El uso de materiales y técnicas constructivas de la zona permite conservar y promover la identidad local. El uso de la celosía de tabique hace alusión a la materialidad que algún día tuvo el pequeño poblado cercano. La madera de la carpintería es de rosa morada, un árbol de la zona. La vivienda se aprecia como un único bloque, ya que los arquitectos utilizan bloques de hormigón para la construcción, revestidos en su exterior e interior con cemento y pigmentos naturales, que es el material más accesible de la zona.
Casa que da por Red Arquitectos. Fotografía por Miguel Ángel Vázquez Calanchini.
Descripción del proyecto por Red Arquitectos
Casa que da se encuentra en Cerritos, Baja California Sur, una pequeña población entre la Paz y Cabo San Lucas. Pertenece al municipio de Todos Santos, es un pueblo mágico en la falda de la Sierra Laguna. La localidad de Cerritos, ha sido construida en consecuencia del desarrollo de complejos turísticos sin ordenamiento ni identidad por ser una playa atractiva para nadar y surfear. Sus residentes fomentan la actividad artística y cultural tejida con sus orígenes. La localidad conserva parte de su herencia minera en algunas construcciones de tabique rojo y chimeneas de humo en medio del desierto.
El proyecto configura un espacio, en donde el vacío de materialidad y formalidad permite ver las montañas y el océano Pacífico todo el tiempo, mientras se descansa, se baña en la regadera o se está en la cocina. Se observa a través de ella y con ella. No existe la forma de despegarse del paisaje. La expresión formal a través de una geometría dura y escultórica que se despliega, significa un segundo hogar en el Pacífico mexicano para ellos
Casa que da por Red Arquitectos. Fotografía por Miguel Ángel Vázquez Calanchini.
El aporte de los clientes, una pareja de Austin Texas, Estados Unidos, es parte fundamental de Casa que da. Laura es amante de las montañas y su misterio, encuentra fascinación en escalar montañas. Nick es surfer, de profesión chef, incorpora una mezcla de sus raíces méxico-americanas en su cocina. Nick nombró «Casa que da» a esta vivienda haciendo una traducción de la actividad de «dar» como una expresión culinaria.
La continuidad geométrica de la obra se desdobla en sus fachadas de forma alegórica (imposible descifrarla en una sola cara), entre planos y derivada de la posibilidad de conectarse continuamente con el paisaje, que nunca termina, que continúa y se funde con otros paisajes es una relación constante entre la montaña y el mar. El rompimiento geométrico se da con el lenguaje establecido formalmente por las pocas edificaciones circundantes. De forma mezclada con el desierto y su color “choya” (planta endémica) Casa que da se postra de forma sobria en el paisaje.
Casa que da por Red Arquitectos. Fotografía por Miguel Ángel Vázquez Calanchini.
La casa esta construida con block de concreto, el material más accesible de la zona y recubierta en su exterior e interior con cemento y pigmentos naturales. Esto permite apreciar la casa como una escultura monolítica, y a la vez controlar la sensación térmica ante el intenso calor. El uso de la celosía de tabique hace alusión a la materialidad que algún día tuvo el pequeño poblado. La madera de la carpintería es de rosa morada, un árbol de la zona. La utilización de materiales y técnicas constructivas de la zona permite conservar y promover la identidad de la localidad. El carácter de sostenibilidad de la casa, radica en la no utilización de acabados foráneos industrializados apostando a la utilización de cemento, pigmento y gravas de la zona además de respetar la vegetación endémica.
La celosía poniente formada por piezas circulares, son piedras de molino de maíz (nixtamal), que llegaron a México a través de los conquistadores españoles. Estas piedras de molino de maíz son una apología de la propuesta culinaria con base en el maíz que tiene el chef Nick. Las piedras para el molino de nixtamal son redondas y con hendiduras con un rayado perfecto para ser utilizadas. Como parte esencial del molino, se encargan de triturar el maíz hasta convertirlo en la masa perfecta para hacer tortillas u otros alimentos. En Casa que Da, las piedras talladas crean un juego de luz y sombra, filtrando la luz solar y generando patrones en el interior.
Casa que da por Red Arquitectos. Fotografía por Miguel Ángel Vázquez Calanchini.
El programa arquitectónico se desarrolla en 150 m² de la totalidad del terreno de 2,000 m² con orientación favorable a los vientos y al atardecer. En la planta baja se encuentra una cocina abierta, sala, comedor, terrazas exteriores, áreas de servicio, dos recámara y dos baños completos, orientados de tal forma que la vista al mar y las montañas la atraviesen constantemente.
La comunicación a la planta alta se realiza mediante una escalera exterior que lleva a la terraza principal que tiene una vista de 360 grados del paisaje donde comienza y termina la montaña. La escalera esta adosada a la casa, cubierta por una celosía de tabique que devela un juego de luces y sombras en el recorrido.
Casa que da por Red Arquitectos. Fotografía por Miguel Ángel Vázquez Calanchini.
Sin duda, Casa que da es una edificación para ver y ser vista, a través y con el paisaje. El despliegue de sus planos permite observar dentro de la casa el paisaje incorporarlo a lo habitual y cotidiano. Su ubicación permite tener vistas hacia el mar y hacia las montañas además la posición perpendicular al sol permite un juego de volúmenes geométricos con la luz solar hacia el interior.
Casa que da expresa en continuidad sus gestos arquitectónicos con la intención de recorrer la casa, como se recorren las montañas, las olas del mar y donde el atardecer penetra en todos los rincones del espacio.