En el interior los arquitectos intensifican la dualidad en la tipología de tradicional de patios utilizada y actualizada, en la que uno de los patios, más sobrio, organiza las aulas en dos alturas, dedicando el patio más grande a la organización de los espacios de talleres bajo un plano de hormigón plegado, generando un interesante perfil quebrado en da cobijo a los grandes ventanales que dan al patio, a un ágora estudiantil, un espacio de luz interior, donde se despliega todo el potencial de quienes habitan estos espacios.
El vestíbulo es la zona donde confluyen los estudiantes, un espacio donde se encuentran también programas comunes como la biblioteca y la cafetería. Esta zona, donde se gestionan las entradas y salidas de la escuela, cuenta con una doble altura que vincula al patio interior más pequeño, un punto de encuentro entre los estudiantes.
Escuela de Arte Valladolid por estudio Primitivo González. Fotografía por Luis Díaz Díaz.
Descripción del proyecto por Estudio Primitivo González
La nueva Escuela de Arte de Valladolid se sitúa junto al Convento de Las Carmelitas Descalzas. Según los planos históricos, la parcela pertenecía a los huertos del convento, esta condición marca el carácter del proyecto desde un inicio. Hacia la ciudad, se proyecta la imagen de una arquitectura de tapias; hacia el interior, una arquitectura de patios.
El proyecto debe ser respetuoso con respecto a su contexto histórico. Sin embargo, ha de albergar en su interior un espacio destinado a la creatividad y los sueños. Lo esencial del proyecto es la materialización de esta dualidad.
El exterior es de ladrillo negro; una arquitectura «de tapias», de textura, materialidad y color, la cual transmite un cierto misterio que envuelve el mundo interior de creación.
El interior se proyecta, por oposición, como un espacio tecnológico, blanco y luminoso con alusiones formales a la arquitectura industrial, de producción y creación.
Escuela de Arte Valladolid por estudio Primitivo González. Fotografía por Luis Díaz Díaz.
Como sistema de proyecto se continúa con la arquitectura de patios aprendida del convento colindante. Uno de los patios articula la zona de aulas en dos alturas, mientras que el otro, algo más grande, organiza los talleres bajo un plano de hormigón plegado. Este plano, mantiene un perfil recto en su presencia respetuosa en fachada, mientras que hacia el interior genera un perfil quebrado, genera unos grandes ventanales que vuelcan al patio. Nos imaginamos a los jóvenes estudiantes compartiendo sus experiencias en este espacio central, como ágora de creación joven, dinámica y versátil. Los patios pueden ser vitrinas donde exponer, actuar o relacionarse. Un esquema tipológico tradicional, actualizado.
El vestíbulo es el punto de tangencia entre los distintos usuarios del edificio; el lugar en el que confluyen las enseñanzas. Regula las entradas y salidas, pero también se convierte en un lugar de encuentro, dónde se ubican los programas comunes como la biblioteca o la cafetería. Este espacio cuenta con una doble altura vinculado al patio de aulas, dónde se podrán realizar encuentros y eventos.
Escuela de Arte Valladolid por estudio Primitivo González. Fotografía por Luis Díaz Díaz.
Aprovechando la ubicación del edificio integrada en la trama urbana, se da a la ciudad una pequeña plaza de bienvenida. Creamos un espacio de encuentro que será de los jóvenes, pero también de la ciudad. La pequeña plaza, con el cartel de ARTE permitirá a los alumnos encontrarse a la entrada o salida de clase y sentarse a charlar estando en la calle, apropiándose del espacio público, y activando la arquitectura.
La arquitectura configura un fondo, y los propios alumnos la actividad que será reclamo para el resto de la ciudad.