Magén Arquitectos combina en su proyecto diferentes escalas, haciendo que la fragmentación en el interior se corresponda con el uso, destinado a los más pequeños, y donde la horizontalidad del muro escalonado exterior, la celosía y el porche de acceso responden al carácter público del edificio como respuesta al papel que juega en la configuración de la ciudad.
La importancia material y el carácter contrastado de los cerramientos suponen una interesante solución que da lugar a espacios de confort. Son las celosías fijas, el muro masivo marcado por huecos longitudinales y el zócalo de ladrillo vidriado de la envolvente los que consiguen crear un juego material y luminoso que cualifica notablemente el entorno de aprendizaje.
Colegio de Educación Infantil y Primaria «Maria Zambrano» por Magén Arquitectos. Fotografía por Rubén P. Bescós.
Descripción del proyecto por Magén Arquitectos
El nuevo Centro de Infantil y Primaria está ubicado en el desarrollo residencial Parque Venecia, al sureste de Zaragoza. La heterogeneidad de los edificios contiguos – un cuartel de policía local y un supermercado -, la ausencia de referencias urbanas y la situación periférica del barrio apoyaban la idea de un proyecto introvertido. Asimismo, debía responder a una estricta economía de medios, pues una gran parte del presupuesto se destinaba a la cimentación, mediante micropilotes al tratarse de un terreno de rellenos.
Apoyado en las alineaciones exteriores, el edificio conforma alrededor de la parcela un muro-cerca continuo hacia el exterior, que delimita y resguarda el patio del colegio en tres de sus lados. En el cuarto, el patio se abre al oeste, hacia un parque forestal de pinares. Frente a la continuidad del muro exterior, los edificios se fragmentan volumétricamente hacia el patio, formando un conjunto de pabellones dispuestos en diferentes niveles, siguiendo la topografía de la parcela, para minimizar así las excavaciones.
El aulario de infantil se divide en cuerpos de dos aulas pareadas que comparten el módulo de aseos. Todas ellas se abren hacia el patio ajardinado, que conforma diferentes zonas de juegos. El proyecto combina diferentes escalas: la fragmentación en el interior se corresponde con el módulo del aula y su uso por niños de corta edad, mientras que la horizontalidad continua del muro escalonado exterior, la celosía y el porche de acceso responden al carácter público del edificio en la ciudad. En el aulario de Primaria, el edificio se fragmenta en dos volúmenes de tres plantas, escalonados media planta entre ellos para adaptarse a la topografía, y un cuerpo más bajo que contiene el vestíbulo y la sala de actos. Los edificios para comedor y gimnasio completan el perfil escalonado del centro.
La idea de haz y envés está presente en el diferente carácter de los cerramientos. Hacia el exterior, un muro masivo rasgado por huecos longitudinales con celosías fijas, con un zócalo de ladrillo vidriado. En el patio, las aulas se abren mediante generosas cristaleras, vinculando claramente los espacios lectivos con los espacios al aire libre. La importancia de la luz natural como material que cualifica el entorno de aprendizaje se manifiesta en la sección de los lucernarios de las aulas de infantil y el comedor. En el encuentro entre la altura del aula y la del pasillo se abre un lucernario longitudinal, orientado hacia el norte, que complementa la ventana hacia el patio, al sur, mejorando así la entrada de luz, y consiguiendo una distribución más uniforme en el interior del aula.
El conjunto se adapta a la topografía del terreno, con más de 3 metros de desnivel, mediante una serie de plataformas escalonadas, conectadas mediante rampas, tanto en el exterior como en los interiores. En el aulario de infantil, el escalonamiento ascendente en sección contrapuesto al decalaje de los pabellones en la planta produce, desde el patio, el efecto visual de mantener una horizontal similar en el remate de los volúmenes. Como resultado de esta disposición, y de la suave pendiente de los planos inclinados, se diluye la percepción de los saltos de nivel –de 50 centímetros- en el plano del suelo. Para la adaptación topográfica del aulario de primaria se escalonan media planta los volúmenes, también decalados en planta siguiendo el perímetro de la parcela. Este cambio de nivel se resuelve en las plantas mediante un graderío escalonado, como zona de descanso y relación, entre los corredores longitudinales. Esta misma idea se manifiesta en el aulario de infantil, con pequeños graderíos entre los espacios de circulación.