
PHTAA reimaginó el lenguaje arquitectónico del edificio eludiendo el simbolismo religioso explícito, creando la imagen de un espacio abierto e inclusivo para una comunidad más amplia (aludiendo al pasaje bíblico en el que Jesús se aparece a sus discípulos junto al lago, guiándolos a echar sus redes y recoger una gran cantidad de peces). La materialización de esta idea hizo que los arquitectos buscasen un material que resonara con la narrativa bíblica.
Se utilizaron bloques de vidrio, cuya fabricación consiste en la unión de medios bloques que, al ser manipulados, facilitan la creación de una fachada que evoca las ondulantes y luminosas cualidades del agua, una alusión al pasaje bíblico, a la vez que permite la ventilación natural de los sistemas externos del edificio.

Rehabilitación del Centro de Estudiantes Bautistas por PHTAA. Fotografía por Kukkong Thirathomrongkiat.
Descripción del proyecto por PHTAA
Ubicado en el denso tejido urbano de Bangkok, el Centro Bautista de Estudiantes ocupa un emplazamiento estratégico en una importante intersección cerca de una estación de tren con conexión directa al aeropuerto. El edificio de cinco plantas albergaba originalmente locales comerciales de alquiler en la planta baja, una escuela de idiomas para la comunidad en la segunda y tercera planta, una sala de seminarios en la cuarta planta y una iglesia en la quinta.
Al reimaginar el lenguaje arquitectónico del edificio, el diseño evitó el simbolismo religioso explícito, garantizando un espacio abierto e inclusivo para una comunidad más amplia. La inspiración se basó en un pasaje bíblico en el que Jesús se aparece a sus discípulos junto al lago, guiándolos a echar sus redes y recoger una gran cantidad de peces. Esta imagen de "pescadores de hombres" se convirtió en la metáfora que guió el proyecto, interpretada como un símbolo de alcance, comunidad y colaboración.

Tras desarrollar el concepto inicial del diseño, el equipo comenzó a buscar un material de inspiración que resonara con la narrativa bíblica. Esta exploración condujo al descubrimiento de un aspecto poco conocido en la fabricación de bloques de vidrio: cada bloque comienza con dos mitades huecas que posteriormente se fusionan mediante calor para formar una unidad completa. Al apropiarse de estos "medios bloques" inacabados, el diseño creó una fachada que evocaba las ondulantes y luminosas cualidades del agua, una alusión al pasaje bíblico, a la vez que permitía la ventilación natural de los sistemas externos del edificio.
Para comprobar la viabilidad, se construyó una maqueta a escala real durante la renovación del estudio del equipo de diseño. Esta demostró un sistema estructural en el que soportes de acero en forma de U sujetaban los medios bloques de vidrio dentro de una estructura de acero, permitiendo al mismo tiempo su desmontaje y mantenimiento. El proceso de maquetación no solo garantizó la viabilidad de la construcción, sino que también convenció tanto al cliente como a los contratistas de la eficacia del diseño.

Finalmente, se mejoró la circulación mediante la introducción de una escalera de acero plegable en un lateral del edificio, que proporciona una conexión directa entre la planta baja y la segunda planta. El seminario y la iglesia conservaron sus ubicaciones, pero ahora coexisten con una fachada renovada que transmite practicidad y resonancia simbólica.
El proyecto ejemplifica cómo las intervenciones arquitectónicas en contextos urbanos densos pueden mediar entre la necesidad funcional, la experimentación material y la interpretación simbólica, transformando un edificio comunitario convencional en un hito urbano más abierto e inclusivo.