Legado e innovación. Ballet Mécanique por Manuel Herz Architects

Descripción del proyecto por Manuel Herz Architects

El sitio está ubicado en uno de los barrios residenciales del corazón de Zúrich, cerca del lago y a pocos metros del Museo Heidi Weber de Le Corbusier. Una de las mayores cualidades del sitio es su jardín, que está marcado por una cualidad salvaje y primitiva. Al recorrerlo, nos encontramos con sorpresas, plantas silvestres, instalaciones, objetos que parecen restos de culturas olvidadas, árboles con cualidades escultóricas y senderos que se pierden en la nada. Al mismo tiempo, la construcción de la casa solo es posible con la tala del árbol más impresionante. Este árbol que domina el centro del jardín, con su peculiar tronco retorcido y sus ramas gruesas, torcidas y nudosas. El jardín salvaje, pero también la pérdida del árbol central se convierte en uno de los temas del diseño del proyecto.

Muy cerca del sitio se encuentra el Museo Heidi Weber de Le Corbusier. Este edificio, con su carácter de pabellón, sus coloridos paneles metálicos y su llamativa geometría, se convierte en la segunda referencia para el nuevo proyecto de vivienda. Su relación con el suelo, así como la combinación de módulos aparentemente industriales y elementos de construcción artísticos y hechos a mano, están inspirados en la última obra de Le Corbusier.

En una dimensión urbana, el nuevo edificio hace referencia al patrón predominante del barrio de Seefeld en Zúrich, con sus típicas villas de forma cuadrada. Tiene la misma orientación, un mismo tamaño de huella y una organización interna similar. Sin embargo, es un edificio con un carácter muy diferente. El edificio tiene un volumen cúbico con una geometría simple. Su núcleo está ubicado en el centro del edificio y da acceso a cinco apartamentos con diferentes tipologías y distribuciones, cada uno adecuado para una forma y forma de vida diferente de la familia.

La forma básica geométricamente simple contrasta con su fachada. Esta fachada consta de lamas horizontales y verticales de forma triangular redondeada. Las lamas se despliegan para convertirse en balcones accesibles con un elemento de techo de sombra correspondiente. Las rejillas verticales oscurecen las habitaciones cuando están cerradas, o brindan privacidad e intimidad cuando están abiertas. Por la mañana se pueden abrir las lamas para desayunar en el balcón así desplegado. Poco a poco, el edificio se abre y se despliega, abrazando el exuberante jardín y, finalmente, cerrándose nuevamente. En el transcurso de un día, una semana o un año el edificio se mueve, cambia y transforma constantemente, conviviendo con sus habitantes.