Si bien Eduard Werner era un arquitecto especialista en fábricas, Benscheidt no quedó del todo conforme con la imagen que el nuevo edificio proyectaría al exterior. A pesar de que Werner seguía desarrollando el proyecto de la fábrica Fagus, en el año 1911, Carl Benscheidt se reunió con Walter Gropius con el objetivo de buscar alternativas para la imagen exterior de la fábrica, dado que Benscheidt pensaba que el alzado norte de la fábrica, situado frente a una vía del tren y frente a la fábrica Behrens, debía servir como un anuncio permanente de su nueva fábrica.
En las conversaciones entre Gropius y Benscheidt, el primero le hizo ver al segundo que el proyecto de Werner no conseguiría dotar a la fábrica de la imagen que esta requería para poder llevar a cabo el proyecto de expansión de la empresa que tenía en mente. En mayo de 2011, Gropius consiguió convencer a Benscheidt tras explicarle y darle a conocer los ideales a los que este tanto tiempo y pensamientos había dedicado y que explicaban como las construcciones industriales se deberían desarrollar de ahora en adelante. Como consecuencia de esto, a Gropius y a su colaborador Adolf Meyer se les encargó el desarrollo de la parte exterior del proyecto, manteniendo las plantas de Werner que ya estaban en marcha.
El ideario que Gropius desarrolló para su arquitectura industrial surge del deseo de que el diseño exterior revelase la lógica constructiva del edificio por medio de distintas soluciones artísticas, al contrario de lo que ocurría en arquitecturas industriales como la proyectada por su anteriormente jefe Peter Behrens en la fábrica de turbinas AEG, a la que Gropius acusó de carecer de autenticidad dado que su diseño exterior enmascaraba sus elementos constructivos. Gropius había expresado formalmente esas nuevas ideas en una conferencia titulada «Arte monumental y construcción industrial» que dio en abril de 1911 en el Museo Folkwang de Hagen:
El proyecto de la fábrica Fagus fue el primer proyecto de Walter Gropius y es considerado como una de las primeras y más importantes obras arquitectónicas del movimiento moderno de la primera parte del siglo XX. El edificio está compuesto por una gran cantidad de edificios con la capacidad d albergar distintas funciones, entre las que destacan la fabricación y producción de las hormas, su almacenamiento o las oficinas administrativas. Gropius tomó la decisión de proyectar el exterior de todos los edificios siguiendo una estética común que se repite, basada en el empleo de un ladrillo amarillo en toda su fachada dispuesto sobre una base lineal de ladrillo oscuro de 40 centímetros de altura.
Sin duda la excepción más significativa y recordada se produce en el edificio de oficinas de la fábrica. En este edificio de tres plantas y cubierta plana, Gropius presenta una fachada donde el vidrio adquiere la máxima relevancia ocupando prácticamente la totalidad de esta y relegando al ladrillo a un segundo plano. La decisión de prescindir de los habituales muros de carga exteriores y utilizar una estructura de pilares de hormigón armado dispuestos en el interior del edificio consiguió liberar la fachada, como se puede observar en sus ingrávidas esquinas exteriores totalmente acristaladas y libres de elementos estructurales. A su vez, esta decisión permitió mejorar las condiciones del interior de la fábrica mientras se exponían y se externalizaban como imagen de fachada las técnicas constructivas del movimiento moderno.
Posteriormente, en el año 1913 se desarrollaron trabajos de ampliación que se concluyeron justo antes de estallar la Primera Guerra Mundial. Durante la guerra se siguieron desarrollando trabajos menores como la creación de la sala de generadores o la tan reconocible chimenea. Una vez terminada la guerra el trabajo de ampliación continuó con la construcción de pequeños edificios como la portería, además, en ese tiempo Gropius y Meyer proyectaron los interiores y el mobiliario del edificio principal con la ayuda de los profesores y estudiantes de la Bauhaus. Tras esto, los arquitectos siguieron trabajando para una nueva ampliación que nunca se llevó a cabo y en 1927 Carl Benscheidt les comunicó que las actividades se iban a parar debido a complicaciones financieras, lo que supuso el abrupto fin del trabajo de Gropius y Meyer en la fábrica.
En el año 2011, la fábrica Fagus fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO debido a la influencia que este edificio tuvo sobre el desarrollo de la arquitectura del movimiento moderno y la posterior. La manera en la que el edificio introduce aspectos como la luz, el aire y la claridad en la arquitectura por medio del uso de materiales como el vidrio y el acero se puede observar en muchas de las obras posteriores de Gropius, destacando sobremanera su influencia en el edificio de la Bauhaus en Dessau y su muro cortina de vidrio.
NOTAS.-
BIBLIOGRAFÍA.-
- AA.VV. (2009). «The Fagus Factory in Alfeld. Nomination for Inscription on the Unesco World Heritage List». París: UNESCO, Septiembre de 2009.
- Benyamin, Jasmine. (2019) «Walter Gropius and Operative History: An Architectural Palimpsest». Lisboa: Docomomo Journal, número 61, marzo de 2019, pp. 18-23.
- Xue, Ju. (2016) «Walter Gropius: The Fagus Factory». París: Advances in Engineering Research, Atlantis Press, volumen 72, diciembre de 2016, pp. 99-101.