La materialidad de la albañilería tanto en el cerrramiento exterior como en el interior muestra una interesante dicotomía, una constante dualidad entre interior-exterior, desde ser un muro de cerramiento opaco a mostrarse como una celosía permeable atravesada por la luz.
Descripción del proyecto por Sol89
Los espacios activos
Una vivienda urbana con un extenso programa familiar como ésta, precisa de un nutrido número de lugares técnicos y menores tan importantes para la vida doméstica como los que solemos llamar principales. Baños, aseos, cocinas, alacenas, cuarto de lavado, tendedero, salas y huecos de instalaciones, almacenes, roperos, jardineras, escaleras, guarda-bicicletas y terrazas constituyen un repertorio de espacios activos que resultan tan decisivos como aquellos dedicados al descanso y al ocio.
La planta central
La geometría del solar donde se implanta la casa, un cuadrado de diez metros de lado con tres medianeras y fachada orientada al sur, y su ubicación en el límite de un barrio de baja densidad enfrentado a la trasera de una avenida de penetración urbana con mucho tráfico, sugieren desplazar esta colección de pequeños espacios activos al perímetro del solar, liberando el centro del cuadrado para los lugares de estancia que quedarán protegidos por un doble cinturón de recintos de almacenamiento e instalaciones.
El límite grueso
Una doble caja muraria de ladrillo, la primera exterior y la segunda interior, regruesa los límites del solar y alberga los cuatro pilares de hormigón retranqueados respecto a las medianera sobre los que se apoyan las losas de cada planta, la de planta primera aligerada a la manera serliana y la de planta segunda resuelta a dos alturas para solventar el desnivel entre la terraza y el interior. Las estancias con instalaciones húmedas se disponen en el anillo exterior permitiendo su ventilación natural y asociando las bajantes y columnas de instalaciones a los cuatro soportes de hormigón.
Los espacios intermedios
Una cuarta parte del cuadrado interior queda reservado para el patio al que se vuelcan al estar-cocina y el dormitorio principal, de modo que los otros tres dormitorios quedan protegidos del soleamiento sur y la inmediatez de la calle por la logia conformada por la piel gruesa. En el acceso a la casa, el desdoblamiento de la fachada genera un zaguán donde dejar las bicicletas y con el que conciliar el encuentro entre lo público y lo privado. Esta doble fachada permite dotar de la escala precisa a los huecos del interior doméstico y del exterior urbano, respondiendo cada cara a los requerimientos funcionales o figurativos deseados. Por último, la terraza en cubierta se concibe como un lugar de celebración y encuentro con amigos y familiares, por lo que proponemos llegar a esta cota con una cierta independencia respecto al resto de la casa. Planteamos así una escalera de un tramo inserta entre las dos cajas de ladrillo a modo de adarve, un tránsito tangencial y con carácter exterior que bordea los espacios de estancia permitiendo accesos casi independientes a las distintas plantas.
La construcción como lenguaje
La pretensión de incorporar el espacio del patio al salón sugiere utilizar el mismo material para los paramentos de uno y otro para confundir los límites entre el interior y los espacios intermedios. Un ladrillo grisáceo que alterna el formato inglés y el castellano constituye las dos cajas murarias que conforman la piel gruesa de la casa. Esta materialidad cerámica junto a la del entrevigado de los forjados de hormigón dotan al espacio de una expresión constructiva que matiza la abstracción de la planta.
La geometría como composición
La casa asume el tipo de planta central circundada por espacios menores como resultado de las dimensiones del solar y las condiciones de contorno. Se confía en la geometría concéntrica que conlleva esta disposición espacial como argumento para establecer relaciones fluidas y densas entre los distintos espacios de la casa, entre aquellos que habitamos lentamente y los que permiten el devenir de la vida cotidiana.