012, reúne casi mil vistas del sol tiñendo de rojo paisajes idílicos.
Como en el caso de Perejaume, las caminatas forman parte de la práctica artística de Hamish Fulton (Londres, Reino Unido, 1946). Para esta exposición se ha seleccionado una serie de piezas que materializan distintas excursiones por los Picos de Europa, los Pirineos y el Mulhacén entre 1984 y 2016.
En «Mount & Landslide» [Monte y desprendimiento de tierra], del 2020, Patricia Dauder (Barcelona, 1973) toma como punto de partida los efectos de la erupción volcánica submarina de 1957 en el paisaje y en la vida de los habitantes de una isla de las Azores.
Junto a las imágenes de la naturaleza, el arte contemporáneo incorpora también el sonido. En su obra, Marcus Maeder (Zúrich, Suiza, 1971) otorga un lugar primordial a la representación acústica de la naturaleza.
Este apartado se cierra con L’Écho (2003). Su-Mei Tse (Luxemburgo, 1973) toca el violoncelo frente a un cañón montañoso. Hace sonar el instrumento, se detiene a la espera del eco que la naturaleza le devuelve y responde con otra frase musical.
Shezad Dawood, Gwynt y Môr, 2018. Pintura acrílica sobre tela y textil vintage. Cortesía del artista y de The Ryder Projects, Madrid. Fotografía por Shezad Dawood, VEGAP, Barcelona, 2023.
3. La naturaleza enmarcada
Miquel Barceló (Felanitx, 1957) atravesó el árido paisaje del desierto del Sahara, cuando viajó a Mali por primera vez en 1988. Se sintió inspirado por una iconográfica y matérica radical en las que predominan las tonalidades monocromáticas, convirtiendo la desolación de este paisaje sin horizonte en un espacio de materialidad para la pintura.
Lejos de la noción romántica del paisaje, Joan Hernández Pijuan (Barcelona, 1931-2005) pinta en «Solcs amb llum d’argent» [Surcos con luz de plata]una abstracción del paisaje acentuada por la monocromía.
En «Atando el cielo», de Victoria Civera (Port de Sagunt, 1955) de 1997, el círculo delimita un cielo, mientras que una línea blanca que actúa como horizonte lo separa de lo que podría ser la tierra.
«Spiral Forest and Gimbal» es una película de 16 mm realizada por Daniel Steegmann Mangrané (Barcelona, 1977) la filmación se programó para que la cámara rodara en un lugar de la selva tropical de la Mata Atlántica de Brasil mientras giraba continuamente, al igual que nuestro planeta.
La obra de Carlos Irijalba (Pamplona, 1979) Pannotia (Ribera), de 2021, hace referencia a un supercontinente que existió hasta hace 540 millones de años.
Marcus Maeder, Perimeter Pfynwald, 2018-2023. Fotografia por Marcus Maeder, VEGAP, Barcelona, 2023.
4. El impacto humano en la naturaleza
La huella económica y social sobre el paisaje se presenta con, «Desert Trails» [Senderos del desierto] (2012), de Xavier Ribas (Barcelona, 1960), es una composición de 33 fotografías del desierto de Atacama, en Chile, un entorno en el que se superponen diferentes tiempos históricos. Ribas completa el conjunto con una fotografía aislada de la antigua sede de la Unión de Trabajadores Ferroviarios Consejo de Santiago, que añade una referencia a los conflictos del colonialismo extractivista.
El acercamiento a los paisajes de guerra, queda reflejado con Bleda & Rosa (Castellón, 1968 / Albacete, 1970) o las dos piezas de Sophie Ristelhueber (París, Francia, 1949) que pertenecen a la serie «Fait», formada por 71 fotografías tomadas en Kuwait tras el final de la guerra del Golfo.
Andreas Gursky y Shezad Dawood muestran la otra cara de las energías renovables, retratando las verdes lomas de un paisaje cubiertas por innumerables filas de paneles solares.
La exposición termina con una serie de obras que especulan sobre el futuro. «Nursery» (Vivero), de 2020, muestra un laboratorio con un cultivo hidropónico. Thomas Demand (Múnich, Alemania, 1974) ha creado esta imagen siguiendo un método habitual en su obra: construye maquetas de papel basadas en escenas reales y, posteriormente, las fotografía. «The People That Is Missing» (El pueblo que falta) (2019), de Cristina Lucas es un vídeo en el archipiélago Svalbard, en el círculo polar ártico, un lugar en el que el cambio climático resulta muy evidente.