Se plantea una fachada modular prefabricada definida por elementos que se adaptan a las distintas condiciones climáticas y de iluminación. Sus nervios exteriores adoptan cuatro ángulos diferentes en función de las orientaciones para optimizar el comportamiento energético del edificio. El entramado de apariencia ligera sirve de base para el crecimiento de plantas trepadoras que contribuirán a la formación de un ambiente de trabajo más vegetado y saludable.
Descripción del proyecto por b720 Fermín Vázquez Arquitectos
Se inaugura Polaris North Building, edificio de oficinas para la era postcovid en Madrid, diseñado por b720 Fermín Vázquez Arquitectos
El estudio de arquitectura b720 Fermín Vázquez Arquitectos, recientemente ganador del proyecto de reconversión del espacio Azca de Madrid y galardonado en los premios ASPRIMA-SIMA 2021, finaliza su último edificio de oficinas en Madrid.
Bajo el nombre de Polaris North Building y proyectado antes de la pandemia, responde a muchas cuestiones que la experiencia vivida estos meses está demandando de la oficina del futuro.
Los objetivos que han determinado su diseño han sido el mínimo impacto medioambiental y la generación de un entorno de trabajo de gran calidad, saludable y flexible, lleno de luz, espacios abiertos y vegetación.
El edificio se presenta como una gran pieza singular: una esbelta y abstracta celosía, se apoya sobre lo que, por contraste, parece una monumental mesa de hormigón de más de 12 metros de altura. Una losa de transición se apoya en un reducido número de gruesas columnas. Esta impactante estructura permite la máxima elevación del nuevo edificio y preservar parte de la estructura existente del antiguo edificio de Páginas Amarillas.
La función del delicado entramado que se erige sobre este pedestal es múltiple: soportar, proteger y conferir carácter a cinco plantas de oficinas de más de 2.800 m² de superficie cada una.
La envolvente, que es también estructura portante del edificio, libera a las plantas de pilares y les proporciona completa flexibilidad. Sus nervios exteriores adoptan cuatro diferentes ángulos en función de la orientación de cada fachada para minimizar las ganancias térmicas por radiación optimizando, de forma pasiva, el comportamiento energético del edificio.
Este entramado de apariencia ligera se incorpora o aparta del cerramiento del edificio para permitir su colonización por plantas trepadoras que contribuirán a la formación de un ambiente de trabajo vegetado y saludable.
La superestructura sobre la que se erige el grueso del conjunto genera, además de una escala reconocible y propia, un gran volumen abierto. En él se desarrolla una secuencia de logias de grandes luces, articuladas por una amplia gradería que conforman generosos y accesibles espacios de trabajo y encuentro al aire libre. Todo ello rodeado por una profusa y cuidadosamente dispuesta vegetación.
En el centro de este volumen abierto, el visitante, tras cruzar la columnata perimetral, encuentra la bienvenida de un luminoso vestíbulo presidido por una escultura de Pablo Siquier.