Cada uno de los volúmenes esta construido con una estructura de naturaleza diferente, el superior mediante cerchas de madera A-Frame, que permite el reciclaje de agua, la filtración de la luz y la ventilación pasiva de la vivienda. En la parte inferior el sistema constructivo es mediante muros de carga con piedra del lugar que generan habitaciones abiertas al bosque. La conexión entre los dos espacios se realiza a través de una escalera en la terraza que da acceso a la parte inferior desde la parte publica.
La Colorada por PPAA. Fotografía por Rafael Gamo.
Descripción del proyecto por PPAA
Ubicada en Valle de Bravo y a sólo dos horas de la Ciudad de México, se encuentra la Colorada, una residencia cuya identidad parte del protagonismo que le otorga a la naturaleza y la forma que adquiere para conseguirlo.
La casa está rodeada por una naturaleza increíble, por lo que un reto fue preservar el terreno prácticamente intacto. Después de analizar el sitio, identificamos que en la pendiente del terreno existía un área libre de árboles, en ella colocamos un volumen para los dormitorios, que nos permitió absorber la pendiente y tener una excavación mínima, sobre él flota una estructura ligera con un método tradicional de construcción. Estas intenciones nos permitieron desaparecer el volumen inferior y que el área pública flote entre los árboles. El gran acierto de este proyecto reside en la forma cómo logramos distribuir el programa en el bosque.
La arquitectura se coloca como dos piezas dislocadas que marcan una distinción ente lo público y lo privado. En la planta alta, el área pública ocupa una huella de construcción mínima para darle prioridad a la terraza; en la planta inferior, el área privada se ubica de frente y perpendicularmente al área pública. Por su parte, la gran terraza y mirador se extiende sobre la cubierta de los dormitorios; es un sitio desde el cual se puede admirar la naturaleza.
El sistema de construcción A-Frame del área pública recolecta el agua para reciclaje, filtra la luz y ventila la casa de forma pasiva. Se decidió utilizar este sistema de construcción puesto que, además de su factibilidad funcional, en términos espaciales genera una cubierta habitable con un ambiente cálido. Una estancia y un comedor semiabiertos, la cocina y un área de convivencia para la familia, además de los servicios, alimentan la vida en este nivel; en la terraza se encuentra el área de piscina y descanso.
La Colorada por PPAA. Fotografía por Rafael Gamo.
Para equilibrar el deseo de privacidad con una estrecha conexión al bosque, se optó por colocar los dormitorios a lo largo de la planta inferior con un sistema de construcción a base de muros de carga. Las recámaras se abren al bosque y están protegidas por un pórtico que recorre todo el volumen en sentido longitudinal.
Una escalera sumergida entre ambos volúmenes conecta la gran terraza y área pública con los dormitorios. Esta circulación funciona como un umbral que conecta los dos momentos de la casa: el de contemplación (área pública) y el de introspección (área privada).
Respecto a los materiales, se utilizó piedra del lugar para los muros y madera certificada. Los interiores se llenan de materiales y colores cálidos, mientras que el acabado negro en el volumen inferior es negro para acoplarse a los tonos de los árboles y desparecer. Al interior, los muros tienen un acabado natural de tierra; y se eligió teja para la cubierta con el fin de mimetizarse con la corteza de los árboles.
La Colorada es una arquitectura alejada del protagonismo, por el contrario, es una residencia que se acopla con paisaje y a momentos, desaparece entre la naturaleza.