El apartamento intervenido por BALA atelier, en sus inicios, estaba muy dividido y con los techos bajos. Por ello, se ha transformado el espacio de tal forma que se quedase un espacio más diáfano y aumentando la altura del techo.
Los detalles en este espacio son relevantes y hay que fijarse en ellos para no perderse ninguna información. La materia prima que se ha escogido es la madera de pino, que contribuye a la armonía y es totalmente compatible con el resto de elementos.
Descripción del proyecto por BALA atelier
Al intervenir en un espacio de cubierta, más concretamente en la buhardilla de un edificio que data de 1906, en pleno siglo XXI, se establece un diálogo entre las distintas épocas y formas de vivir, pero también entre los respectivos métodos constructivos que deben convivir armoniosamente.
Así, en la génesis de la intervención rehabilitadora de este departamento de 90 m², además de revertir las débiles condiciones de vida preexistentes, también se persiguió la preservación del legado histórico de esta tipología constructiva, conservando los elementos considerados relevantes a las características de ese período de tiempo.
Ejemplos de ello son la mampostería, el muro irregular de mampostería de piedra, las vigas de madera y pilares del techo, que se revelan y se convierten en un recuerdo del sistema constructivo original. Se establece un enfoque riguroso con especial atención al detalle, eligiendo la madera de pino como materia prima, valorando la armonía y compatibilidad entre este material y los demás seleccionados.
El apartamento estaba inicialmente muy dividido y con techos bajos. Su transformación espacial surgió de forma inmediata e intuitiva, e implicó transformarse en un plan más diáfano con techos más altos aprovechando el ático preexistente.
Abriendo el área central, se establece una nueva organización funcional, con mayores relaciones visuales entre los diferentes espacios. Se incrementó su volumétrica, se realzó la profundidad del departamento en su relación visual de los ejes este / oeste, y se incrementó la iluminación y ventilación natural. La nueva configuración del espacio permite una experiencia dinámica y flexible de la casa.
Se abandona el espacio cerrado de la cocina y se define una gran encimera de cocina y comedor en el espacio central con una mayor altura de techo.
La reubicación del baño al interior del apartamento permite liberar todas las ventanas al espacio central. Este baño se convierte en el único espacio interior de la casa, en el que se introduce un túnel de luz con lucernario. Este nuevo volumen interior y central destaca del ático por estar revestido de latón pulido, reflejando los espacios que lo rodean.
El espacio informal del dormitorio se relaciona con los demás de la casa y se puede abrir o cerrar a través de un elemento escénico, una cortina de seda y terciopelo dorado, que se extiende a lo largo de la extensión de la pared de latón.
El papel pintado introduce una rica paleta cromática, que se extiende a las baldosas cerámicas de las antiguas paredes de la chimenea y del baño y a la piedra de la encimera de la cocina.
Los muebles, las lámparas, las alfombras y las plantas se seleccionaron cuidadosamente como una extensión de la narrativa del proyecto arquitectónico.