
La intervención actual, de noAarchitecten, pretende recuperar la imagen del siglo XIX, sustituyendo la ampliación de la década de 1950 (que no se reflejaba en su historia), consolidando su estructura y facilitando la integración de su nuevo programa como centro de recepción turística y de visitantes, que se hibrida con la lectura de la compleja y larga historia de la ciudad junto al río.
La intervención supone la aplicación de una nueva mampostería, una nueva capa en el tiempo y transformaciones del edificio, que de manera cuidada reflejan la paleta de colores de los históricos muros de piedra. La gradación de colores se realizó en colaboración con el artista Pieter Vermeersch, mediante una cuidadosa selección de ladrillos y exhaustivas pruebas a escala real.
La mampostería se complementa con hormigón arquitectónico para elementos importantes de las fachadas, como los marcos de las ventanas y los aleros. El carácter cerrado del nuevo muro a nivel del muelle encaja a la perfección con la urgente protección contra la crecida del agua y se integra en el Plan Sigma.

Nuevo Het Steen por noAarchitecten. Fotografía por Kim Zwarts.
Descripción del proyecto por noAarchitecten
Desde hace mil años, el Steen (catalogado en 1936) constituye una piedra angular esencial y un símbolo de la ciudad de Amberes. El edificio ha evolucionado continuamente adoptando nuevas formas, usos y narrativas. La fase más reciente contribuye significativamente a su carácter público y a su ubicación junto al río, invitando a todos, tanto turistas como ciudadanos.
Impresionante en el paseo marítimo, el icónico Steen es el principal vestigio del Amberes histórico tras la depuración del río Escalda en 1890. El edificio, que formaba parte de un complejo entramado urbano con calles y plazas, adquirió posteriormente su carácter distintivo como castillo independiente. El anexo, menos valioso de la década de 1950, ha sido sustituido por una nueva ampliación, que realza su papel en el paseo público a lo largo del río. La nueva mampostería refleja la paleta de colores de los históricos muros de piedra. Cerrado y robusto a nivel del muelle, forma parte de la protección de la ciudad contra la crecida del agua.
El Steen alberga ahora los principales servicios turísticos de la ciudad, a la vez que resulta igualmente atractivo para sus ciudadanos. La nueva torre pública ofrece vistas al río y a la ciudad. Incisiones conscientes definen la escala y la forma de las diferentes partes del edificio y ofrecen espacios y vistas inesperados en su interior público.

Los monumentos forman estructuras primordiales en la ciudad; definen su memoria colectiva. Modificar los monumentos requiere sensibilidad; las personas se sienten afectadas emocionalmente. El Steen que vemos hoy es el resultado de siglos de construcción y reconstrucción. No es posible distinguir con precisión los diferentes períodos de construcción. Esta ambivalencia ha impulsado la estrategia de diseño, priorizando la continuidad sobre el contraste. La nueva ampliación ha fortalecido el antiguo monumento; juntos, se han convertido en un solo edificio, conciliando diferentes capas temporales.
El cliente, la ciudad de Amberes, se propuso utilizar el edificio como una infraestructura turística central, combinando una oficina de turismo, un centro de visitantes sobre la historia y el futuro de Amberes, y una terminal de cruceros. El diseño responde a estos deseos, pero al mismo tiempo reconoce su inevitable carácter temporal. La estrategia de diseño anticipa los cambios futuros y prepara el Steen para una futura reutilización adaptativa. La restauración, renovación, ampliación y transformación forman parte de un proceso mucho más largo. El diseño no es el punto final, sino la siguiente ampliación del edificio, una nueva fase de construcción que también tendrá una secuela.

La preservación del valor cultural, histórico y arquitectónico del monumento se ha combinado con la definición de diferentes zonas de confort para reducir el consumo energético. El diseño combina la conservación y el mantenimiento a largo plazo con la posibilidad de cambios futuros. Esto requiere una organización inteligente del sistema de circulación, una integración inteligente de la tecnología y el uso de materiales duraderos y resistentes al envejecimiento.
Las nuevas fachadas son de ladrillo en colores que siguen la paleta de colores de los antiguos muros de piedra natural. Junto con el artista Pieter Vermeersch, la gradación de color final se determinó mediante una cuidadosa selección de ladrillos y exhaustivas pruebas a escala real. Los interiores se despliegan como una secuencia de elegantes salones, donde elementos tradicionales como chimeneas (utilizadas para la ventilación mecánica), parteluces y ventanales crean un ambiente íntimo pero majestuoso.
Los materiales interiores son sobrios y duraderos, con ladrillo, piedra natural y suelos de madera. Múltiples escaleras y ascensores conectan las plantas antiguas y nuevas, mejorando la sensación de continuidad, al tiempo que permiten un uso plural, descubrimientos y la sensación de perderse.