Es esta forma de trabajar de Mayte Piera lo que me sorprendió la primera vez que contactamos directamente. Piera me propuso publicar una serie de fotografías que había realizado del proyecto de Dimitris Pikionis para el entorno de la subida a la Acrópolis y del camino por el monte Filopapo.
¿De Dimitris Pikionis? Sí, me contestó… Llevo años hablando de Pikionis y viendo que es, en gran medida, un sorprendente desconocido fuera de Grecia. Desde hace mucho tiempo es un referente del paisajismo pre-contemporáneo que hemos recuperado en varios artículos publicados en METALOCUS. Que Mayte se dirigiese a nosotros, sin ser arquitecta, para proponernos un reportaje de uno de los grandes maestros del paisaje de la segunda mitad del siglo XX me pareció algo excepcional, de gran sensibilidad e inteligencia por igual, pero sobre todo especialmente importante para entender la imagen como instrumento de reconocimiento de nuestra cultura contemporánea.
Mayte Piera es un clásico, tiene una trayectoria dilatada, se dedica a la fotografía profesional de arquitectura desde hace casi treinta años. Esta actividad la compagina desde hace tiempo con la docencia en la universidad, donde ha creado "escuela" y donde transmite a los alumnos que se acerquen a la arquitectura desde una “perspectiva emocional”, indagando en cuáles son las relaciones que el espacio transmite al espectador, ocupante, usuario...
La sensibilidad mostrada Pikionis eligiendo las piedras del camino, reconociendo las escorrentías de la lluvia en el suelo, la llegada del sol o la búsqueda del imposible espacio Ático, es casi el reflejo perfecto de una sensibilidad extraordinaria que Mayte Piera demuestra en sus tomas.
Sus imágenes son mucho más que tomas técnicamente perfectas, con un elevado e intencionado control de la luz y la composición. Sus tomas buscan la lectura de un tiempo, de un momento concreto, en el que sus fotografías presentan una visión que sorprende al espectador, quien habiendo pasado su mirada distraídamente por el mismo lugar, redescubre una visión nueva, un espacio nuevo, y por ende provocando algo que no es tan sencillo, la creación de un lugar al generar un vínculo entre el observador, la memoria, el tiempo y el espacio.
¿De Dimitris Pikionis? Sí, me contestó… Llevo años hablando de Pikionis y viendo que es, en gran medida, un sorprendente desconocido fuera de Grecia. Desde hace mucho tiempo es un referente del paisajismo pre-contemporáneo que hemos recuperado en varios artículos publicados en METALOCUS. Que Mayte se dirigiese a nosotros, sin ser arquitecta, para proponernos un reportaje de uno de los grandes maestros del paisaje de la segunda mitad del siglo XX me pareció algo excepcional, de gran sensibilidad e inteligencia por igual, pero sobre todo especialmente importante para entender la imagen como instrumento de reconocimiento de nuestra cultura contemporánea.
Mayte Piera es un clásico, tiene una trayectoria dilatada, se dedica a la fotografía profesional de arquitectura desde hace casi treinta años. Esta actividad la compagina desde hace tiempo con la docencia en la universidad, donde ha creado "escuela" y donde transmite a los alumnos que se acerquen a la arquitectura desde una “perspectiva emocional”, indagando en cuáles son las relaciones que el espacio transmite al espectador, ocupante, usuario...
La sensibilidad mostrada Pikionis eligiendo las piedras del camino, reconociendo las escorrentías de la lluvia en el suelo, la llegada del sol o la búsqueda del imposible espacio Ático, es casi el reflejo perfecto de una sensibilidad extraordinaria que Mayte Piera demuestra en sus tomas.
Sus imágenes son mucho más que tomas técnicamente perfectas, con un elevado e intencionado control de la luz y la composición. Sus tomas buscan la lectura de un tiempo, de un momento concreto, en el que sus fotografías presentan una visión que sorprende al espectador, quien habiendo pasado su mirada distraídamente por el mismo lugar, redescubre una visión nueva, un espacio nuevo, y por ende provocando algo que no es tan sencillo, la creación de un lugar al generar un vínculo entre el observador, la memoria, el tiempo y el espacio.
¿Qué te llevó a la fotografía?
Aunque cada vez menos, de joven fui una persona muy tímida y poco habladora. De alguna forma la fotografía ha sido para mí un vehículo de expresión muy potente.
¿Por qué fotografía de arquitectura?
Muchas veces llegas a los sitios por casualidad, sin habértelo planteado, y luego estando allí descubres la belleza de ese lugar. Con la fotografía de arquitectura me ocurrió algo así. Un día llegó al estudio un encargo de un arquitecto y fue a raíz de aquel trabajo que descubrí lo emocionante de esta disciplina.
¿Una fotógrafa/o que consideres un referente?
Hay muchos. No me gustaría mencionar solo uno porque aprendo del trabajo de mucha gente.
¿Construir la fotografía, ideas, inspiración? ¿Qué prefieres captar espacios o crear lugares?
Para mí la fotografía en general aúna los dos aspectos: capta y crea. Toda foto es documento y emoción. Pero sí es cierto que quizá en la fotografía de arquitectura esto se hace más patente. Esa faceta de documento en la foto de arquitectura es más crítica, porque el fotógrafo da una visión personal del trabajo de otra persona. Como documento la imagen debe ser fiel a las intenciones del arquitecto y mostrar de manera honesta su trabajo. Pero por otra parte, no menos importante, el fotógrafo dota a esa imagen de una carga emocional que la aleja del simple documento y a la vez la complementa.
La fotografía de arquitectura es una fotografía pensada, meditada, una fotografía reflexiva, así que cuando abordo un reportaje me gusta visitar el lugar antes de empezar a hacer fotos. Trato de entender el espacio, analizar lo que me transmite. Estudio el recorrido de la luz o los ángulos. Busco detalles, pero sobre todo, lo más importante, procuro que el arquitecto o el interiorista me cuente la obra. Eso me proporciona mucha más información que cualquier visita que haga al lugar.
La fotografía de arquitectura es una fotografía pensada, meditada, una fotografía reflexiva, así que cuando abordo un reportaje me gusta visitar el lugar antes de empezar a hacer fotos. Trato de entender el espacio, analizar lo que me transmite. Estudio el recorrido de la luz o los ángulos. Busco detalles, pero sobre todo, lo más importante, procuro que el arquitecto o el interiorista me cuente la obra. Eso me proporciona mucha más información que cualquier visita que haga al lugar.
¿Tu primera cámara? ¿Y ahora?
Empecé trabajando con película y entonces usaba una Cambo de 9 x 12 y una Mamiya de 6 x 7. Hoy en día trabajo con una SinarArTecdescentrable y un respaldo de formato medio Leaf. No me acostumbro a trabajar la fotografía de arquitectura con cámaras DSLR
¿Hay alguna fotografía que te hubiera o te gustaría hacer?
Todas las que están por venir.
![Aínda sen título. Carta Blanca [#3] a Narelle Jubelin. (Elena Asins · Narelle Jubelin · Anna Turbau). Fotografías por Roi Alonso, cortesía de Galería Nordés](/sites/default/files/styles/mopis_home_news_category_slider_desktop/public/lead-images/metalocus_narelle-jubellin_carta-aberta_22_2p.webp?h=3b4e7bc7&itok=ALbdeJ3O "Aínda sen título. Carta Blanca [#3] a Narelle Jubelin. (Elena Asins · Narelle Jubelin · Anna Turbau). Fotografías por Roi Alonso, cortesía de Galería Nordés")
