La reforma de la «Casa ZA», planteada por el arquitecto Rodrigo Valenzuela Jerez, es el resultado de atender a una serie de requerimientos planteados por la normativa, además de la propuesta de soluciones técnicas y estrategias funcionales inteligentes e interesantes. El primer nivel se configuró como un espacio de planta libre con un baño, y el segundo posee amplios espacios, un altillo y dos baños.
Para su ejecución se optimizó el bioclimatismo y el bajo coste mediante la utilización de paneles térmicos en la fachada, grandes aleros para reducir la incidencia solar y materiales industriales.

Casa ZA por Rodrigo Valenzuela Jerez. Fotografía por Macarena Álvarez.
Descripción del proyecto por Rodrigo Valenzuela Jerez
El proceso es una colaboración con un amigo arquitecto, con larga experiencia en arquitectura industrial, específicamente en el rubro de los paneles prefabricados de refrigeración, para la habilitación de su propia vivienda.
El proyecto contempla la transformación de una vivienda preexistente de los años 70`s que había sido previamente modificada en los años 90’s. La principal acción de esta nueva intervención fue agregar un segundo nivel habitable.
Desde un comienzo, la dimensión económica del proyecto se trasformó en la variable principal de diseño. Para abordar la escasez de recursos y transformar esa restricción en una oportunidad de diseño, se utilizaron las siguiente estrategias: evitar dividir innecesariamente el espacio, trabajar con materiales industriales no siempre utilizados en proyectos domésticos e intentar reducir al mínimo las terminaciones. En términos de volumetría, la ampliación en el segundo piso es básicamente la forma resultante de las posibilidades permitidas por la normativa local que exige rasantes de 60º. Esta morfología, simple constructivamente, trajo consigo que en la llegada a los deslindes, convergieran una serie de requisitos técnicos, legales y funcionales. El otro punto relevante de la volumetría, tuvo que ver con los aleros. Estos se extienden dos metros hacia la calle y tres metros hacia el patio interior desde el plomo de la fachada. De esta manera, se buscó proteger las fachadas del sol –principalmente de la luz poniente– y, al mismo tiempo, generar zonas intermedias o terrazas, techadas pero exteriores –sobre todo hacia el patio interior.
En resumen, la utilización de paneles térmicos, la disposición estratégica de aleros de gran dimensión y el cerramiento extensivo en la fachada poniente permitieron optimizar el comportamiento bioclimático pasivo de la nueva vivienda.
Finalmente, la vivienda se configuró como un espacio de planta libre en el primer nivel, incorporando un baño; en el segundo nivel, se distribuyeron dos amplios recintos, un altillo y dos baños adicionales. La idea detrás de esta organización espacial es que los habitantes utilicen los lugares de acuerdo a sus necesidades familiares, incorporando también la posibilidad de trabajar en la casa.
Esta vivienda es la cuarta de una serie de proyectos que exploran la indeterminación programática y los sistemas abiertos. El objetivo es promover que los ocupantes de la casa puedan decidir libremente como utilizar la vivienda.