La propuesta de OMNO Lab se inspira en la arquitectura tradicional de las residencias tibetanas, por lo que en la estructura de la cabaña se ha utilizado madera carbonizada negra, con el fin de integrarla en el bosque adyacente y generar un distintivo símbolo oscuro. Además, uno de los objetivos era que las personas que la observaran desde lejos percibieran la simetría del edificio, para luego descubrir su intencionada asimetría interior.
OMNO Lab ha priorizado la sostenibilidad y el uso de materiales locales en la elección de la estructura, buscando reducir el impacto ambiental. En el exterior, se han empleado paneles inclinados que recuerdan la forma de escamas de pez y generan una serie de aberturas que permiten el libre movimiento de las abejas. Para el suelo se han utilizado ladrillos rojos porosos que, combinados con el color negro de la madera, llaman la atención del visitante e invitan a entrar.
Por otro lado, en la cubierta se ha incorporado una estructura de alero de estilo tibetano-han. Los paneles del techo, con su forma curva, contribuyen a la difusión de la luz y garantizan una iluminación natural equilibrada en el interior. Todos estos elementos evocan la solidez y el carácter de la arquitectura tradicional tibetana.
Cabaña de observación Shannan Beehive por OMNO lab. Fotografía por Qiwei Wang.
Descripción del proyecto por OMNO lab
El Proyecto de Observación de la Colmena se encuentra en medio de las montañas del municipio de Jieba, ciudad de Shannan, en el techo del mundo en el Tíbet. Originalmente, era un huerto cultivado por los ancestros tibetanos del municipio de Jieba hace 60 años y ahora se ha transformado en una zona de recolección de abejas.
Nuestro encargo fue diseñar un espacio que mostrara la vida de las abejas y brindara a los visitantes una experiencia práctica de recolección de miel. Dada la frágil ecología de la meseta a gran altitud, priorizamos la sostenibilidad y los materiales locales en la elección de la estructura y los materiales para minimizar el impacto en el terreno natural. Debido a la intensa radiación ultravioleta y las escasas precipitaciones características de las regiones de gran altitud, optamos por madera carbonizada negra resistente a la corrosión como material de construcción principal. El uso del color negro buscaba integrar la estructura con el bosque circundante, creando un distintivo símbolo negro.
En cuanto al concepto de diseño, nos inspiramos en la arquitectura tradicional de las residencias tibetanas, empleando componentes de madera ligeros y delgados para simular la robustez de las paredes de ladrillo y piedra. El diseño exterior evocaba las formas inclinadas de la arquitectura tradicional tibetana. Los paneles exteriores inclinados, con forma de escamas de pez, creaban aberturas para el libre movimiento de las abejas. Esta lógica constructiva, con finos elementos de madera, buscaba evocar la solidez de la arquitectura tradicional tibetana al visitar el Proyecto de Observación de la Colmena.
En el interior, nuestro objetivo era crear un ambiente contradictorio, transparente y a la vez cerrado, que evocara un santuario religioso para abejas. En contraste con la simetría exterior, la distribución y la funcionalidad internas mostraban una asimetría intencionada. La intención era que los observadores percibieran la simetría desde la distancia, solo para descubrir la asimetría interna al entrar.
Para el suelo, elegimos ladrillos rojos porosos como material que armonizara con la arquitectura primitiva del campo, con la combinación de colores rojo y negro que atraía la atención hacia la entrada.
En el diseño del tejado, incorporamos elementos de la arquitectura tradicional tibetana, en concreto la estructura de alero de estilo tibetano-han. Los paneles de aluminio desnudo no solo imitaban los materiales tradicionales para techos, sino que también mejoraban la difusión de la luz solar gracias a sus formas curvas, garantizando una iluminación natural más equilibrada en el interior.
El proceso de construcción de este proyecto evitó la participación de equipos de construcción modernos y, en su lugar, involucró a aldeanos y carpinteros locales que, en una semana, ensamblaron la estructura con materiales prefabricados, gracias a la colaboración entre arquitectos, aldeanos y carpinteros indígenas.
