La estructura cuenta con tres muros de hormigón que soportan la losa del primer piso sobre la cual cuelga la estructura metálica que forma el forjado de la planta baja soportado por tres vigas. Estos tres muros además ordenan y organizan el espacio en la planta superior, con un núcleo sanitario, un vacío vertical de circulación y dos espacios mas profundos en los laterales paralelos a la calle. El volumen se separa un metro del perímetro, independizándose de sus vecinos y permitiendo la circulación continua del aire, y sus fachadas, de vidrio con persianas robotizadas, que permiten controlar la luz que entra.
Casa ATO por iR arquitectura. Fotografía por Federico Cairoli.
Descripción del proyecto por iR arquitectura
El terreno, ubicado frente a la Reserva Ecológica Bajo de San Isidro, presenta condiciones preexistentes únicas. Una piscina, producto de ser una porción subdividida de un lote más grande, una cantidad de árboles centenarios, incluido un olivo, y el hecho de que es uno de los pocos lugares donde las tortugas que habitan la reserva cruzan la carretera para desovar periódicamente. Estos factores, sumados a la exuberante presencia de la reserva misma, brindaron la oportunidad de formular un proyecto integrado con el ecosistema circundante en múltiples dimensiones.
La casa ATO fue proyectada con el fin de mejorar la interacción entre el hábitat humano y los diversos agentes biológicos, articulando una especie de mutualismo. Está organizado por sustratos cortados, que interpretan tanto los requerimientos de uso del cliente como los del contexto natural. El primer sustrato, a nivel del suelo, libera la mayor proporción posible del mismo para conservar los intercambios del terreno y ofrece espacios semicubiertos muy relacionados con la vegetación y la piscina. El segundo sustrato sitúa las funciones domésticas a la altura de las copas de los árboles, buscando mejorar las vistas y las corrientes de aire. Por último, la cubierta totalmente ajardinada soporta vegetación autóctona y especies comestibles que favorecen el intercambio biológico impulsado por aves e insectos transportadores de semillas, ampliando los límites de la reserva.
Casa ATO por iR arquitectura. Fotografía por Federico Cairoli.
La estructura quedó formada por tres muros de hormigón que sostienen la losa del primer piso. Sobre ella, tres vigas invertidas cuentan con ménsulas delanteras y traseras de las que cuelga la estructura metálica que forma el forjado de la planta baja. Los tres muros, a su vez, ordenan el espacio formando cuatro zonas de uso definidas en todas las plantas. Un núcleo sanitario, un vacío circulatorio vertical y dos hemisferios más profundos en los lados paralelos a la calle. El volumen construido se aleja un metro de los límites laterales del terreno, independizándose de sus vecinos y permitiendo la circulación continua del aire. En cada piso, el soporte sanitario se adapta al requerimiento de uso del sustrato funcional al que corresponde, sin embargo su disposición al intramural de los tabiques de hormigón se construyó con materiales livianos para permitir su reconfiguración en caso de requerirse.
La otra variable que define el espectro funcional de cada planta son los planos envolventes. En la planta baja, un suelo, un techo (bastante indefinido) y la ausencia de columnas en el perímetro diluyen los límites y ofrecen una mínima diferencia de confort respecto al resto del sustrato. La primera planta repite la estrategia en sus planos horizontales, pero cuenta con cerramientos verticales que se adaptan a la insolación y orientación visual de cada cara. Finalmente, el techo especula con el cielo y la vegetación circundante como una forma de envoltura para mejorar las relaciones visuales sobre las copas de los árboles.
Casa ATO por iR arquitectura. Fotografía por Federico Cairoli.
La eficiencia termodinámica de la vivienda viene determinada por una serie de soluciones pasivas, sumada a un alto grado de tecnología en el uso de recursos renovables. El cerramiento frontal se compone de carpintería de altas prestaciones, parterres y persianas robotizadas organizadas en un espesor que ofrece múltiples variables para conseguir una mediación ambiental eficiente; un sistema geotérmico permite aprovechar la temperatura media del agua subterránea para calentar los diferentes ambientes tanto en verano como en invierno; y una batería de colectores fotovoltaicos reducen el consumo eléctrico de la red. Todos estos sistemas, además de iluminación, dispositivos de seguridad y riego, están centralizados mediante domótica para mejorar el rendimiento y los grados de confort.