
Burolandschap se inspiró en la interpretación de la sección áurea a través de una antigua fórmula matemática de Fibonacci que ha fascinado a artistas y científicos a lo largo de los siglos. Siguiendo la geometría propuesta en la formula, trazaron una curva como el trazado natural que mejor integra la conexión entre las dos orillas del lago. Esta disposición multiplica la perceción del paisaje circundante de quienes cruzan el lago, haciendo que tanto a senderistas como ciclistas, puedan incrementar la visión de esta nueva naturaleza.
Los cuatrocientos metros de largo de la pasarela se componen de 30 elementos articulados, un sistema modular que lo hacen flexible y adaptable, facilitando sus movimiento según el nivel del agua, que puede oscilar hasta 130 centímetros. Además, la estructura garantiza que el puente no se mueva con las olas del viento, garantizando la estabilidad ciclista. El puente de pontones constituye un nuevo nodo en la red de rutas ciclistas de Limburgo. Además, esta conexión de senderismo también se integrará en la red de senderismo del Parque Nacional Hoge Kempen.

Ciclismo entre escombreras por Burolandschap. Fotografía por Pieter Rabijns.
Descripción del proyecto por Burolandschap
Junto a las aguas de las escombreras, donde aún se puede apreciar el pasado de las minas de carbón, se extiende un puente flotante para bicicletas, deslizándose elegantemente sobre el lago entre las escombrears. «Ciclismo entre escombreras» simboliza la conexión entre la naturaleza y el patrimonio con el futuro.
Ciclismo entre escombreras es un puente flotante en la frontera entre dos municipios con un pasado minero evidente. La zona se transformó en el siglo XX gracias a la extracción de carbón del subsuelo, lo que dio origen a las escombreras mineras. Posteriormente, también se extrajo grava en la zona, creando una gran laguna entre ambos. Todas estas actividades mineras cambiaron visiblemente el relieve a lo largo de varias décadas, creando un paisaje único. Hoy en día, ya no se extraen materias primas, pero las escombreras mineras siguen caracterizando el paisaje de Limburgo. A partir del siglo XXI, el paisaje se transformó en un espacio de ocio y experiencias donde el ciclista y el senderista desempeñan un papel fundamental.

La inspiración para este proyecto surge de las ideas de Fibonacci, una antigua fórmula matemática que ha fascinado a artistas y científicos a lo largo de los siglos. La Sección Áurea, un principio fundamental de la teoría de Fibonacci, nos inspiró en el proceso de diseño. Optamos por no trazar la conexión entre las dos orillas directamente sobre el agua, sino transformarla en una forma natural curva que se integra completamente con el paisaje según las proporciones de la Sección Áurea. Esta forma reduce la velocidad del ciclista y ofrece al usuario una variedad de vistas, creando una experiencia única para el ciclismo y el senderismo.
El puente trasciende su función de vía pública funcional y se convierte en una sinfonía de arquitectura y paisaje. Sus líneas fluidas y movimientos orgánicos rinden homenaje a la naturaleza circundante, a la vez que ofrecen un sendero acogedor para que ciclistas y caminantes disfruten de la serenidad del entorno en su rica historia industrial. Pero el diseño no se limita al puente en sí, sino que se extiende por el impresionante paisaje, donde se entrelaza con su entorno. Al cruzar el puente a pie o en bicicleta, se siente atraído por la experiencia y sorprendido por la conexión entre el hombre y la naturaleza que allí se crea. Con una impresionante longitud de 400 metros, no solo es el puente flotante para bicicletas más largo de Bélgica, sino también único en el mundo. Su imponente tamaño lo convierte no solo en una obra maestra arquitectónica, sino también en una solución funcional y práctica para conectar dos municipios por agua.

El puente está compuesto por 30 elementos articulados, lo que lo hace flexible y adaptable a las condiciones del entorno. Este diseño modular permite que el puente se mueva con el nivel del agua, que puede subir o bajar hasta 130 centímetros. Estas propiedades dinámicas permiten que el puente se adapte a los cambios del nivel del agua. La elaboración técnica garantiza una estructura estable que evita que el puente se mueva con cada ola y garantiza la comodidad del ciclista. El puente de pontones constituye un nuevo nodo en la red de rutas ciclistas de Limburgo; es un enlace indispensable en esta extensa red y ofrece una experiencia única en la provincia ciclista. Además, esta conexión de senderismo también se integrará en la red de senderismo del Parque Nacional Hoge Kempen.