
Atelier Brückner elabora una oda al país uzbeko a través de la arquitectura contemporánea y sostenible. El pabellón de dos plantas se compone de una base hecha de ladrillo y arcilla, que representan la tierra, las raíces y la cultura del país. El bosque de columnas de madera de ocho metros de la planta superior evoca la protección y el refugio de la arquitectura tradicional de templos y palacios.
El armonioso diálogo entre espacio, detalles y gráficos genera una identidad visual inspirada en la talla Ganch. Todos los materiales empleados —la madera, la arcilla, el ladrillo, la grava y la tierra— están relacionados con la tradición uzbeka; una vez terminada la Expo 2025, estos serán reintegrados en sus ciclos biológicos o técnicos.

Pabellón Nacional de Uzbekistan, Expo 2025 por Atelier Brückner. Fotografía por Josef Sindelka.
Descripción del proyecto por Atelier Brückner
Arquitectura sostenible para la Expo 2025 en Japón: El Pabellón de Uzbekistán, diseñado por Atelier Brückner, ya está abierto. La Expo 2025 en Osaka se celebra bajo el lema «Diseñando la sociedad del futuro para nuestras vidas». Uzbekistán se presenta con «Jardín del conocimiento: un laboratorio para una sociedad futura», encargado por la Fundación para el desarrollo del arte y la cultura de Uzbekistán (ACDF). El pabellón simboliza una nueva era para la nación centroasiática, representando crecimiento y perspectivas de futuro. Siguiendo principios sostenibles mediante el uso de materiales naturales y la construcción modular, el diseño ya ha sido galardonado con el oro en el German Design Award. La exposición dentro del pabellón destaca la rica historia de Uzbekistán y ofrece una visión de la ciencia, la innovación y la transformación del país.
El diseño del pabellón refleja la artesanía tradicional uzbeka, reinterpretada en una arquitectura contemporánea y sostenible. El pabellón de dos plantas, con una superficie de 1.272 m² y aproximadamente 860 m² de espacio expositivo, presenta una imagen arquetípica del paisaje uzbeko. La base, hecha de ladrillo y arcilla, representa la tierra, las raíces y el patrimonio cultural del país. La terraza al aire libre, una escultura de madera de 8 metros de altura, representa el bosque: un lugar de protección y un espacio abierto para el intercambio de conocimientos. El bosque de columnas hace referencia a la arquitectura tradicional de templos y palacios, donde las columnatas configuran los espacios. El diseño abierto, transparente y accesible del pabellón deja espacio para las ideas y el desarrollo, encarnando la apertura en todas las direcciones. Se invita a todos los visitantes a participar en la transformación continua del país y a experimentar el futuro de Uzbekistán en ciernes.

Materiales como la madera, la arcilla, el ladrillo, la grava y la tierra son naturales, reutilizables y arraigados en la tradición uzbeka, reinterpretados en un contexto moderno. Tras la Expo, se reintegrarán por completo a sus ciclos biológicos o técnicos. La escultura de madera, por ejemplo, se puede desmontar en unidades modulares y reutilizar. Los visitantes incluso pueden rastrear el origen exacto de la madera mediante un teléfono inteligente. Toda la madera utilizada (sugi, una variedad autóctona de ciprés) proviene de fuentes regionales cercanas a Osaka.
El Pabellón de Uzbekistán se presenta como un laboratorio para una sociedad futura y un espacio de aprendizaje social. La exposición se centra en los ODS 4, 7 y 9, demostrando cómo la sostenibilidad, la innovación y la educación impulsan el progreso social. La exposición refleja el proceso de crecimiento: una semilla que arraiga en la tierra, crece, florece y finalmente da fruto.

En la planta baja, «The Soil», proyectos ejemplares hacen tangible la transformación de Uzbekistán. En la sección de sostenibilidad, el enfoque se centra en la transición hacia una economía verde. Maquetas y medios interactivos muestran iniciativas de energía renovable, construcción energéticamente eficiente y soluciones de movilidad sostenible. La sección de innovación destaca los avances en infraestructura, industria y desarrollo urbano, incluyendo el proyecto Nueva Tashkent y la revitalización del Mar de Aral con el apoyo del gobierno japonés. Las innovaciones tecnológicas y sociales se presentan como claves para la participación y el desarrollo económico. La sección de educación ilustra cómo la artesanía tradicional se está fusionando con los métodos de aprendizaje modernos. Se exhiben herramientas digitales, programas de formación para jóvenes artistas y proyectos de restauración de monumentos culturales como la Mezquita Bibi-Khanym, donde se utilizan tecnologías avanzadas para preservar el patrimonio cultural. Las paredes presentan un panorama estratificado de patrones tradicionales, siluetas arquitectónicas e infraestructura moderna, formando un paisaje simbólico. Proyecciones animadas dan vida a estos elementos, narrando la historia de la transformación del país.
La exposición incorpora modelos 3D interactivos, infografías animadas y proyecciones de Pepper's Ghost. Instalaciones especiales de iluminación hacen visible el crecimiento y desarrollo de Uzbekistán, con exhibiciones que parecen brotar de la tierra misma.

En el corazón del pabellón se encuentra una plataforma elevada rodeada de una proyección multimedia de 360 grados. El recorrido de tres minutos desde la planta baja hasta la terraza comienza con el brote de las «semillas del conocimiento», representadas como raíces brillantes y símbolos de la artesanía uzbeka. Animaciones caleidoscópicas de las madrazas de Registán se transforman en arquitectura real. Voces y música, que fusionan instrumentos tradicionales con paisajes sonoros modernos, acompañan el recorrido visual. El público se sumerge en un mundo de intercambio, donde pensamientos y conocimientos fluyen como polen en el viento. La proyección se abre para revelar un vasto paisaje natural de Uzbekistán, entrelazado con proyectos de energía renovable, trenes de alta velocidad e innovaciones urbanas. En el centro florece un granado, símbolo de un Uzbekistán vibrante y renovador. El espectáculo finaliza con una transición poética: los propios visitantes se convierten en las semillas del futuro, accediendo directamente desde la plataforma a la terraza del pabellón.
La identidad visual de la exposición se basa en un diseño que combina la claridad moderna con la ornamentación tradicional. Inspirada en la talla Ganch, se creó la delicada ornamentación en estuco de la arquitectura uzbeka, las letras, los iconos y los elementos de señalización. Estos son en parte tridimensionales y en parte integrados directamente en las paredes, estableciendo un diálogo armonioso entre el espacio y los gráficos. La tipografía y la combinación de colores siguen una estética natural: tonos terrosos y patrones geométricos representan un terreno fértil que simboliza el crecimiento y la transformación.