La propuesta diseñada por Batlle i Roig Arquitectes se enmarca dentro del proyecto global del Anillo Verde de Igualada, que busca generar un conjunto de itinerarios para los peatones y bicicletas en forma de cinturón verde en el perímetro de la ciudad.
El espacio natural por donde se desarrolla el el camino estaba altamente degradado por su uso industrial, objeto de una intensa actividad extractiva de la tiza que se encontraba en su subsuelo (Guixeres del Claret i del Pelfort). Tras la finalización del actividad minera la zona fue utilizada como estación de transferencia para los residuos del municipio.
El proyecto tiene dos objetivos principales: Uno de conectividad, llegando a alcanzar la continuidad de este anillo verde global todo reconociendo las principales visuales sobre la ciudad y Montserrat, y generando una secuencia de zonas de estancia. Y un segundo de recuperación paisajística y de biodiversidad, estableciendo los elementos necesarios para generar una nueva dinámica en el sitio que mejore progresivamente sus condiciones ambientales mediante el aprovechamiento de agua.
Descripción del proyecto por Batlle i Roig Arquitectes
El proyecto se establece dentro del esquema más amplio del Anillo Verde de Igualada, cuyo objetivo es generar una serie de itinerarios para peatones y bicicletas en forma de cinturón verde alrededor del perímetro de la ciudad. Esta nueva infraestructura de movilidad sostenible se propone diseñar un sistema de parques y espacios abiertos periurbanos que funcionen como una red adecuada para actividades recreativas amigables con el medio ambiente, adaptando y recuperando, en gran medida, los espacios que están actualmente en desuso o subutilizados. En este contexto, el Camí de les Guixeres, la pista que conduce a las minas, representa la recuperación de un tramo de 1,65 kilómetros, de los cuales ya se han completado los primeros 800 metros.
La franja central, con la pista principal de arena granítica, garantiza la continuidad del Anillo Verde. Tiene aproximadamente tres metros de ancho y se distribuye principalmente siguiendo el camino original. Esta pista se complementa con una segunda franja, en forma de mirador lineal con vistas a la ciudad de Igualada. Este punto de ventaja se materializa mediante una franja pavimentada de 1,2 metros de ancho a lo largo del borde exterior de la pista, directamente relacionada con las vistas. Está construido con pavimento duro, lo que le da a la pista una franja con accesibilidad mejorada. Además, el hormigón utilizado está hecho con un agregado luminiscente que mejora la visibilidad durante la noche al devolver, en forma de luminiscencia, la energía solar captada durante el día.
El diseño de este punto de vista escénico lineal reconoce los principales hitos, vegetación y árboles existentes al ampliar y crear áreas de descanso, complementadas con bancos lineales. Finalmente, esta franja reconoce las excepcionales vistas de Montserrat desde el cerro Les Guixeres, generando un punto de ventaja final en forma de estructura en voladizo sobre la ladera de la montaña.