El conjunto, formado por un sistema de fuentes interconectarlas entre sí para el riego de las palmeras, los huecos excavados, bajo rasante, recuerdan los espacios que utilizaban los artesanos para poder sentarse y colocar sus piernas para realizar las labores artesanas, todo ello bajo una cubierta de «Arish», la artesanía que se realizaba en el lugar.
Constructivamente, el proyecto destaca por la utilización de materiales de la zona y la realización de métodos y sistemas tradicionales, como es el caso de la cubierta de «Arish», un método de trenzado de la hoja de palma que crea una estructura resistente para su uso constructivo. Para los espacios dedicados se utilizan cristaleras que junto con los pilares de madera, replican mejor los bosques de palmeras datileras del norte del país, creando los cerramientos del edificio. En el interior, los huecos, fuentes y palmeras plantadas crean un jardín para los habitantes de la zona.
Descripción del proyecto por Leopold Banchini Architects
A la sombra de una ligera estructura de «Arish», los tejedores bahreiníes acostumbran a cavar un agujero en el suelo para encajar sus piernas. Con esta sencilla acción, el suelo se transformaba en una mesa interminable para tensar los hilos necesarios para su delicado trabajo. El arish es una técnica de construcción tradicional que utiliza las hojas secas de las palmeras datileras y las teje en una superficie resistente. Así, tanto el textil como la arquitectura que protege a los artesanos se tejieron in situ.
La fábrica Al Naseej es una instalación de tejido y un espacio social para los artesanos locales de Bani Jamrah. Forma parte de una iniciativa más amplia, de la Autoridad de Cultura y Antigüedades de Bahréin, cuyo objetivo es redefinir y revitalizar la artesanía y las industrias tradicionales de todo el país.
En el emplazamiento se ha aplicado una apretada retícula de columnas y vigas de madera como principio organizador y como referencia a las plantaciones de palmeras datileras del norte de la isla, regadas por una compleja red de canales de agua. El edificio resultante es una retícula baja y tranquila que se extiende por todo el límite del solar. Sólo las palmeras atraviesan el techo horizontal y se convierten en la expresión del edificio.
Sin embargo, en el interior, la estructura adquiere una figuración derivada de las fosas bajo el suelo en las que se sientan los tejedores mientras operan el telar de madera. Para ello, los espacios para la producción de tapices y tejidos, así como para el intercambio social, se definen a través de una serie de excavaciones precisas por debajo del nivel del suelo del edificio. Las palmeras datileras, los estanques y las fuentes se colocan en el interior del proyecto para romper aún más la rigidez de la estructura cuadriculada. La estructura es a la vez un jardín y un edificio, abierto pero protegido. Las funciones específicas encerradas únicamente por paneles de cristal se disuelven en el jardín sombreado.
Compuesto por materiales disponibles en la región, la construcción del edificio se basa en las tradiciones locales de construcción y artesanía, ensaltándolas orgullosamente. La estructura sombreada, la vegetación, la red de agua y las zonas para sentarse crean un jardín naturalmente refrescante para los habitantes del pueblo.