En concreto, se disponen dos patios. Uno en el norte, para abrir el sótano, y otro central, en el sur, para el nivel del salón y el comedor. Esto favorece la presencia de uno cálido y otro más fresco, para ser utilizados de forma óptima durante determinados meses del año.
Casa del Roure por ENDALT arquitectes. Fotografía por David Zarzoso.
Descripción del proyecto por ENDALT
La vivienda se sitúa en una localidad del área metropolitana de Valencia, en una urbanización en desarrollo integrada entre multitud de viviendas de nueva construcción sin coherencia ni arraigo de ningún tipo. Resultaba pues complicado encontrar algún punto de partida para el proyecto, más allá de las preferencias de programa del cliente con unas premisas muy claras: una evidente diferenciación entre la zona de día y la zona de noche, un sótano para ocio y el hecho de resolver el programa de vivienda únicamente en una planta.
El proyecto busca dotar a la vivienda por un lado de cierto interés espacial y funcional y por otro de mecanismos pasivos que permitan un funcionamiento climáticamente eficiente. En ese sentido, se recurre a la utilización de los patios, un elemento tan intrínseco en la tradición mediterránea con numerosas ventajas climáticas y que permitió cumplir tres objetivos de la concepción de la vivienda: la separación entre zona de día y zona de noche, encontrar una buena orientación soleada para la zona de vida y ofrecer un sótano habitable de calidad con ventilación y luz natural.
En concreto, en el proyecto se disponen dos patios a cotas diferentes: el patio inglés a norte que se abre al sótano y el patio central a sur que se abre a nivel del salón y comedor. La presencia y orientación de cada uno de ellos crea un patio cálido y otro más fresco de modo que cada uno de ellos puede utilizarse de forma más óptima durante unos meses del año, además de favorecer la ventilación cruzada en la zona de día de la vivienda.
Uno de los retos a los que se enfrenta el proyecto derivado de la orientación a norte de la parcela y del requerimiento del promotor de disponer todo el programa de la vivienda en planta baja es la disposición de la zona de día y la zona de noche. Lo lógico es disponer la zona de día vinculada a la fachada de la vivienda, sin embargo esto obliga, en principio, a una orientación norte de la misma. La disposición del patio central, que se vincula a la zona de día pues se sitúa a la misma cota, permite dotar a la zona de día de una correcta iluminación y una orientación más óptima permitiendo al mismo tiempo disponer las habitaciones en la parte trasera aumentando su privacidad.
Otra de las decisiones de proyecto fue crear un filtro de privacidad en el patio central de la vivienda, que articulara la zona de vida y la zona de descanso. Se trata de un filtro totalmente opaco, másico, resuelto con gaviones de piedra que protege la parte más íntima de la vivienda y permite el uso independiente de una zona y otra. Esta independencia se ve reforzada también por la disposición de las circulaciones y el esquema general de la vivienda en forma de peine de modo que las dos alas quedan unidas sin interferir entre ellas. Así, la circulación principal se concibe como un tránsito hacia la zona más privada. Empieza desde el acceso con una pasarela sobre el patio inglés, que en este punto actúa a modo de foso marcando de forma evidente una diferencia entre el espacio público de la calle y el espacio privado que conforma la vivienda. Más adelante, una vez pasada la zona de día, esta circulación adquiere un carácter totalmente diferente. A un lado de éste encontramos un terrario y al otro el patio central. Así, la circulación no se entiende como un mero pasillo sino que adquiere otras funciones que la dotan de interés y significado.