Los estudios Yamashita Sekkei y Cox Architecture han reflejado en el proyecto la identidad e imagen del Japón que se está presentando internacionalmente para el desarrollo de los Juegos de este verano.
En su interior una piscina de 50 metros de largo, 25 metros de ancho y 3 metros de profundidad, la piscina tiene una longitud estándar para la competición olímpica y su diseño presenta un brazo y un divisor ajustables, lo que permite modificar la longitud y la profundidad. El lugar también cuenta con una torre para saltos de trampolín de 10 m de altura. La temperatura del agua se mantiene mediante un dispositivo de calentamiento geotérmico ecológico.
Exteriormente, el proyecto muestra un fuerte contraste en su diseño, con una horizontalidad marcada, que resalta la cubierta y sus aleros en voladizo soportada por cuatro grandes pilastras, a modo de gran templo de la natación en recuerdo de los templos clásicos, una referencia contemporánea a los Juegos Olímpicos que se celebraban en la ciudad de Olimpia, en la Antigua Grecia.
Después de los juegos, la importancia del lugar seguirá vivo: albergando eventos de natación nacionales e internacionales y sirviendo a la comunidad como una instalación deportiva y recreativa con una capacidad de 5.000 asientos para espectadores.
En su interior una piscina de 50 metros de largo, 25 metros de ancho y 3 metros de profundidad, la piscina tiene una longitud estándar para la competición olímpica y su diseño presenta un brazo y un divisor ajustables, lo que permite modificar la longitud y la profundidad. El lugar también cuenta con una torre para saltos de trampolín de 10 m de altura. La temperatura del agua se mantiene mediante un dispositivo de calentamiento geotérmico ecológico.
Exteriormente, el proyecto muestra un fuerte contraste en su diseño, con una horizontalidad marcada, que resalta la cubierta y sus aleros en voladizo soportada por cuatro grandes pilastras, a modo de gran templo de la natación en recuerdo de los templos clásicos, una referencia contemporánea a los Juegos Olímpicos que se celebraban en la ciudad de Olimpia, en la Antigua Grecia.
Después de los juegos, la importancia del lugar seguirá vivo: albergando eventos de natación nacionales e internacionales y sirviendo a la comunidad como una instalación deportiva y recreativa con una capacidad de 5.000 asientos para espectadores.