Mientras que en 2008 Zaha Hadid y Patrick Schumacher presentaban su manifiesto "Parametricism Manifesto" en la Bienal de Arquitectura de Venecia, afirmando que el diseño paramétrico (que estudia las posibles aplicaciones de la matemática a la arquitectura) es la vanguardia del siglo XXI, Luigi Moretti la había investigado 50 años antes.
En 1960 Luigi Moretti montó la Exposición de Arquitectura Paramétrica y Operativa para el Urbanismo, en la XII Trienal de Milán experimentando la modulación de superficies curvilíneas. Experimentos paramétricos que ya había comprobado en 1954 con superficies curvas y yeso granulados en la casa en la playa de Santa Marinella; después en los perfiles del Watergate en Washington (1960-1965); en las terrazas del condominio San Maurizio en las laderas del Monte Mario (1962) y en las sorprendentes cúpulas prefabricadas del aparcamiento subterráneo de Villa Borghese (1966-72) en Roma; finalmente, en el complejo termal de las Fonti Bonifacio VIII en Fiuggi (1966-70) una obra que cierra su serie de obras maestras.
Mientras que para Zaha Hadid el interés por la arquitectura paramétrica -así como para el Barroco- se dirige al modelado epidérmico de la forma para crear "una irrealidad espectacular y vacía inspirada en las abstracciones sistemáticas del capitalismo" (Sam Jacob), en el proyecto de las aguas termales en Fiuggi de Moretti, se encuentra una secuencia espacial sorprendente.
Esta obra resume la síntesis de las fases del gran arquitecto: de los modelos clásicos pasando por la admiración por Gaudí, y llegando al estudio del lenguaje del barroco romano. Los proyectos de Zaha Hadid son "carteles que siempre se reproducen a semejanza de ellos mismos y que cumplen, en su obsesiva repetitividad, la función de crear una imagen adecuada para cualquier tipo de producto, indiferentes a cualquier contexto" (Vittorio Gregotti), en las obras de Moretti se aprecia el deseo constante de renovación y el estudio de los lugares.
En Fiuggi, Moretti desafía la fuerza de la gravedad socavando las certezas: la larga avenida con una doble hilera de plátanos, flanqueada por pasajes cubiertos por velas grandes e (increíblemente) delgadas, sostenida por vigas de hormigón pretensado, proyectando con el ingeniero Silvano Zorzi, termina frente a un virtuosismo de la ingeniería, la "carpa árabe": una cubierta de hormigón armado que se pliega con la suavidad y ligereza de una tela, una especie de marquesina que anticipa la imponente escalera central que conduce al sugerente espacio de la terraza circular superior con techo de impluvium, que recuerda al Panteón y los antiguos baños romanos.
Moretti modela los volúmenes plásticos en hormigón contra el telón de fondo de la naturaleza exuberante, un contraste entre el artificio y la naturaleza que establece un equilibrio armonioso entre el entorno construido y el entorno natural.
Al trazar los recorridos, propone soluciones compatibles con la orografía natural de los lugares, articulando itinerarios según perímetros capaces de conectar los distintos polos de interés de la estructura termal, con sensibilidad y atención al contexto.
En 1960 Luigi Moretti montó la Exposición de Arquitectura Paramétrica y Operativa para el Urbanismo, en la XII Trienal de Milán experimentando la modulación de superficies curvilíneas. Experimentos paramétricos que ya había comprobado en 1954 con superficies curvas y yeso granulados en la casa en la playa de Santa Marinella; después en los perfiles del Watergate en Washington (1960-1965); en las terrazas del condominio San Maurizio en las laderas del Monte Mario (1962) y en las sorprendentes cúpulas prefabricadas del aparcamiento subterráneo de Villa Borghese (1966-72) en Roma; finalmente, en el complejo termal de las Fonti Bonifacio VIII en Fiuggi (1966-70) una obra que cierra su serie de obras maestras.
Mientras que para Zaha Hadid el interés por la arquitectura paramétrica -así como para el Barroco- se dirige al modelado epidérmico de la forma para crear "una irrealidad espectacular y vacía inspirada en las abstracciones sistemáticas del capitalismo" (Sam Jacob), en el proyecto de las aguas termales en Fiuggi de Moretti, se encuentra una secuencia espacial sorprendente.
Esta obra resume la síntesis de las fases del gran arquitecto: de los modelos clásicos pasando por la admiración por Gaudí, y llegando al estudio del lenguaje del barroco romano. Los proyectos de Zaha Hadid son "carteles que siempre se reproducen a semejanza de ellos mismos y que cumplen, en su obsesiva repetitividad, la función de crear una imagen adecuada para cualquier tipo de producto, indiferentes a cualquier contexto" (Vittorio Gregotti), en las obras de Moretti se aprecia el deseo constante de renovación y el estudio de los lugares.
En Fiuggi, Moretti desafía la fuerza de la gravedad socavando las certezas: la larga avenida con una doble hilera de plátanos, flanqueada por pasajes cubiertos por velas grandes e (increíblemente) delgadas, sostenida por vigas de hormigón pretensado, proyectando con el ingeniero Silvano Zorzi, termina frente a un virtuosismo de la ingeniería, la "carpa árabe": una cubierta de hormigón armado que se pliega con la suavidad y ligereza de una tela, una especie de marquesina que anticipa la imponente escalera central que conduce al sugerente espacio de la terraza circular superior con techo de impluvium, que recuerda al Panteón y los antiguos baños romanos.
Moretti modela los volúmenes plásticos en hormigón contra el telón de fondo de la naturaleza exuberante, un contraste entre el artificio y la naturaleza que establece un equilibrio armonioso entre el entorno construido y el entorno natural.
Al trazar los recorridos, propone soluciones compatibles con la orografía natural de los lugares, articulando itinerarios según perímetros capaces de conectar los distintos polos de interés de la estructura termal, con sensibilidad y atención al contexto.
"La composición de las terrazas en varios niveles insiste en la asociación de discos diversamente expandidos que, evitando los bordes, se insinúan, sin rigidez, en el espeso bosque de pinos verdes”.
Luigi Moretti.
Zaha Hadid y quienes como ella han trabajado y trabajan por la espectacularidad de la forma, independientemente de la realidad física y social del lugar, diseñan para la soledad de su propia firma, creando piezas de diseño monumentales; Luigi Moretti, trabajaba por las ciudades pensando en quienes viven allí. Ante el asombro y la empalagosa aristocracia de las formas, elegid la esencia de la arquitectura, redescubrid a Luigi Moretti.